¿Son reales nuestros dolores? La explicación de un psiquiatra que ayudaría a la mitad de los pacientes

Hasta el 50% de los pacientes que acuden con síntomas a su médico de la Atención Primaria sufren en realidad de síntomas generados por somatización

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Imagen de una persona atendida
Imagen de una persona atendida por un sanitario (IMSS/CUARTOSCURO.COM)

Es muy posible que tengas dolores muy concretos que puedan tener un diagnóstico muy sencillo, pero que a la hora de curarlos, no respondan a los tratamientos más evidentes. Cuando la cabeza ya no puede más y se ignoran todos los mensajes que nos envía, el cuerpo comienza a resentirse y a sufrir achaques. Esas dolencias, que se identifican como dolores psicosomáticos, ganan peso en sociedades adolecidas por el estrés y la precariedad.

Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México define los trastornos psicosomáticos como “las dolencias físicas cuya aparición, mantenimiento o agravamiento tienen alta probabilidad de asociarse a factores psicológicos (...) Suelen ser parte de un síndrome que coincide con el cuadro de una enfermedad específica y bien definida”.

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La visibilización de los problemas de salud mental cada vez tienen más espacio en nuestra sociedad y hay datos que evidencian conflictos entre la vida laboral y la vida personal. Hay investigaciones que revelan que hasta el 50% de los pacientes que acuden con síntomas a su médico de la Atención Primaria sufren en realidad de síntomas generados por somatización.

Esta tesis es apoyada y divulgada por José Luis Marín, médico psiquiatra y miembro de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (Sempyp). “Puede ser una manifestación en la piel, o un problema digestivo, mareos, vértigos... casi cualquier síntoma puede ser manifestación del estrés”, relata este médico a Infobae España.

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Lejos de ser un gran descubrimiento, protesta el sanitario, la somatización de problemas del orden de salud mental es un hecho verificado por la comunidad científica: “Son muchos estudios, la mitad de los pacientes presentan malestar psicológico significativo. Los porcentajes de somatización en Atención Primaria y en otras especializaciones es muy alto. En medicina hay millones de estudios en esta dirección, lo chocante es que todo este conocimiento está excluido de la práctica médica habitual”, arguye.

Invisibilizar el estrés, el detonante

El problema original de la persona que somatiza su estrés, relata el psiquiatra, viene porque se le niega la capacidad de desahogo: “El malestar, o se expresa como malestar psicológico, cosa que casi nunca se puede, o se somatiza. El paciente lo sabe, pero nadie lo pregunta. El paciente sabe que lleva una vida difícil por cuidar de los hijos, por el trabajo, por una hipoteca...”, asevera.

En España, la Atención Primaria no está preparada para afrontar este tipo de problemáticas. “La medicina ha sido excluyentemente biológica, obviando de forma grosera todo lo que tiene que ver con el estrés psíquico”, asegura Marín, cuestión que ha puesto en el foco el activismo sanitario desde hace tiempo. La escasez de psicólogos y psiquiatras en la sanidad pública hace imposible reconducir la situación.

El país tiene 9,27 psiquiatras en la red pública por cada 100.000 personas, un dato inferior a la media de la Unión Europea, según la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM). En cuanto a psicólogos, el guarismo es aún más pequeño y se queda en seis por cada 100.000 habitantes.

Además, remata Marín, que “los médicos de familia no tienen la formación ni recursos para hacer esta evaluación psicológica, mucho menos para una intervención, pero todos saben que sus pacientes somatizan su estrés”. La ansiedad de la vida cotidiana no entra en los cálculos de la medicina moderna.

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