
El escritor Stephen King es una de las figuras más influyentes de la literatura contemporánea. Con más de medio siglo de carrera, sus novelas definieron el género del terror y trascendieron el papel impreso para convertirse en hitos del cine. Desde Carrie (1976) hasta It (1990), sus historias dieron forma a algunas de las producciones más memorables de Hollywood.
Sin embargo, su rol en la industria no se limitó a la ficción, dado que también fue un observador crítico del séptimo arte. En 2007, una reseña generó controversia por su visión mordaz sobre el trabajo de Quentin Tarantino. La revista Fotogramas repasó aquel episodio entre ambas personalidades.

King y su relación con el cine
Más allá de la constante adaptación de sus novelas, Stephen King mantuvo un vínculo estrecho con la industria del cine. No solo apoyó financieramente diversas producciones basadas en sus obras, sino que también participó en la escritura de guiones y fungió como consultor en distintas adaptaciones.
Esta legitimidad como crítico se evidenció en 2007, cuando publicó una reseña en Entertainment Weekly sobre Kill Bill Vol. 1 (2003). En ella, King no escatimó en descalificaciones para la película de Tarantino, a la que describió como “insulsa” y “narcisista”. Su postura contrastó con la recepción entusiasta que la cinta había tenido entre críticos y cinéfilos.

Una crítica feroz a “Kill Bill”
Para Stephen King, Kill Bill Vol. 1 carecía de sustancia y era una obra pretenciosa. “Steve dice que no te lo creas. Steve dice que debes recordar que los críticos de cine ven las películas gratis”, escribió en su análisis, sugiriendo que la opinión favorable de la crítica se debía a la falta de perspectiva que genera la comodidad de ver cine sin pagar.
El novelista cuestionó la construcción de la protagonista interpretada por Uma Thurman, a quien consideró desaprovechada en un papel sin profundidad. “Es lo mejor de la película, pero al final se queda con el papel de una mujer que es una etiqueta en lugar de un ser humano”, agregó el escritor.
También criticó la violencia estilizada de Tarantino, comparando las coreografías de lucha con una “rutina de natación de Esther Williams”, en referencia a la nadadora y estrella de cine de la época dorada de Hollywood.
La falta de un desenlace definido en Kill Bill Vol. 1 también fue un punto de conflicto para King. Sobre esto expresó: “Ni siquiera hay un final del que puedas presumir; simplemente nos dicen que estemos atentos para más”. Además, concluyó su reseña con una contundente afirmación: “Lo aburrido sigue siendo aburrido, ¿no?”.
Tarantino y la posibilidad de Kill Bill 3
A pesar de la visión negativa de King sobre Kill Bill, la saga sigue siendo una de las más emblemáticas del cine de acción. Quentin Tarantino manifestó en múltiples ocasiones su intención de continuar la historia de “La Novia”. En una entrevista con Andy Cohen, el director confirmó que tiene planes para una tercera entrega, aunque no de manera inmediata.
“Tengo una idea de lo que haría, qué le sucedió a ‘La Novia’ y qué quiero hacer. Porque no me gustaría inventar una aventura ridícula, ella no se lo merece”, explicó Tarantino, dejando claro que su intención es desarrollar una historia que haga justicia al personaje.
De igual manera, el cineasta también reconoció que el proyecto aún tardará en concretarse. “Yo sé que pasó (bastante tiempo). Pero definitivamente está sobre la mesa”, afirmó en el reportaje con Cohen, hace algunos años.
El impacto de Stephen King en el cine
La obra de Stephen King sirvió como inspiración para algunas de las adaptaciones más aclamadas del cine. Películas como El resplandor (1980) o Cadena perpetua (1994) fueron celebradas tanto por la crítica como por el público. Su universo narrativo demostró una versatilidad que le permitió explorar desde el terror psicológico hasta el drama carcelario.
Además de su relevancia en la literatura, King contribuyó directamente al cine como guionista y productor. Su amor por la gran pantalla lo llevó incluso a dirigir La rebelión de las máquinas (1986), un proyecto en el que intentó trasladar su visión del horror a un formato visual. Aunque su incursión como realizador no fue exitosa, su conocimiento del lenguaje cinematográfico lo consolida como una voz autorizada para analizar producciones.