Un tratamiento español experimental consigue frenar el cáncer de mama resistente atacando a dos proteínas diferentes

Investigadoras del Centro de Regulación Genómica y del Vall d’Hebron Instituto de Oncología buscan transformar el cáncer de mama triple negativo en una enfermedad controlable

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Investigadoras del Centro de Regulación Genómica y del Vall d’Hebron Instituto de Oncología buscan transformar el cáncer de mama triple negativo en una enfermedad controlable.
Investigadoras del Centro de Regulación Genómica y del Vall d’Hebron Instituto de Oncología buscan transformar el cáncer de mama triple negativo en una enfermedad controlable.

La inhibición simultánea de dos proteínas diferentes podrían ser la clave para hacer frente al cáncer de mama triple negativo, la forma más agresiva y resistente a los fármacos de esta enfermedad. Estos son los resultados de un experimento llevado a cabo por investigadoras del Centro de Regulación Genómica y del Vall d’Hebron Instituto de Oncología, que cree poder transformar el cáncer triple negativo en “una enfermedad controlable”.

El cáncer de mama es el tipo de cáncer más diagnosticado y la cuarta causa de muerte relacionada con cáncer en las mujeres. Esta enfermedad acumula más de dos millones de casos en todo el mundo y 685.000 muertes anuales, según datos de 2020. Uno de cada siete casos diagnosticados (el 15%) se conocen como cáncer de mama triple negativo, por ser una forma altamente agresiva.

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“La enfermedad es altamente resistente a los tratamientos existentes porque sus células carecen de los receptores a los que se dirigen los fármacos contra el cáncer de mama”, explica el Vall d’Hebron Instituto de Oncología en un comunicado.

Según estudios recientes, la encima LOXL2 es la que promueve el crecimiento de este cáncer tan agresivo. Por ello, un equipo liderado por las doctoras Sara Sdelci, del Centro de Regulación Genómica, y Sandra Peiró han llevado a cabo varios análisis en el que utilizan esta encima como biomarcador, de forma que puedan predecir el éxito de los tratamientos.

Primeros resultados en pruebas <i>in vitro</i> y en ratones

Los estudios, llevados a cabo junto con el grupo de investigación traslacional del cáncer gastrointestinal superior del VHIO, ya ha podido ofrecer varios avances, publicados este miércoles en la revista EMBO Molecular Medicine.

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Según mostraron sus experimentos, la enzima LOXL2 interacciona con una proteína llamada BRD4 dentro del núcleo de las células. “Esta interacción cambia la expresión de determinados genes que ayudan a la proliferación de las células de cáncer de mama triple negativo”, explican.

Un laboratorio de análisis (Michal Jarmoluk/Pixabay)
Un laboratorio de análisis (Michal Jarmoluk/Pixabay)

Al inhibir ambas proteínas al mismo tiempo, estos intercambios se interrumpían, lo que ralentiza el crecimiento del cáncer. Los resultados han sido positivos en cultivos celulares y en tres modelos distintos de ratones.

“Hemos profundizado a nivel molecular para entender cómo las células de cáncer de mama triple negativo crecen y hemos descubierto un nuevo mecanismo que puede explotarse con fines terapéuticos”, ha relatado la doctora Laura Pascual Reguant, primera autora del estudio.

La investigadora cuenta que es una estrategia “emocionante” que “combinarse con otros tratamientos y transformar el cáncer de mama triple negativo, pasando de ser una enfermedad con un pronóstico desfavorable a una controlable”.

Según Vall d’Hebron, los hallazgos tienen “implicaciones importantes” en un tipo de fármacos experimentales conocidos como inhibidores BET. “Los inhibidores BET actúan comprometiendo la función de BRD4, pero no han logrado llegar a la clínica porque las células de cáncer de mama triple negativo adquieren resistencia al tratamiento”, comenta. El nuevo estudio podría ser la clave para ayudar a vencer esa resistencia que presentan contra el tratamiento.

Los próximos pasos

El estudio continúa progresando y, entre sus próximos retos, deberá encontrar una manera de dirigirse “de forma segura y eficaz” a ambas proteínas de forma simultánea. Las investigadoras se plantean para ello combinar inhibidores diferentes, entre ellos los BET.

“Falta más trabajo antes de que nuestros hallazgos beneficien a los pacientes, pero cualquier progreso en la comprensión de los mecanismos de esta enfermedad altamente agresiva es una buena noticia”, asegura la doctora Sdelci, que cree que “los desafíos en salud que se plantean podrían ser más manejables” de lo pensado según avance la investigación.

La contaminación del aire se relaciona con un aumento en el riesgo de cáncer de mama. (Fuente: Healthday TV)
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