La Guardia Civil no solo necesita la ayuda de médicos privados para llevar un control más exhaustivo de las bajas laborales de sus agentes, un servicio que actualmente está licitando por 2,4 millones de euros, sino que se ha dado cuenta de que también necesita psicólogos para poder proporcionar “una atención inmediata y continuada” a aquellos miembros del Cuerpo que están “atravesando un proceso de inestabilidad en el marco de la salud mental”. Para ello, la Benemérita acaba de abrir la licitación de otro contrato valorado en dos millones de euros para reforzar su Servicio de Psicología con especialistas privados con al menos cinco años de experiencia.
Desde julio de 2010, la Guardia Civil dispone de un Plan Preventivo de Asistencia Psicológica de carácter permanente “con seguimiento y revisión anual” del trabajo que realizan sus 80.500 efectivos, que en muchas ocasiones realizan misiones “que generan situaciones de riesgo psicosocial”. Una función de “prevención, evaluación y atención” que recae sobre el Servicio de Psicología del Cuerpo que, según la memoria justificativa del contrato, no da abasto.
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“El personal con habilitación sanitaria del Servicio de Psicología y sus medios actuales, teniendo presente la incidencia de los fenómenos de tipo psíquico en la Guardia Civil, no son suficientes para poder proporcionar servicios continuados de asistencia psicológica inmediata y de atención terapéutica que se consideran propicios para contribuir tanto a la prevención de situaciones que generen temporalmente disfunciones en la salud mental como a la recuperación temprana de episodios de crisis o de alteraciones transitorias que comportan trastornos o malestares”, reconoce la Guardia Civil.
Los datos que maneja el ministerio del Interior justifican la contratación de psicólogos privados, dada “la evolución y alcance de las circunstancias de índole psíquica en la Guardia Civil”. Por ejemplo, los procesos de baja laboral por razones de tipo psiquiátrico “se mantienen, anualmente y de forma sostenida, en torno a medio millón de días de actividad perdidos por esta causa”, lo que supone que cada año un promedio de 1.400 efectivos no están operativos por este motivo. De hecho, la Benemérita tiene que retirar de media cada año sus armas a 1.100 agentes que “muestran algún grado de conducta anómala” y que necesitan una evaluación y seguimiento psicológico. Desde 2015 se han suicidado 98 guardias.
La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) asegura que con esta licitación “se evidencia la realidad que desde nuestra asociación llevamos denunciando hace años: son necesarios mecanismos dentro de la institución para mejorar la salud mental de nuestros compañeros, ya que la prevención temprana de las señales de alerta puede disminuir el riesgo de suicidio. Es necesario un aumento de psicólogos o la externalización del servicio de atención psicológica, de manera que los facultativos no pertenezcan a la escala de mando y los agentes puedan contar con especialistas ajenos al cuerpo para tratarse sin miedo”.
Asistencia todos los días del año
La Guardia Civil exige en su licitación que los agentes que así lo necesiten puedan obtener una asistencia psicológica “de manera inmediata, todos los días del año y a cualquier hora”. Para ello, la empresa licitadora que gane el contrato “deberá proporcionar un único número de teléfono gratuito para todo el territorio nacional, que permita la puesta en contacto con un psicólogo que atienda el requerimiento puntual por inestabilidad psicológica aguda disponible las 24 horas, todos los días del año”.
Además de esta primera atención temprana, “se proporcionará la asistencia terapéutica necesaria hasta el reequilibrio de la situación de inestabilidad”. Durante todo este proceso, si el psicólogo detecta “una situación de potencial e inminente riesgo grave sobre el personal afectado o terceras personas, tendrá que comunicarlo de inmediato a la Dirección General de la Guardia Civil”. La Benemérita estima que se necesitan, de promedio, “una terapia de diez sesiones para conseguir un efecto significativo de recuperación en la mayoría de los casos”. Los cálculos del Cuerpo es que se demandarán 7.500 horas de sesiones anuales.
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Aunque todas las sesiones terapéuticas que los guardias demanden deben ser confidenciales, “con la única finalidad de poder justificar el servicio prestado, la empresa adjudicataria deberá comunicar mensualmente a la Dirección General de Guardia Civil el número de llamadas atendidas como atención inmediata, así como el número de sesiones de asistencia psicoterapéutica prestadas”. El objetivo es que la atención psicológica se puede prestar, presencialmente, en todas las capitales de provincia y en Ceuta y Melilla. Aunque la Guardia Civil dará mayor puntuación en las ofertas presentadas a aquellas empresas que puedan ofrecer estos servicios en el mayor número de municipios.