Emilia Gómez, bióloga: “El cáncer no es inevitable, uno de cada dos se podría prevenir cambiando nuestro estilo de vida”

En su primer libro ‘Más vida, menos cáncer’, la también doctora en bioquímica ayuda a tomar conciencia de cómo mejorar nuestros hábitos para lograr una mejor salud. Insiste en que las instituciones deben ser claras al transmitir sus recomendaciones para prevenir mejor

La bióloga Emilia Gómez Pardo. (Arpa Editores)

Los 30 años de experiencia profesional han permitido a la bióloga Emilia Gómez Pardo (Zaragoza, 1961) ser “optimista” respecto al cáncer, pues a pesar de que los nuevos casos de aparición temprana han subido casi un 80% en las últimas tres décadas, los avances médicos han permitido aumentar notablemente la supervivencia.

Advierte, eso sí, que si queremos mejorar la prevención del cáncer, “la gran asignatura pendiente” es mantener un estilo de vida saludable, lo que incluye, fundamentalmente, una dieta equilibrada, no consumir tabaco o alcohol y decir adiós al sedentarismo. De esa forma, asegura la también doctora en bioquímica en entrevista con Infobae España, se podrían “evitar hasta un 50% de los cánceres”.

En su primer libro, Más vida, menos cáncer (Editorial Arpa Práctica), la divulgadora científica ayuda a tomar conciencia de cómo mejorar nuestros hábitos para lograr una mejor salud a través de “soluciones sencillas”.

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Pregunta: En su libro asegura que curamos bien, pero prevenimos mal. ¿La prevención es la asignatura pendiente?

Respuesta: Sí, totalmente, porque mientras vemos cómo la supervivencia en el cáncer cada vez es más alta, por poner un ejemplo, el 85% de los cánceres de mama se curan. Hemos avanzado mucho en el conocimiento, en terapias, en diagnóstico temprano, pero no logramos frenar los nuevos casos de cánceres, que están aumentando a un ritmo vertiginoso. Y una cosa aún más preocupante es que se está adelantando la edad de aparición de los tumores, antes la media estaba en los 50 años y ahora ha bajado. [De hecho, un estudio publicado en BMJ Oncology, asegura que los nuevos casos de cánceres en personas menores de 50 años han aumentado a escala global un 79% en las últimas tres décadas]

P: ¿Hasta qué punto se puede prevenir el cáncer?

R: Lo primero es señalar que hay cánceres que se previenen en porcentajes muy elevados y cánceres que no, puede parecer una obviedad, pero muchas personas creen que es una especie de maldición que tiene que ver con su historial y genética, pero no es así. Los cánceres más habituales, que son los de colon, mama, pulmón y próstata, tienen mucho que ver con el estilo de vida que llevamos y se pueden prevenir, aunque nunca al 100% porque es una enfermedad compleja en la que intervienen muchos factores. Pero, de forma global, entre el 40 y el 50% de los cánceres se podrían evitar, es decir, uno de cada dos. Se podría evitar en un 40% de los casos si hablamos solamente de estilo de vida: una correcta nutrición, actividad física, no consumir tabaco ni alcohol, y tener un peso óptimo para la salud. Y si sumamos factores externos que están en nuestras manos controlar, como protegernos de la luz ultravioleta con protector solar, y practicar sexo seguro para evitar infecciones tipo herpes, que son pre cancerígenas, llegaríamos al 50%. Esto en realidad es muy sencillo, lo que es bueno para evitar el cáncer, lo es para evitar las enfermedades metabólicas como la diabetes, para las cardiovasculares, las neurodegenerativas como el Alzheimer o para el envejecimiento, en definitiva, para la calidad de vida, porque enfermedades hay muchas, pero salud solo tenemos una.

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P: Y si sabemos que la prevención del cáncer depende en buena parte de nuestro estilo de vida, ¿por qué nos cuesta tanto cambiar de hábitos?

R: Es difícil porque están muy arraigados. Vivimos, además, en la sociedad del exceso de información y para gestionar esa abundancia hay que tener un espíritu crítico. Nos olvidamos de que el estilo de vida, básicamente la nutrición y la alimentación, es pura ciencia y son los científicos quienes deberían decir esto es bueno o esto es malo, pero como todos comemos y estamos legitimados para hablar, es muy difícil gestionar ese exceso de información y es humano seleccionar la información que nos conviene, por eso hay que evitar la información falsa. Como, además, el cáncer es una enfermedad de largo recorrido y de largo plazo, es muy difícil entender que lo que haga hoy puede dar la cara años después, es muy humano también pensar que eso a mí no me va a pasar y todo eso lo complica.

