España es un país de cerveza y los datos son apabullantes. Por habitante, la media sale a 58 litros al año, según la patronal de fabricantes con datos de 2022 que incluyen el consumo de los turistas que nos visitan. Somos la segunda potencia solo por detrás de Alemania, que, eso sí, nos saca gran ventaja. Allí la producción anual superó el año pasado los 87 millones de hectolitros, por nuestros algo más de 41. La tomamos en mayor cantidad en bares, donde, como el café, no se sirve en ningún lugar -dice el cliché-. Esto no quiere decir que en casa no se pueda disfrutar. Es más: siguiendo los pasos adecuados, la experiencia será mejor que si se toma como -popularmente se conoce- ‘a morro’ o volcada de cualquier forma en un vaso o copa. Un maestro cervecero ha dado las claves.
Y no es un maestro cervecero cualquiera, sino que se trata del responsable de Cultura de Cerveza de Estrella Galicia, quien tras largos años de experiencia, algunos en Inglaterra e Irlanda, está al frente de un equipo de 15 personas dedicadas a difundir, como bien dice el nombre, la cultura cervecera. Se llama Xabier Cubillo y este sábado tuvo una breve pero certera participación en el programa A Vivir de la Cadena SER, dirigido y presentado por el periodista Javier del Pino, que hizo las preguntas fundamentales: ¿cómo debe servirse una cerveza en casa? ¿Mejor en lata o en cerveza? ¿Es bueno echarla en un vaso congelado?
Los dos tiempos para servir la cerveza en casa
Para Cubillo, “beber a morro a veces es cómodo”, pero aconseja servirla. “Recomendamos servirla en dos tiempos. Empezamos con cuidado -relató-, resbalando con la copa inclinada para producir en el primer tiempo la menor espuma posible, y luego, en el segundo, es cuando con un chorrito fino controlamos la altura y vamos produciendo la espuma poco a poco hasta que terminamos la botella y ahí sí, tenemos la copa bonita, la vemos, podemos notar los aromas y degustarla”.
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¿Vaso frío del congelador? La temperatura adecuada
Preguntado por la temperatura adecuada, o si le parece bien algo tan habitual -quizá para él abominable- como servir en un vaso sacado del congelador que reduzca aún más la temperatura del producto, este maestro cervecero no lo recomienda: “Entiendo que la mantiene por más tiempo fría, pero la recomendación de servicio suele ser de cuatro o cinco grados. Si la ponemos en un vaso a menos 20 grados se nos pone a cero y si tienes una cerveza rica, refresca mucho, pero ya no se notan tanto los aromas y la espuma se cae antes”. Para Cubillo, una solución intermedia es el vaso sacado de la nevera, a la misma temperatura que el producto, “pero del congelador no”, insistió.
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¿Lata o botella? El color importa
Otra cuestión relevante es si decantarse en el supermercado o tienda especializada por una cerveza en lata o esa misma marca en botella. La respuesta en este caso es sorprendente o seguramente no la esperada y aporta un dato curioso: el color de la botella importa. “Los dos envases -explicó- son fantásticos. El vidrio tradicionalmente parece que tiene más categoría y si lo cuidas bien es fantástico, pero la lata tiene otra ventaja que es que no le afecta la luz. La cerveza, cuando le toca la luz, incluso de lámparas, desarrolla un aroma que no es muy agradable. La mejor -botella- es la color topacio o marrón; la verde protege menos y la blanca, casi nada. Aún así, la marrón no protege del todo y hay que almacenarla a oscuras. La lata ahora además es de mayor calidad que antes, de aluminio y no de hojalata, por lo que es difícil que te dé ese sabor metálico que le dio mala prensa”.
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Así pues, y según las sugerencias de esta voz autorizada, la cerveza, en casa, mejor servirla en dos tiempos, en vaso del tiempo o sacado de la nevera, nunca del congelador para una temperatura de entre cuatro y cinco grados e indiferentemente de lata o botella, sabiendo que en el segundo caso nuestro mayor enemigo es la luz. Y a disfrutar.