Un hostelero habla sobre las condiciones de los camareros: “No están mal remunerados, si cumplen con todo, ganan bastante bien”

Al menos en España, no nos sorprende escuchar que la industria de la hostelería es un campo complicado. Tampoco lo es que los dueños o jefes suelen aprovecharse, en su mayoría, de los camareros. Sin embargo, cada vez hay más sobre cualificación en el sector, es decir, que no es algo extraño que en un restaurante al menos una persona tenga estudios superiores y haya terminado en la hostelería por no haber encontrado trabajo de lo suyo.

En una entrevista en Espejo Público con Susana Griso, Emilio que gestiona una cadena de restaurantes, asegura tener actualmente tres camareros que cuentan con algún título universitario de los catorce que trabajan el restaurante. Además, en toda la cadena que gestiona, son 19 trabajadores de sala los que cuentan con una titulación superior.

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Emilio cuenta que hay casos de trabajadores que terminan en hostelería porque no han encontrado trabajo de lo que han estudiado, pero también conoce casos que terminan en este sector de forma voluntaria. Por ejemplo, uno de sus trabajadores, anteriormente a trabajar en su restaurante, se dedicaba al sector bancario llegando a tener a 150 personas a su cargo, “dejó su trabajo por el estrés que llegó a sufrir”, asegura Emilio. A día de hoy, lleva tres años trabajando para sus restaurantes de forma más aliviada.

La presentadora del programa, Susana Griso, le preguntaba si el cambio de trabajo de la banca a la hostelería era una solución frente al estrés, a lo que Emilio contestó que en el mundo de la hostelería a pesar de que se sufre un “estrés considerable”, un camarero padece un estrés relativo ya que los que más sufren son los encargados, responsables de ventas, jefes de sala, etc. “Los camareros tienen menos horas y menos estrés”, recalca el entrevistado.

El dueño del restaurante asegura que los camareros “reciben una remuneración justa”, y que “si cumplen con todas sus responsabilidades, como deben, ganan un salario bastante decente y, al final del día, logran llegar a fin de mes”. En relación con las quejas sobre salarios bajos o incumplimientos de contratos que han sido planteadas por varios sectores de la hostelería, Emilio señala que, en su opinión, algunas personas se aprovechan de la necesidad de otros, y también destaca que hay individuos que carecen de la capacitación necesaria para desempeñar el trabajo de camarero y deberían recibir formación.

Los camareros que tengan titulación pero hayan terminado en un restaurante por voluntad propia, como el caso anterior del amigo de Emilio, sentirán alivio al trabajar en este sector por la disminución del nivel de estrés de sus vidas. Pero, si por el contrario, no le ha quedado otra que trabajar en un restaurante por la falta de ofertas en su sector, quizás suponga una frustración a nivel personal.

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Emilio comenta que eso “es algo subjetivo y sería mejor preguntarles a ellos directamente”. Explica que en este restaurante en particular hay dos casos así, donde “uno estudió teología y el otro tiene formación en empresariales”. El propietario del restaurante afirma que “se sienten muy a gusto aquí, forman un equipo formidable, ganan un salario bastante decente y disponen de tiempo suficiente”.