Por qué los trabajadores de un avión tienen mayor riesgo de sufrir cáncer de piel en el futuro

El personal de cabina podría tener un mayor riesgo de sufrir cánceres de piel o leucemia, según un estudio francés

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Azafata se pasea por una cabina de avión atendiendo a los pasajeros (Kelly/Pexels)
Azafata se pasea por una cabina de avión atendiendo a los pasajeros (Kelly/Pexels)

Azafatos y pilotos podrían tener más posibilidades de sufrir algún tipo de cáncer de piel o leucemia debido a sus horarios y la mayor exposición a la radiación. Así lo aseguraría un estudio de la agencia francesa de seguridad sanitaria en la alimentación, el medioambiente y el trabajo (Anses).

La agencia francesa habría realizado un análisis de literatura de monografías del Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIRC, por sus siglas en francés), que les ha permitido concluir “una mayor incidencia de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de piel (epidermoide o melanoma) y la leucemia en las tripulaciones”.

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La razón podría estar, según revela el CIRC, en la radiación solar y cósmica, más fuerte en altitud, pero también en los horarios laborales que tiene el personal de cabina, normalmente con turnos partidos y de noche. La Anses resalta, no obstante, que son necesarios estudios epidemiológicos para precisar los efectos en la salud tanto de la exposición múltiple a estas radiaciones como de las condiciones de trabajo que tienen estas personas.

Los síntomas que sufre el personal de cabina

“Desde hace varios años, las tripulaciones informan de síntomas que estarían asociados a una potencial contaminación del aire en las cabinas o cockpits de avión por diversos contaminantes”, asegura la Anses.

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El organismo francés avisa de que los síntomas son “muy variados y no específicos”, como el dolor de cabeza o la pérdida del equilibrio, muchas veces catalogados como ‘síndrome aerotóxico’. No obstante, confirma que los actuales estudios no permiten identificar las causas.

Destaca, aun así, que en los aviones se identifican “múltiples fuentes de contaminación”, posiblemente ligadas a los materiales utilizados, el funcionamiento del avión o el sistema de ventilación, entre otros.

“En la gran mayoría de los aviones, el aire que alimenta la cabina es en parte extraído al nivel de los motores. Los compuestos del aceite de motor o de su degradación térmica son sospechosos de contaminar el aire de las cabinas”, explica la Anses.

A estos contaminantes se unen los horarios de la tripulación: la agencia estatal francesa recuerda que los turnos partidos y los turnos de noche (frecuentes en el sector de la aviación) son “conocidos por conllevar efectos en la salud”.

“El trabajo a turnos conlleva no solo porcentajes menores de satisfacción laboral, sino que también se asocia a porcentajes inferiores en la percepción de salud”, señala un estudio de la Universidad de A Coruña.

A largo plazo, estos horarios pueden tener repercusiones importantes en la salud de los trabajadores. Los expertos hablan de posibles alteraciones del sueño, trastornos digestivos, alteraciones físicas, problemas psicológicos como la ansiedad o el conocido síndrome del trabajador quemado.

La Anses, no obstante, advierte de que los resultados no son definitivos. “Para ser capaces de evaluar los riesgos para la salud de estos trabajadores, son indispensables investigaciones complementarias”.

Se necesitarían nuevos estudios sobre los posibles efectos nocivos de las condiciones laborales de las tripulaciones y la calidad del aire en las cabinas. Además, habría que identificar las circunstancias que puedan conducir a la contaminación particular de ese aire y “objetivar los síntomas señalados por el personal”, cita esta organización.

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