Con una carrera marcada por su versatilidad y autenticidad, Kieran Culkin logró consolidarse como uno de los actores más destacados de su generación.
Su reciente papel en Un dolor real (A Real Pain), dirigida y coprotagonizada por Jesse Eisenberg, demostró una vez más su capacidad para adaptarse a nuevos desafíos interpretativos.
En esta película, que llegará a los cines argentinos el próximo 23 de enero, Culkin encarna a Benji, un hombre que viaja a Polonia con su primo para honrar la memoria de su abuela.
El papel lo llevó a luchar por un Globo de Oro como Mejor Actor de Reparto, posicionándolo como un firme candidato para la próxima temporada de premios, informó Vanity Fair.
La transición de la improvisación al método
El rodaje de Un dolor real presentó para Culkin un desafío inusual. Después de cuatro temporadas en Succession, serie en la que disfrutó de una amplia libertad creativa, el actor se encontró con un estilo mucho más estructurado bajo la dirección de Eisenberg.
La transición no fue sencilla: “Me resultó muy incómodo estar rodando una escena con él y que empezara a darme instrucciones”, admite Culkin.
A pesar de la incomodidad inicial, el actor valoró la precisión del director, quien además de guiar la actuación, fomentó un ambiente de colaboración en el set.
Eisenberg, conocido por su meticulosidad, logró que todo el equipo se sintiera parte integral de la película.
Según Culkin, este enfoque fue una experiencia refrescante, ya que creó un espacio donde las opiniones y contribuciones de todos eran valoradas. “Era su película, pero la estábamos haciendo todos”, reflexiona.
El peso de Roman Roy en su carrera
Aunque Un dolor real marca un hito importante en su carrera, la sombra de Roman Roy, el personaje que interpretó en Succession, sigue presente.
Culkin se mostró reflexivo respecto a cómo fue percibido este papel por el público: “Es tan sarcástico porque es bajito, como yo. No lo dirías si fuera alto”, comenta, señalando cómo los prejuicios físicos influyeron en la interpretación del personaje.
Tras el final de Succession, varias ofertas llegaron a sus manos con la intención de replicar la esencia de Roman.
Sin embargo, Culkin se mantuvo firme en rechazar papeles que carecen de la complejidad y profundidad que caracterizan a su icónica interpretación. “Es fácil identificar cuándo un guion solo quiere que hagas del tipo bajito del traje”, señala.
La química detrás de cámaras con Brian Cox
Una de las sorpresas más grandes de Succession fue la relación entre Culkin y Brian Cox, quien interpretó al intimidante Logan Roy.
Aunque sus interacciones en pantalla estaban marcadas por la tensión y el sarcasmo, fuera de cámara la relación fue muy distinta. Culkin describe a Cox como un hombre encantador y afable:
“Es como un oso de peluche enorme, aunque a veces se enfada porque lleva un rato sin comer”, comenta con humor. Esta cercanía permitió que ambos desarrollaran una relación de confianza que se reflejó en sus intensas escenas conjuntas.
De la pantalla al teatro: el nuevo desafío en Broadway
Tras el éxito de Un dolor real, Culkin se prepara para enfrentar un reto completamente diferente: su regreso al teatro con la obra Glengarry Glen Ross: Éxito a cualquier precio.
La transición del cine y la televisión al escenario representa un cambio significativo en su dinámica de trabajo, algo que admite le genera cierta ansiedad:
“Es restrictivo y me aterra repetir lo mismo ocho veces por semana”. Sin embargo, el actor decidió abordar este proyecto con una mente abierta, leyendo el guion sin referencias previas para interpretar su personaje con frescura y espontaneidad.
Un estilo único y un futuro prometedor
Culkin demostró ser un actor que no teme explorar nuevos territorios y enfrentar desafíos que lo saquen de su zona de confort.
A lo largo de su carrera, equilibró proyectos comerciales con producciones más independientes, priorizando siempre el significado artístico sobre el beneficio inmediato.
El reconocimiento obtenido por Un dolor real y la admiración que despierta su trabajo en Succession no son más que la culminación de años de dedicación y evolución.
En cada entrevista, Culkin sigue siendo cándido y auténtico, un reflejo de la honestidad que también lleva a sus personajes.
Mientras se prepara para brillar en Broadway, no cabe duda de que Kieran Culkin continuará dejando huella en el cine, el teatro y más allá, consolidándose como una figura imprescindible en la industria del entretenimiento.
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