Los cánceres hematológicos se multiplican por 11 en una década: se diagnóstican de media a los 67 años, sobre todo en hombres

Para este 2023 se estima que habrá 27.000 nuevos casos, aunque las nuevas inmunoterapias invitan a pensar que “dentro de poco” se podrá asistir a la curación de muchos de ellos

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Un técnico de laboratorio que inserta un tubo de ensayo de muestra de sangre en una centrífuga (GETTY IMAGE)
Un técnico de laboratorio que inserta un tubo de ensayo de muestra de sangre en una centrífuga (GETTY IMAGE)

Los diagnósticos de cánceres hematológicos aumentan y para este 2023 se estima que habrá 27.000 nuevos casos, 11 veces más que hace una década, aunque las nuevas inmunoterapias invitan a pensar que “dentro de poco” se podrá asistir a la curación de muchos de ellos.

Son algunas de las conclusiones que han expuesto este viernes los expertos congregados en la VII Jornada de Divulgación HematoAvanza organizada por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), en la que han abordado las cifras del cáncer hematológico, la nueva inmunoterapia o los últimos avances en mieloma múltiple, entre otros.

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Este campo de la hematología, ha valorado la presidenta de la SEHH, Mariví Mateos, cuenta con la “gran ventaja” de que la célula tumoral está en la sangre o en la médula ósea, con lo que el acceso a ella se hace “de una manera mucho más rápida y mucho más directa”. Lo que facilita que, en casos como el del mieloma múltiple, del que se detectan unos 2.500 casos anuales en España, la investigación haya hecho posible que pueda identificarse precozmente antes de que el paciente desarrolle la clínica y hacer una intervención temprana.

Envejecimiento y diagnóstico precoz, detrás del aumento

Esa mayor capacidad para detectar precozmente, junto al envejecimiento de la población, explican el incremento paulatino de su prevalencia, de alrededor un 1 % al año. Así, entre 2002 y 2013, el registro HematoREDECAN contabilizó 56.777 cánceres hematológicos, de los que la mayoría (39.156) fueron linfoides -que suponen el 70 % del total y agrupan la leucemia linfática crónica, la leucemia aguda linfoblástica, el linfoma y el mieloma múltiple-.

La mediana de edad en el momento del diagnóstico fue de 67 años y la tasa de incidencia fue de 34,23 casos por 100.000 personas, con un predominio en los hombres. Globalmente, la supervivencia a cinco años rondó el 63 %, aunque difiere según los subtipos, edad y sexo, de modo que la de las mujeres es mayor; las tasas más altas las presentan los linfomas Hodgkin, con el 82 %, pero para otros como el mieloma o la leucemia de células plasmáticas o la linfocítica de células B no llegó al 50 %.

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Mientras, el 30 restante (17.522) correspondían a neoplasias mieloides (leucemia aguda mieloblástica, leucemia mieloide crónica, síndromes mielodisplásicos y síndromes mieloproliferativos crónicos); la incidencia en este caso fue también mayor en hombres (55,1 %) y la media de edad fue de 73 años, ha expuesto Rafael Marcos-Gragera, epidemiólogo del Instituto Catalán de Oncología y coordinador de este registro.

Con todo, y teniendo en cuenta la tendencia registrada en este periodo, las proyecciones indican que este año se diagnosticarán 27.000 tumores hematológicos, de los que cerca de 18.000 serán linfoides.

Car-T y biespecíficos, la revolución en oncología hematológica

Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas cifras de supervivencia son anteriores a la gran “revolución” terapéutica que ha estallado de la mano de la inmunoterapia, sobre todo las terapias Car-T, “paradigma de la medicina de precisión” que ha cambiado todo”, ha enfatizado José María Moraleda, coordinador de la Red de Terapias Avanzadas del Instituto de Salud Carlos III y expresidente de la SEHH.

Este tratamiento consiste en la extracción de sangre del propio paciente mediante aféresis, una técnica que permite separar los componentes de la sangre, mediante la cual se obtienen linfocitos T que son modificados posteriormente en laboratorio con técnicas de ingeniería genética, de modo que puedan identificar, atacar y destruir las células cancerosas.

(Argenetics)
(Argenetics)

Ahí está el ejemplo de Alyssa, la niña de 13 años con leucemia aguda linfoblástica T en recaída después de múltiples tratamientos –incluyendo un trasplante de médula ósea– sin esperanza de curación; la primera paciente tratada con CAR-T es hoy “una jovencita guapísima que está en la universidad haciendo vídeos para ayudar”, libre de enfermedad y con una reconstitución inmune adecuada.

Tras las CAR-T, los anticuerpos monoclonales biespecíficos se erigen como el segundo arma contra los cánceres hematológicos y han demostrado una alta eficacia con una adecuada tolerabilidad en pacientes muy pretratados de leucemia, linfoma y mieloma múltiple, pero también frente a enfermedades hematológicas como la hemofilia A, ha valorado Ana Jiménez, del Hospital Universitario 12 de Octubre.

La curación de “muchos cánceres”, dentro de “bastante poco”

Otro giro se está viendo también en leucemia linfática crónica, la más frecuente de los países occidentales y que supone el 30% de las del adulto, con una incidencia estimada en 4-5 casos por 100.000 habitantes y año, ha añadido Raúl Córdoba, del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, en cuyo tratamiento ya se ha desterrado la quimioterapia.

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Datos todos que invitan al optimismo: “Vais a ver la curación de muchos cánceres dentro de bastante poco”, ha vaticinado Moraleda. Algo en lo que ha incidido la presidenta de la SEHH: los avances han sido tales que permiten por ejemplo soñar “con curar el mieloma” y “probablemente, cuando incorporemos toda la innovación a la primera línea de tratamiento, lo podamos conseguir”.

Pero para llegar ahí, “la investigación es el único camino para generar conocimiento e innovación, y solo así vamos a conseguir una supervivencia mejor e incluso su curación”, ha concluido.

Texto elaborado por Adaya González (EFE)

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