Cerca del 20% de la población padece algún dolor crónico más o menos compatible con un ritmo de vida normal. De esas dolencias, la más común es el dolor de espalda, que, aunque se acentúa a medida que tenemos más edad, pueden sufrirla igualmente los jóvenes y sin importar el género. Es, además, una de las principales razones incapacitantes por las que la gente falta al trabajo.
Como explica la Clínica Mayo, el dolor de espalda puede variar desde molestias musculares hasta un dolor muy agudo o punzante que se puede extender hacia la pierna. El ejercicio físico, agacharse, girarse, levantar peso, estar de pie o caminar demasiado rato puede empeorar la dolencia.
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Ahora, un reciente estudio del Campo Médico Anschutz de la Universidad de Colorado muestra evidencias científicas de que la terapia mental puede aliviar el dolor crónico. Los científicos aplicaron la terapia de reprocesamiento del dolor (PRT), un tipo de tratamiento psicológico que enseña a los pacientes a reconocer las señales de dolores enviadas al cerebro como menos dañinas o amenazantes de lo que realmente son. Es un modus operandi parecido a otras formas de terapia conductual.
El estudio contó con la participación de 151 personas sufridoras de un dolor de espalda crónico, que dividieron en dos grupos. Uno recibió el tratamiento PRT junto con sesiones individuales con un terapeuta durante cuatro semanas; a los pacientes del otro grupo se les inyectó un placebo en la espalda y observaron dos vídeos de cómo los placebos podían aliviar su dolor.
El estudio concluyó que dos tercios de las personas que habían recibido la terapia de reprocesamiento del dolor y las sesiones terapéuticas salieron libres de dolor o con muy poco tras el tratamiento, según ellos mismos informaron. Este dato se enfrenta al del otro grupo, el del placebo, ya que solo el 20% reconoció haber sentido algún tipo de alivio.
La conexión entre el cerebro y el dolor crónico
Hace años que los científicos están investigando la relación existente entre el cerebro y el dolor de espalda. Un estudio publicado en 2018 descubrió que aquellos que padecían un dolor lumbar crónico tenían una menor actividades en las regiones del cerebro encargadas de liberar la dopamina (considerada popularmente el neurotransmisor de la felicidad), que contribuyen a aliviar el dolor.
Un año después, una revisión del estudio concluyó que el desarrollo de los dolores crónicos se vinculaban a la plasticidad neuronal y a alteraciones en el sistema nervioso central, así como en áreas neuronales que combaten el dolor.
Cómo evitar el dolor de espalda
Podemos sufrir un dolor lumbar o de espalda si no mantenemos una correcta postura ergonómica en nuestro trabajo, por ejemplo. Si nuestro trabajo implica pasar muchas horas sentados, debemos tener la precaución de estar sentados con la espalda recta, con las rodillas y los codos en un ángulo recto y levantarnos para estirar las piernas cada dos horas.
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Si por el contrario, nuestro trabajo requiere pasar muchas horas de pie, lo aconsejable es no mantenernos en una postura única, ya que a la larga podríamos dañar nuestra columna vertebral del sobresfuerzo. Para evitarlo, una de las soluciones puede ser ir cambiando el peso de las piernas.
Si nuestro trabajo requiere cargar con objetos pesados, debemos flexionar las rodillas en lugar de la espalda y equilibrar la carga en los dos lados. Además, el peso nunca debe elevar la cabeza.