Hace días que el frío se instauró en el país y esto es sinónimo de que las comidas calientes empiezan a abrirse camino en buena parte de los hogares de España. Y, ¿qué mejor que un buen cocido? Aunque es habitual que los restaurantes o aficionados a la cocina le den su toque particular a cada plato, hay una receta que empezó en 1870 y que convierte a un restaurante madrileño en el que hace el cocido más antiguo de la capital.
Los españoles son muy fans de la gastronomía y así lo demuestran las terrazas y mesas de los restaurantes, con frecuencia llenos, sobre todo, si se habla del centro de la capital y de los locales que se han ganado la buena fama que les ha acompañado durante años. Este es el caso del que abrió sus puertas en 1839, cuando “todavía toreaba Cúchares, había aguadores por las calles y acababa de nacer la música de zarzuela”, tal y como explican en su página web. De ahí que consideren que su historia “es la historia de Madrid”.
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Y es que en la capital de España se pueden encontrar todo tipo de locales en los que es posible darse un festín gastronómico. Las opciones son infinitas: hay bares extremadamente novedosos, y otros más castizos o que llevan muchos años a sus espaldas, pero que han sido capaces de adaptarse a las nuevas tendencias. Incluso, hay restaurantes centenarios que han sobrevivido a dos guerras mundiales, una guerra civil y una pandemia.
¿Cuál es el restaurante que hace el cocido más antiguo de Madrid?
Es un restaurante, pero también dispone de tienda y servicio de catering. Lhardy acumula más de 175 años de historia, pero sigue siendo un referente de la alta gastronomía de la capital. Uno de sus platos estrellas es el cocido madrileño, aunque también la lubina al hinojo o el gamo a la austriaca están entre sus grandes especialidades. El ticket medio ronda los 65 euros.
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A lo largo de todo este tiempo, el local ha logrado conservar su ambiente cortesano y aristocrático del Madrid del siglo XIX, así como las mejores fórmulas de la cocina europea. “Una comida en el Lhardy permite evocar el mundo señorial mientras se disfruta de la mejor gastronomía”, indican desde el local.
Además, está ubicado en pleno corazón de Madrid, en la Carrera de San Jerónimo, por lo que ha sido testigo de buena parte de la historia de España, que “se ha tramado entre la elegancia de estas paredes, bajo sus lámparas que evocan la etiqueta y solemnidad del romanticismo”, señalan en la web de Lhardy.
Una receta centenaria y otras delicatessen
El “mítico cocido de Lhardy”. Así es como se refieren a su plato estrella: una sopa de fideos de cabello de ángel, garbanzo de pico pardal de Astorga, repollo y zanahoria de Carabaña, patata de Granja de los Monjes, chorizo de León, morcilla del Valle de Arán y longaniza trufada de cerdos de Euskal Txerri. Pero esto no es todo lo que contiene, ya que también incluye tocino ibérico, morcillo de buey gallego, tuétano de vaca gallega, jamón ibérico de Huelva, crujiente de oreja ibérica con salsa brava Lhardy, costilla ibérica de Sierra de Villuercas y relleno de cocido de ropa vieja. Para terminar, Soufflé Lhardy. Todo ello por un precio de 65 euros.
A esta se unen otras cuantas delicatessen, como el salmón ahumado de pescaderías coruñesas con huevo hilado Lhardy (24 euros), pato canetón de las landas asado a la naranja (34 euros), lenguado evaristo al champagn (38 euros) o steak tartar de solomillo de buey con patatas a la inglesa (32 euros).
Por supuesto, no pueden faltar los buenos postres. Uno de los más destacados son las milhojas de crema con ganache de vainilla montada (10 euros), el goloso del chef del cacao (10,50 euros) o el popular soufflé Lhardy (11 euros). De esta forma, en la carta del restaurante conviven platos clásicos que forman parte de la historia de la gastronomía madrileña y nuevas creaciones.