Los mitos más comunes sobre los anticonceptivos: desde la eficacia hasta los efectos secundarios

No todas las píldoras anticonceptivas son iguales ni provocan la infertilidad en las mujeres, según los expertos

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Pastillas anticonceptivas (Getty Images)
Pastillas anticonceptivas (Getty Images)

Las hormonas son malas para el cuerpo y los anticonceptivos hormonales provocan la infertilidad en las mujeres, estos son algunos de los mitos más repetidos hoy en día. Sin embargo, no hay evidencia científica de que sea así, según un grupo de expertos que, con motivo del Día Mundial de la Anticoncepción, ha emitido un comunicado a través de la empresa farmacéutica Gedeon Richter en el que desmienten algunos de los mitos más conocidos sobre los diferentes tipos de anticoncepción que se utiliza en España.

Según cifras de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), el preservativo fue el principal método anticonceptivo utilizado en España el año pasado. Cerca de un 36% de las mujeres en edad fértil indicaron que el preservativo era su método anticonceptivo principal, mientras un 17% de las mujeres afirmaron usar la píldora anticonceptiva combinada.

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Según la SEC, las creencias falsas sobre los anticonceptivos hormonales podrían haber contribuido a que muchas mujeres hayan optado por otros métodos anticonceptivos no hormonales. “Entre los jóvenes existe una creciente hormonofobia, con la sensación de que las opciones contraceptivas o terapias hormonales pueden producir más daño que beneficio”, ha explicado el presidente de la Sociedad Española de Contracepción, el doctor José Cruz Quílez Conde. Añade que “los anticonceptivos han evolucionado mucho en los últimos años” y que “se ha buscado una mejor efectividad y una evolución en seguridad”.

Los beneficios superan los riesgos potenciales

Uno de los mitos más repetidos sobre los anticonceptivos hormonales es que provoca trombosis, cáncer e infertilidad. Según ha explicado a Infobae la doctora, ginecóloga y sexóloga de Gine4, Mercedes Herrero Conde, “los medicamentos con estrógenos tienen un mínimo aumento de riesgo de trombosis, pero es mucho menor que fumar, por ejemplo. Por eso, necesitan un asesoramiento antes de la prescripción”.

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Aunque es cierto que un estudio danés publicado en 2017 encontró una relación entre el riesgo de desarrollar cáncer de mama y la toma de la píldora anticonceptiva, los expertos coinciden en que el riesgo es mínimo y que otros factores como el estilo de vida o la alimentación tienen mayor influencia en el desarrollo de diferentes tipos de cáncer que la píldora anticonceptiva. Además, varias investigaciones avalan sus beneficios a la hora de prevenir otros tipos de cáncer como el cáncer de ovario o el cáncer endometrial.

Por otra parte, no hay estudios que relacionen los anticonceptivos hormonales con la infertilidad a largo plazo. Sin embargo, según ha indicado Herrero, existen efectos secundarios de los métodos anticonceptivos hormonales como el dolor de cabeza, la tensión mamaria o hinchazón, aunque éstos no son iguales para todos los preparados.

No todos los anticonceptivos protegen frente a las enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Un doctor con un preservativo
Un doctor con un preservativo (Getty Images)

A la hora de elegir el método anticonceptivo que más se adapta a las necesidades cada persona, Herrero insta a tener en cuenta el riesgo de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y a incluir el “doble método” de protección, es decir, añadir el preservativo a cualquier otro método anticonceptivo para prevenir este tipo de infecciones.

Sobre los diferentes tipos de anticoncepción que existen hoy en día, la doctora asegura que “lo importante es que tenemos uno para la necesidad de cada mujer”. Según los criterios de elegibilidad de anticonceptivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda, sobre todo, el uso de los métodos anticonceptivos de larga duración como los más eficaces, categoría que incluye al dispositivo intrauterino (DIU) y el implante.

En segundo lugar se encuentran los métodos hormonales de corta duración como las píldoras, el parche, el anillo o la inyección. En tercer lugar, también existen los métodos con “más fallos” que los anteriores como los condones masculinos y femeninos y el diafragma, entre otros. Entre los métodos menos usados y menos eficaces se encuentran los que están basados en los ritmos de ovulación.

Los descansos no son necesarios y no todas las píldoras son iguales

Otro de los mitos más comunes sobre la píldora anticonceptiva y los métodos hormonales es que los descansos son necesarios. Sin embargo, no hay evidencias de que exista una necesidad médica ni de que es beneficioso hacer un descanso en la toma de anticonceptivos hormonales, sino todo lo contrario. Dejar de tomar la anticoncepción aumenta el riesgo del embarazo y una vez que se empieza a tomarla de nuevo, los efectos secundarios podrían volver a aparecer.

Por último, los expertos subrayan que no todas las píldoras anticonceptivas hormonales son iguales y que hay muchas píldoras con composiciones diferentes. Por un lado, existe la ‘minipíldora’, que únicamente contiene un gestágeno, responsable de la actividad anticonceptiva, mientras las píldoras combinadas contienen un gestágeno y un estrógeno, que da soporte al gestágeno en la inhibición de la ovulación y ayuda a mantener el patrón de sangrado predecible. También hay diferentes tipos de gestágenos y de estrógenos, así como diferentes tipos de regímenes de administración. Por tanto, es clave consultar con su médico o especialista antes de empezar a tomar los anticonceptivos hormonales.

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