Leonardo DiCaprio, Camila Cabello, J Balvin, David Beckham, Charlize Theron… Todos estos famosos comparten un rasgo en común: han reconocido en algún momento padecer un trastorno obsesivo compulsivo. El TOC, como también se le conoce por sus siglas, se caracteriza por un patrón de pensamientos no deseados (obsesiones) que desencadenan comportamientos repetitivos (compulsiones).
La crisis sanitaria del COVID-19 obligó a millones de personas a encerrarse en sus casas. La cuarentena agravó los casos de las personas que ya sufrían este trastorno, ya que aumentó su miedo a la muerte y los virus. En esa misma línea, individuos que nunca habían sufrido TOC lo desarrollaron a raíz de la pandemia: los casos aumentaron hasta un 30%. En España, alrededor de 1.750.000 personas tienen TOC.
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Las personas que padecen el trastorno obsesivo compulsivo sufren un gran estrés emocional, ya que sus comportamientos interfieren en las actividades diarias y, a veces, dificulta enormemente el desarrollo de una rutina normal. Con frecuencia, el TOC se centra en temas específicos sobre los que se recrean estas obsesiones y compulsiones. Uno de los más frecuentes, es la obsesión por la higiene y el miedo excesivo a contaminarse de gérmenes. Para enfrentar estos temores, muchas personas con TOC se lavan las manos hasta que se les irritan y agrietan.
Qué causa el trastorno
Los psicólogos no saben a ciencia cierta las causas del trastorno obsesivo-compulsivo. Las principales teorías se basan en la biología (a raíz de cambios en la química del cuerpo), genética (aunque aún no se han identificado genes específicos) o del aprendizaje.
Síntomas del TOC
Las personas pueden desarrollar síntomas de obsesión, de compulsión o ambos. Los síntomas obsesivos son pensamientos o impulsos intrusivos que causan ansiedad y suelen girar en torno a grandes temas como el miedo a la contaminación, dificultad para tolerar la incertidumbre, necesidad constante de tener las cosas ordenadas, pensamientos agresivos o no deseados respecto a asuntos sexuales o religiosos.
Entre los síntomas de la obsesión, suele ser común sentir un estrés intenso cuando los objetos no están colocados de cierta manera, miedo a tocar objetos que hayan sido tocados previamente, dudar de si se ha cerrado la puerta o apagado la estufa, imágenes sexuales desagradables…
Respecto a la compulsión, hablamos de comportamientos repetitivos cuyo objetivo es reducir la ansiedad. Suelen centrarse en temas como la limpieza, la comprobación excesiva, el orden, seguir una rutina estricta… Algunos signos de que se tienen comportamientos compulsivos son lavarse las manos hasta que la piel se irrita, comprobar las puertas repetidamente para asegurarnos de que están cerradas o revisar que el fuego de la cocina está apagado, repetir en silencio una oración, palabra o frase o colocar las latas para que tengan el mismo frente.
Tratamiento para el TOC
Aunque la terapia puede que no acabe totalmente con el trastorno obsesivo compulsivo, puede ayudar a que estos síntomas anteriores no dominen nuestra vida diaria. En función de la gravedad del TOC, el tratamiento será más prolongado o intensivo.
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La terapia cognitivo conductual expone a los pacientes de manera progresiva a esos miedos, para enseñarles a ser capaces de reprimir los impulsos obsesivos compulsivos. También existen ciertos medicamentos, sobre todo antidepresivos, que ayudan a contener estos comportamientos. Sin embargo, solo deben tomarse con receta médica y tras visitar a un profesional.