17 años, 10 meses y 24 días. Este es el periodo de tiempo en el que Rafa Nadal se mantuvo en el Top 10 del tenis, inamovible del mismo durante 912 largas semanas. Una racha prodigiosa que pasó a la historia a finales del pasado marzo, cuando empezó a forjarse el que ahora mismo es el peor ranking del jugador balear desde 2005: 15 del mundo. Un puesto desconocido para él desde que asaltó la élite del deporte de la raqueta y que amenaza con complicarle las cosas más de lo normal al principio de ese torneo fetiche suyo de cada año: Roland Garros.
Como mucho, Nadal mejorará en apenas una unidad su clasificación ATP el próximo lunes (número 14), pues ni Montecarlo ni Barcelona esperan ya su concurso. El balear ha asegurado que no estaba preparado para competir en el Godó, al seguir recuperándose de la lesión en el psoas ilíaco que le mantiene en el dique seco desde el pasado Abierto de Australia (eliminado en segunda ronda). Su objetivo es llegar al 100% a la arena de París y, lo más probable, salvo sorpresa, es que regrese a las pistas en Madrid y compita también en Roma.
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Así, replicará su calendario en tierra batida de 2022 y, por tanto, defenderá 270 puntos antes de París: 180 en la capital española, donde alcanzó los cuartos de final en la pasada edición, y 90 en la italiana, que le disfrutó sólo hasta octavos. Por supuesto, la madre de todas las defensas (y pérdidas, claro) le espera en Roland Garros: 2.000 puntos con sabor a decimocuarto título para hacer un total de 2.270 en lo que respecta a la gira de arcilla. Tanto pesa la superficie favorita de Nadal en el cómputo numérico de su rendimiento que los puntos totales que atesora ahora mismo en el ranking son 2.715.
Al menos, al español, que apenas ha disputado cuatro partidos en 2023 (una victoria y tres derrotas), le queda el consuelo de que la situación es bastante estable, por el momento, en las posiciones inmediatamente inferiores a la suya. Eso sí, el vaivén antes de llegar a París no se puede descartar.
Los perseguidores más inmediatos de Nadal
El polaco Hubert Hurkacz, que caerá del número 13 del mundo al 15 en cuanto se actualice la clasificación, cuenta con 2.660 puntos: no defiende ninguno en Barcelona, pero sí 180 en Madrid (como Nadal) y apenas 10 en Roma, ya que cayó en primera ronda. Tras él, el alemán Alexander Zverev, con una puntuación de 2.140: tampoco estuvo en Barcelona y defiende 600 puntos en Madrid, al haber sido finalista en 2022, y 360 en Roma, donde llegó hasta semifinales.
Pablo Carreño está en el puesto 17, con 2.095 puntos: defiende 300 en Barcelona (finalista), apenas 10 en Madrid y 45 en Roma (segunda ronda). Después, se encuentra el estadounidense Tommy Paul, que cuenta con 2.070 puntos: 10 en Madrid y 45 en Roma, porque no jugó en Barcelona. Tras ellos, el australiano Alex de Miñaur, que tiene 2.050 puntos: 180 los consiguió en Barcelona (semifinalista), 45 en Madrid y 90 en Roma (octavos).
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El nuevo número 20 del mundo a partir del lunes será el italiano Lorenzo Musetti, con 1.930 puntos: en Barcelona defenderá 45 (octavos) y en Madrid 115 (también octavos), sin botín alguno en Roma al no haber jugado allí en 2022. Por detrás se sitúa el croata Borna Coric, que tiene 1.890 puntos: 10 tanto en Madrid como en Roma, puesto que no jugó el Godó. El 22 del mundo es el también italiano Matteo Berrettini, con 1.832 puntos: ninguno a defender próximamente, ya que no compitió en los tres torneos de interés ahora.
El puesto 23 es para otro croata, Marin Cilic, que posee 1.645 puntos: 45 llevaron sello madrileño y 90 el de Roma (no estuvo en Barcelona). Por fin, alcanzamos el puesto 24, hasta donde se aupará el australiano Nick Kyrgios, con 1.465 puntos: ninguno se consiguió en los próximos torneos de tierra.
Posible cuadro tramposo en Roland Garros
Visto cómo se presenta el panorama en cuanto a posibles sorpasos a Nadal de cara a las próximas semanas (tengamos en cuenta que él también puede subir lo suyo en el ranking si las cosas van extremadamente bien), llegamos al quid de la cuestión: París. Un torneo en el que el balear siempre ha tenido rivales más o menos asequibles en las primeras rondas... hasta ahora.
No hay más que mirar los precedentes: el número 96, el 46, el 31 y el 24 para empezar en 2005; el 50, el 116, el 32 y el 14 en 2006; el 59, el 227, el 50 y el 16 en 2007; el 76, el 148, el 26 y el 23 en 2008; el 97, el 72 y el 48 en 2009 (cayó en octavos contra el sueco Robin Soderling); el 655, el 44, el 33 y el 29 en 2010; el 39 (John Isner: quizá su debut más peliagudo en Roland Garros), el 48, el 227 y el 37 en 2011; el 111, el 43, el 192 y el 15 en 2012; el 59, el 35, el 29 y el 15 en 2013; el 279, el 57, el 65 y el 83 en 2014; el 296, el 154, el 120 y el 37 en 2015; el 100 y el 99 en 2016 (abandonó en tercera ronda); el 45, el 46, el 63 y el 18 en 2017; el 129, el 78, el 32 y el 70 en 2018; el 180, el 114, el 29 y el 78 en 2019; el 83, el 236, el 74 y el 213 en 2020; el 63, el 53, el 45 y el 19 en 2021 y el 82, el 138, el 29 y el 9 en 2022.
Salvo muy contadas excepciones, Nadal resolvió por la vía rápida de los tres sets, año tras año, cada uno de sus primeros compromisos en la tierra parisina. Aunque, claro, beneficiado en todos los casos por un puesto muy generoso como cabeza de serie: 4, 2, 1, 3, 6 o 5 si repasamos su historial en Roland Garros.
Sin embargo, el actual ranking de Nadal le llevaría a una parte del cuadro totalmente desconocida para él en París. Ahora mismo, encabezaría nada menos que la sección 6 al ser el decimocuarto cabeza de serie del torneo, por lo que iría por la parte inferior. Su predecesor en ese hipotético puesto, el canadiense Denis Shapovalov, se fue a casa a las primeras de cambio: el danés Holger Rune, entonces número 40, le derrotó por 6-3, 6-1 y 7-6. Iba por el lado del griego Stefanos Tsitsipas, en octavos, y del noruego Casper Ruud, que acabó con él en cuartos y fue finalista.
En 2021, precisamente Ruud, que ocupó el puesto de cabeza de serie que ahora mismo le correspondería a Nadal, sólo llegó hasta tercera ronda en París: le eliminó Alejandro Davidovich (7-6, 2-6, 7-6, 0-6 y 7-5), en ese momento el 46 del mundo y cuya aventura concluyó en cuartos. Allí esperaba Zverev. Y en semifinales, Tsitsipas, el finalista de ese lado del cuadro.
A escasas semanas de que empiecen las hostilidades en París, no se puede predecir a ciencia cierta cómo volverá Nadal a las pistas después de tres meses sin competición. Tampoco cómo le tratará el ranking, en función de los resultados propios y ajenos, hasta Roland Garros. Ni cómo le irá en el sorteo del torneo por el que (más) pasará a la historia. Lo que sí es de sobra conocido es que en el tenis la ventanilla de milagros imposibles es negociado de Rafa Nadal. Más aún cuando el escenario es el de la Philippe Chatrier.