Fobias en niños: cómo se identifican, cuáles son las más comunes y cómo tratarlas

La situación se vuelve compleja cuando el niño se aprovecha del miedo para reclamar atención, cariño y cuidados, y cuando los padres son demasiado sobre protectores

Una madre que abraza a su hija. (Getty)

Cada día, los más pequeños se enfrentan a un mundo desafiante que deben explorar, pero en su búsqueda por aprender todo lo nuevo que les rodea pueden aparecer miedos. Los niños, como los adultos, pueden desarrollar temor a una amplia gama de cosas, como a los animales, las alturas, la oscuridad, las agujas o las consultas en el médico.

Esos miedos son normales y no deben levantar una excesiva preocupación en los padres a menos que se conviertan en una fobia. Las fobias son un trastorno de ansiedad que se caracterizan por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos, animales o situaciones concretas que representan poco o ningún peligro real. ¿Pero, cómo identificar si lo que sienten los niños es un miedo excesivo?

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¿Cómo distinguir entre miedo y fobia en niños?

Diego Padilla, psicólogo clínico en el Hospital Puerta del Hierro de Majadahonda (Madrid), explica cómo ver la diferencia entre el miedo y la fobia en los niños. Pero antes, llama a la calma, la mayoría de miedos en los primeros años de vida de una persona no son fobias, y además, en caso de serlo, según su experiencia, tienen un tratamiento muy sencillo.

En muchas ocasiones, los niños y niñas no expresan abiertamente sus miedos o preocupaciones, por lo que es fundamental estar atentos a posibles señales. Para distinguir entre el miedo y la fobia, hay que prestar atención a los comportamientos del menor ante aquello que teme. Se trata de una fobia cuando el pánico que siente ante aquello que le asusta interfiere con la vida cotidiana y le causa una angustia significativa. ”Hay que prestar atención al comportamiento de evitación”, explica el experto, que añade un ejemplo, “en caso de que teman a un perro pueden buscar, no pasar por la calle en la que saben que va a estar o hacerlo siempre acompañados por otras personas”. “Se trata de un miedo que les impide realizar su vida”, matiza.

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¿Cuáles son las fobias más comunes en los niños?

“Las fobias más frecuentes son a los animales, aunque, últimamente y tras la pandemia, también ha habido niños que han cogido miedo a dejar de usar las mascarillas”, explica el experto, que también trabaja en el programa infantil de la Asociación Española de Psicología Clínica y psicopatología.

¿Qué hacer cuando se identifica una fobia?

“Este tipo de fobias son sencillas de tratar en con algunas indicaciones a los padres o a los niños”, asegura Padilla. El proceso consiste en que el menor se enfrente poco a poco a aquello que le genera la fobia. “En el caso de la fobia a los perros, que pase por la calle junto a adultos para que vea que no pasa nada. Los padres pueden pedir que dibuje uno o pasar por una casa en la que haya una de estas mascotas”, indica el experto siguiendo su anterior ejemplo. Sin embargo, advierte que “esto se aplica en las familias en las que hay una estructura familiar y una dinámica sólidas”.

Los problemas aparecen cuando los niños que tienen fobias pertenecen a familias desestructuradas o con dinámicas complejas “Muchas veces lo que vemos en consulta es que el síntoma o la fobia puede generar un equilibrio en la familia” indica. Para aclarar esto, añade un ejemplo: “Cuando hay problemas entre los padres o estos tienen otros conflictos que afrontar, el miedo del niño puede de alguna manera ser fortalecido por alguno de los progenitores por la sobreprotección”. En estos casos, a los progenitores les resulta muy difícil aceptar o tolerar lo que pasa, y no siempre están dispuestos a afrontar y resolver el problema porque, en el fondo, a ellos les reporta un beneficio, ya que, si los niños tienen una fobia u otro tipo de problema, los padres pueden atender a estas dificultades y dejar de lado las suyas propias. Ante esta situación, los psicólogos son los que intervienen y hacen ver a toda la familia qué es lo que está pasando. En este sentido, “es necesario intervenir con el chico o la chica para que no solo se exponga, sino que aprenda también a diferenciar su identidad y su individualidad”, explica.

La situación también se vuelve compleja cuando el niño se aprovecha de su fobia para reclamar atención, cariño y cuidados. El psicólogo indica que esto ocurre cuando los hijos tienen una personalidad dependiente y necesita mucha atención por parte de los padres. “En estos casos, hay que hacer una buena valoración de lo que está pasando”, señala, pues esto es un síntoma más de otro problema.

La salud mental de los más pequeños

Padilla recuerda que durante el reconocimiento de este tipo de patologías y de otras relacionadas con la salud mental es importante “evitar dar una respuesta inmediata”. En cambio, lo que hay que hacer una buena valoración del desarrollo psíquico del niño y de su personalidad, y para ello es fundamental construir “un espacio donde el niño pueda expresar o la niña pueda expresar toda su identidad”.

Las fobias u otras patologías pueden ser el síntoma de otro problema o conflicto, ya sea con la familia o con lo entorno, por eso es tan importante estudiar a fondo cada caso y profundizar en las razones reales de los temores y los comportamientos de los pequeños.

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