El bizcocho es una de las recetas dulces más sencillas que existen, aunque no por ello menos deliciosa. Ya sea para desayunar, merendar o poner el broche final a una comida familiar, los bizcochos son triunfos asegurados para los que no se necesita demasiado esfuerzo ni tiempo en la cocina. Comerlo con mermelada, con chocolate, bañado en leche o solo es una verdadera delicia, especialmente cuando se trata de un bizcocho casero que hemos elaborado con nuestras propias manos, sin aditivos ni procesados extra.
Y si hay un bizcocho fácil y que gusta a todo el mundo, ese es el clásico bizcocho de yogur. Este ingrediente se utiliza en la preparación de un bizcocho principalmente porque le aporta una mayor cremosidad al resultado. No obstante, el yogur no es un ingrediente imprescindible. Si no quieres utilizarlo, no te gusta o no te quedan yogures en la nevera, también puedes conseguir muy buenos resultados sin él. En este artículo pretendemos demostrártelo con una receta de bizcocho de limón sin yogur que merece la pena que pruebes en tu propia casa.
El limón le dará a este bizcocho el toque de sabor fresco perfecto y, gracias al paso fundamental de montar las claras, tendremos un resultado de lo más esponjoso. La mantequilla y la leche, por otro lado, ayudarán a darle consistencia a este delicioso postre, que seguro fascinará a cualquiera que lo pruebe. En definitiva, una receta sencilla, con ingredientes que todo el mundo puede tener en su despensa y que asegura un resultado de sobresaliente.
Receta de bizcocho sin yogur
Tiempo de elaboración: 45 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes
4 huevos grandes
250 g de harina de trigo
1 limón
100 g de leche
150 g de azúcar
100 g de mantequilla
1 sobre de levadura en polvo
Una pizca de sal
Elaboración:
- En primer lugar, separamos las yemas de las claras, reservamos las yemas en un bol amplio y colocamos las claras en otro. Cuando tengamos todas las claras separadas, les añadimos una pizca de sal y las empezamos a montar. Cuando tengamos las claras semimontadas, incorporamos poco a poco la mitad del azúcar y seguimos batiendo, hasta que consigamos que estén completamente montadas, a punto de nieve.
- En el bol donde habíamos reservado las yemas añadimos el resto del azúcar y un poco de la ralladura de la piel del limón, evitando la parte blanca porque amargará el sabor final. Batimos con unas varillas eléctricas.
- Cuando la mezcla obtenga un color blanquecino, añadimos la mantequilla y seguimos batiendo hasta conseguir una mezcla homogénea. Después, añadimos la leche y seguimos batiendo.
- Cuando tengamos estos ingredientes mezclados, mezclamos la harina con la levadura y la añadimos poco a poco, tamizándola y sin dejar de remover.
- A continuación, incorporamos las claras que teníamos reservadas a punto de nieve, mezclando poco a poco y con movimientos envolventes para que la mezcla no pierda volumen y nos quede un bizcocho muy esponjoso.
- Para hornear nuestro bizcocho, untamos un molde con mantequilla y precalentamos el horno a 180 °C con calor arriba y abajo. Vertemos la masa en el molde.
- Metemos el bizcocho en el horno a 180 °C con calor arriba y abajo durante los primeros 10 minutos. Cuando pase este tiempo, bajamos la temperatura a 170º C y lo dejamos 25-30 minutos más. Para comprobar si está hecho, abrimos el horno y lo pinchamos con un palillo o cuchillo. Si sale limpio, ya podemos apagar el horno, abrimos la puerta y dejamos que el bizcocho se atempere dentro del horno 10 minutos. Después, ya podremos sacar el bizcocho del molde y estará listo para disfrutar.