P: En su libro recuerda un dato importante y es que el tabaquismo causa al menos una docena de tumores, más allá del de pulmón, como puede ser de riñón, vejiga, páncreas o cuello uterino, entre otros.

R: El tabaco tiene agentes que son cancerígenos y eso provoca mutaciones en nuestros genes, al igual que el alcohol, y eso puede ser un disparadero. Por eso es importante que las instituciones den mensajes claros en cuanto al consumo de estas sustancias porque no suelen ser contundentes. Se debe decir de forma tajante, de forma que sepas el riesgo que corres si decides tomar una copa de alcohol o consumir carne en cada comida. No puede ser que aún nos estemos preguntando si una copita de vino al día es buena, porque no lo es, afecta a nuestra salud y tiene una relación directa con el incremento de cáncer.

P: Asegura también que la responsabilidad de promover y cuidar la salud es cosa de todos, de la sociedad en su conjunto, lo que requiere estrategias por parte de las instituciones. ¿Por dónde se debería empezar?

R: Es complicado, porque vivimos en la abundancia de productos poco saludables. Por eso soy una defensora de lo que ocurre en el hogar y hay que empezar educando a los niños, pero practicando con el ejemplo porque los padres tenemos mucha responsabilidad, aunque sabemos que es difícil por el ritmo de vida que llevamos.

P: Otras veces desde las instituciones se lanzan mensajes contundentes como la campaña que impulsó el ministro de Consumo Alberto Garzón, bajo el lema “Menos carne, más vida”, y generó mucha polémica...

R: El ministro tenía toda la razón. Y así lo afirman prestigiosas instituciones sanitarias, lo que pasa es que cuesta aceptar esas recomendaciones porque hay mucho negocio detrás, tanto en el consumo de carne, como en el de alcohol o tabaco: son decisiones que hay que ser muy valientes para implementarlas. Pero en este caso Garzón tenía toda la razón del mundo, y no lo dice solo él, lo dice la Organización Mundial de la Salud y el Foro Mundial para la Investigación sobre el Cáncer: el exceso de carne es perjudicial para la salud. Solo el consumo de carne actual en España provoca unos 6.000 o 7.000 cánceres de colon, cuesta muchas vidas, además de la gran cantidad de suelo y agua que se utiliza para su producción.

P: Recuerda también que el consumo de frutas, verduras, legumbres y pescado ha dejado de ser mayoritario a ser testimonial cuando en España se presume de dieta mediterránea. ¿Es alarmante?

R: Podemos presumir de dieta mediterránea, pero no es verdad porque las estadísticas dicen que entre el 60% y 70% de la energía que consumen los españoles procede de productos ultraprocesados o que el consumo de legumbres ha disminuido a la mitad en los últimos años. Se come poco de lo que hay que comer. La alimentación saludable es muy fácil de definir (y difícil de hacer) porque es mayoritariamente vegetal, no exclusivamente, pero hay que comer muchas verduras, legumbres, fruta, cereales integrales, porque es lo que nos protege del cáncer. Hay que recordar que tienen compuestos exclusivos del mundo vegetal como la fibra, pero también tienen otros como los fitonutrientes, que son cruciales en muchos procesos fisiológicos y actúan como antioxidantes y antiinflamatorios. Son compuestos que tienen mucho que ver en los procesos neoplásicos (alteraciones de la función celular) en la reparación de mutaciones, reconocimiento y fortalecimiento del sistema inmune, lo cual es vital en las primeras etapas del desarrollo de un cáncer, porque un sistema inmune sano es capaz de reconocer una célula mutada y eliminarla, con lo cual se paraliza el proceso. Todo eso se fortalece con alimentos vegetales.

P: Una vida demasiado sedentaria también aumenta el riesgo de cáncer. ¿Qué recomienda en ese sentido?

R: Hay que moverse porque hemos dejado de hacerlo. Muchos españoles se levantan y de la cama van al coche y, de ahí, a la oficina y vuelta a empezar, pasando por el sofá para ver la tele. Ese es el día a día de muchas personas, no nos movemos y eso es un problema. No hace falta estar sudando la gota gorda en el gimnasio, es mucho más importante que nuestro día a día sea movido, porque el cuerpo humano está diseñado para moverse, no para estar sentados frente a una pantalla, eso es mortal.

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