El propietario de un bar obliga a un camarero a pagar un ‘simpa’ de unos clientes: “Queda mucho miserable en la hostelería”

El trabajador denuncia que estaba solo para 18 mesas dentro del bar, más diez metros de barra, la caja, el lavavajillas y la terraza con 13 mesas

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Un camarero trabaja en un bar. (EUROPA PRESS)
Un camarero trabaja en un bar. (EUROPA PRESS)

Que el mundo de la hostelería es difícil no es ninguna novedad. Y que los jefes es aprovechan (de forma generalizada) de los camareros menos. A la espera de mayores controles laborales y registros, y ante las injusticias vividas, la cuenta de X (antigua Twitter) Soy Camarero, que cuenta con más de 133.700 seguidores, se encarga de denunciar todo tipo de situaciones por las que tienen que pasar día a día el personal de hostelería.

Esta cuenta, entre algunos memes, se encarga de denunciar malos comportamientos y faltas de respeto a camareros y camareras. Recibe a diario mensajes protesta y, recientemente, ha publicado uno de ellos en los que se narra una historia que, además de generar mucha indignación, también revela una ilegalidad por parte de los dueños de un local.

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Los simpas son un habitual al que se tiene que hacer frente en el mundo de la hostelería. Es difícil de controlar y también hay que tener en cuenta que un camarero o un dependiente de una cuenta no son ni policías ni guardias de seguridad. En muchos casos, el trabajo ya sobrepasa a estos trabajadores, como para hacer también de vigilantes. Pero esto es lo que esperan algunos dueños.

Un seguidor de la cuenta de Soy Camarero cuenta que todos los días sale de trabajar en torno a las 11 de la noche. Un día, al terminar su turno, se fue dejando a dos personas cenando en la terraza, puesto que ya estaban en el postre. “Casi media hora después de salir, me llamaron del trabajo para avisar que no había nadie en terraza, que se habían marchado”, narra. “La pareja que dejé en la fase de postres se fueron sin pagar”, lamenta.

Un camarero solo para más de 30 mesas

Este camarero denuncia que estaba él solo para 18 mesas dentro del bar, más diez metros de barra, la caja, el lavavajillas y la terraza con 13 mesas. “Todo para uno solo, es fácil que ocurra una incidencia como esa”, continúa.

Pero la sorpresa se la llevó al día siguiente, cuando al entrar en su turno de las dos de la tarde la esposa de su jefe le reclamó el pago de la comida servida. “Y tuve que pagarlo”, apunta, y adjunta una foto como prueba. “El jefe guardó silencio, no dijo nada”, concluye.

La cuestión es que esta práctica, más allá de que moralmente hacer pagar a un trabajador no está bien, es ilegal. “El trabajador no tiene que asumir el riesgo de la actividad empresarial”, aseguró en declaraciones a La Razón el abogado de Legálitas, Sergio Herrero. En estos casos, no se trata de una negligencia del empleado, sino que es un “hecho de fuerza mayor” que no debe ir acompañado ni con una falta ni con una sanción, por lo que no se puede reducir el salario firmado en el contrato.

Y hay más: incluso si ha sido culpa del trabajador, el artículo 58.3 del Estatuto de los Trabajadores establece que “no se podrán imponer sanciones que consistan en la reducción de la duración de las vacaciones u otra minoración de los derechos al descanso del trabajador o multa de haber”. Es decir, se puede amonestar o sancionar a través de la suspensión de empleo y sueldo, por ejemplo, pero no se puede hacer pagar al trabajador.

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