La segunda quincena de agosto se consolida cada año como una de las épocas con un mayor número de viajes y desplazamientos. Los turistas hacen las maletas y aprovechan para desconectar durante unos días de la rutina. Las personas más despistadas suelen hacer una lista con los imprescindibles, es decir, todas aquellas cosas que nadie se puede olvidar en casa: billetes de transporte, documentos de identificación o justificantes de la reserva del hotel. La tarjeta sanitaria europea (TSE) es otro clásico de esta lista, sobre todo para los ciudadanos que viajen a cualquier otro país de la Unión Europea (UE). En este artículo te explicamos las claves y el funcionamiento de esta ficha.
La tarjeta sanitaria europea es un documento personal e intransferible que sirve para tener acceso a los servicios médicos que resulten necesarios durante una estancia temporal en cualquier otro país de la UE, Noruega, Islandia, Liechtenstein, Reino Unido o Suiza. Cada viajero tiene que llevar su propio documento. La tarjeta sanitaria europea es gratuita y se puede solicitar tanto online como de forma presencial en las oficinas de atención e información de la Seguridad Social.
Los usuarios no pueden utilizar la tarjeta sanitaria europea cuando su desplazamiento tenga como finalidad la recepción del tratamiento médico. En estos casos, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) emitirá un formulario correspondiente alertando de lo sucedido. Por lo tanto, sólo se puede hacer uso del documento cuando una persona disfruta como turista de unos días en el extranjero, nunca como residente. La tarjeta tiene fecha de caducidad, por lo que es importante comprobar su estado antes de abandonar el país de origen y renovarla en caso de que esté próximo su vencimiento.
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¿Cómo solicitar la tarjeta sanitaria europea?
Los contribuyentes que disfruten de las prestaciones médicas de titularidad pública en su país de origen pueden solicitar la tarjeta sanitaria europea y renovarla tanto de forma telemática como in situ en alguna de las oficinas de la Seguridad Social. Los interesados sólo tienen que presentar el certificado digital, la Cl@ve Pin o el código SMS para acceder a la sede electrónica de la Seguridad Social y rellenar el formulario. Los beneficiarios recibirán en un plazo máximo de cinco días el documento en su domicilio.
La tarjeta sanitaria europea tiene una validez de dos años, aunque contempla algunas excepciones. Los extranjeros residentes sólo podrán disfrutar de los servicios hasta que el permiso de residencia alcance su fecha de vencimiento. Los ciudadanos, por norma general, pueden renovar el documento tantas veces como consideren oportuno. Este pase sirve para garantizar la cobertura médica durante una estancia vacacional en el extranjero.
¿Qué servicios cubre la tarjeta sanitaria europea?
Los titulares de la tarjeta sanitaria europea podrán recibir la asistencia de un médico, un hospital o un centro de atención en las mismas condiciones que los residentes de un país extranjero. De este modo, si un español visita Italia, recibirá el tratamiento y la asistencia sanitaria que reciben los ciudadanos italianos. La tarjeta sólo cubre los gastos médicos surgidos durante el viaje y no tiene en cuenta las patologías previas que pudieran existir en el historial del paciente. Además, en algunos casos los turistas pueden tener que pagar por recibir esta atención médica, así como por la compra de los distintos medicamentos, todo en base al funcionamiento del sistema del país en cuestión.
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