‘Romper la fuente’, ‘lechina’ y ‘paritorio’: los términos médicos que se utilizan a cada lado del Atlántico

El diccionario panhispánico de términos médicos recoge más de 70.000 palabras con sinónimos, definiciones y recomendaciones de uso para unificar el vocabulario

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Cristina González, lexicógrafa y coordinadora general de la Unidad de Terminología Médica. HELENA MARGARIT CORTADELLAS
Cristina González, lexicógrafa y coordinadora general de la Unidad de Terminología Médica. HELENA MARGARIT CORTADELLAS

El paciente lleva varios días arrojando”. “La señora rompió la fuente antes de lo esperado”. “Hay muchos casos de lechina en este país”. Las tres son expresiones propias de una enfermera, un ginecólogo o una doctora. Las tres se pueden escuchar en casi cualquier consulta médica y todas utilizan el español como lengua vehicular, pero muchos usuarios no son capaces de comprender su significado. La falta de consenso entre las distintas variantes del castellano puede generar confusiones, malentendidos y lecturas erróneas. El problema, no obstante, tiene fácil solución.

La Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) ha presentado este lunes el primer diccionario panhispánico de términos médicos, una herramienta digital y de acceso libre para poner fin a la falta de entendimiento en las consultas. El glosario recoge más de 70.000 vocablos y ha conseguido establecer una “norma consensuada” para velar por el uso correcto del español. La iniciativa ha salido adelante con el respaldo de una docena de países: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

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El Instituto Cervantes asegura que casi 500 millones de personas utilizan el español como lengua materna en todo el mundo, pero cada país tiene su propia variante. “Un doctor mexicano que trabaja en un hospital de Bolivia puede tener problemas para comprender a los pacientes, por eso hacía falta una herramienta como esta”, explica Cristina González, lexicógrafa y coordinadora general de la Unidad de Terminología Médica. El diccionario recoge la “riqueza del idioma español” y la ilustra con mapas, ejemplos y recomendaciones de uso.

Los representantes de la Real Academia Nacional de Medicina de España y los coordinadores del diccionario durante la presentación de la herramienta. (HELENA MARGARIT CORTADELLAS)
Los representantes de la Real Academia Nacional de Medicina de España y los coordinadores del diccionario durante la presentación de la herramienta. (HELENA MARGARIT CORTADELLAS)

Las expresiones médicas más curiosas

Los expertos reconocen que el argot científico guarda más similitudes que diferencias, pero la amplia variedad de términos para referirse a los instrumentos, síntomas y enfermedades comunes rompe en cierto modo la estadística. “Durante las tareas de compilación, hemos encontrado muchas voces curiosas que pueden dar lugar a errores de interpretación en la consulta médica”, sostiene la lexicógrafa. En este sentido, romper la fuente, sala de expulsiones y quebranto son tres de las expresiones más extrañas para el público español.

Los pacientes de Colombia, Bolivia, Perú, México y Ecuador utilizan romper la fuente para referirse a la fractura del saco membranoso durante el parto de una mujer. En España, esta acción se conoce como romper aguas. Las habitaciones de un hospital acondicionadas para el parto también pueden generar dudas. Los españoles utilizan la palabra paritorio para denominar estas estancias, mientras que los mexicanos, los venezolanos y los ecuatorianos hablan de salas de expulsión. El ojo vago recibe en algunos países latinoamericanos el nombre de ojo flojo y los bastoncillos de algodón se conocen como cotonetes en casi todo el continente.

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El resfriado, por ejemplo, se llama quebranto en Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Venezuela. Los mexicanos se refieren a la diarrea del viajero como la venganza de Moctezuma. Esta enfermedad digestiva suele estar causada por la ingesta de productos contaminados y produce heces líquidas y cólicos abdominales. La viruela, que provoca fiebre y erupciones cutáneas, tiene su variante lechina en buena parte del continente latinoamericano. Los pacientes costarriqueños utilizan la palabra chistate para hacer alusión a la cistitis y los escalofríos se conocen como chuchos en Argentina, Bolivia, México y Paraguay. El verbo utilizado para referirse a la expulsión bucal de alimentos y líquidos también cambia a cada uno de los lados del Atlántico. En España, los usuarios hablan de vomitar, mientras que los chilenos, argentinos, colombianos y peruanos definen la misma acción como arrojar.

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