El consumo de potenciadores cognitivos, o fármacos “inteligentes” que toman algunos estudiantes para aumentar su capacidad de concentración, podrían estar en realidad inhibiendo su rendimiento y productividad, según una nueva investigación de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y la Universidad de Melbourne (Australia).
El estudio, publicado en la revista ‘Science Advances’, explica que medicamentos, como el metilfenidato, pueden resultar contraproducentes en personas neurotípicas. Este fármaco se receta habitualmente para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), pero también los toman quienes no tienen un diagnóstico, bajo la creencia de que mejora la concentración y el rendimiento cognitivo.
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El problema de la mochila
En la investigación se llevaron a cabo ensayos aleatorios en Melbourne: 40 participantes sanos tomaron metilfenidato, modafinilo o dextroanfetamina, tres populares fármacos “inteligentes” o un placebo. Tras ello, participaron en una prueba diseñada para modelar toma de decisiones y la resolución de problemas de la vida cotidiana. A diferencia de anteriores estudios sobre el uso de estas medicinas, que se centraban en tareas cognitivas más sencillas como en la memoria o la atención, en el ensayo de Melbourne se realizaron actividades más complejas, que simulaban mejor la dificultad de las tareas del día a día.
Los participantes realizaron un ejercicio conocido como el Problema de Optimización de la Mochila. Se les daba una mochila virtual con una capacidad determinada y una selección de objetos de distintos pesos y valores. Los participantes tenían que encontrar la mejor manera de distribuir los objetos en la mochila para maximizar el valor total de su contenido.
En general, los participantes que tomaron los fármacos experimentaron pequeñas disminuciones en precisión y eficacia, junto con grandes aumentos en tiempo y esfuerzo, en relación con sus resultados cuando no tomaron los fármacos. Los que tomaron placebo tardaron un 50% menos de media en completar el problema de la mochila que los que tomaron uno de los fármacos. Además, los participantes que obtuvieron mejores resultados en la condición placebo que el resto del grupo tendieron a mostrar una mayor disminución del rendimiento y la productividad tras recibir el fármaco.
“Estos fármacos no te hacen ‘más inteligente’”
La doctora Elizabeth Bowman, investigadora del Centro para el Cerebro, la Mente y los Mercados de la Universidad de Melbourne y autora principal del estudio, afirma que los resultados demuestran que aún no se ha establecido la eficacia de los potenciadores en personas neurotípicas: “Nuestra investigación demuestra que los fármacos que se espera que mejoren el rendimiento cognitivo de los pacientes pueden, en realidad, estar haciendo que los usuarios sanos trabajen más y, al mismo tiempo, produzcan un trabajo de menor calidad en un periodo de tiempo más largo”.
“Nuestros resultados sugieren que, en realidad, estos fármacos no te hacen ‘más inteligente’, ha señalado el profesor Peter Bossaerts, Catedrático Internacional Leverhulme de Neuroeconomía de la Universidad de Cambridge, que ha añadido que, debido a la dopamina que inducen los fármacos, esperaban un aumento de la motivación, pero descubrieron que este esfuerzo provocaba un pensamiento más errático.
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