En una entrevista con The New Yorker, la actriz y exmodelo Isabella Rossellini habló sobre su espectáculo unipersonal, Darwin’s Smile, su conexión con el comportamiento animal y su papel en la película Conclave, que generó expectativas para los premios Óscar.
A sus 72 años, Rossellini reflexionó sobre cómo las emociones unen a humanos y animales, su trayectoria marcada por la influencia de sus icónicos padres, y el feminismo que definió su vida.
Rossellini, hija de dos íconos del séptimo arte -Ingrid Bergman y Roberto Rossellini- está en la mira por su papel en la película Conclave, donde, con apenas unos minutos en pantalla y casi sin diálogo, logra cautivar a la audiencia.
En su más reciente proyecto teatral, Isabella Rossellini, conocida actriz y etóloga, fusiona su formación académica con su pasión por la interpretación. El monólogo titulado Darwin’s Smile aborda cómo la evolución y la cultura influyen en la expresión emocional.
Según señala Rossellini en la entrevista con New Yorker, la obra se inspira en el libro de Charles Darwin, The Expression of the Emotions in Man and Animals. Este estudio sostiene que mientras algunas expresiones, como la sonrisa, son universales, otras, como determinados gestos, son aprendidas culturalmente. “Por ejemplo, si sonrío, todos entienden que estoy feliz, pero si hago un gesto bajo el mentón con los dedos, solo se entiende en Italia”, destaca Rossellini.
La intérprete no solo explora estas teorías desde una perspectiva científica, sino que las lleva al escenario, donde utiliza ejemplos para ilustrar cómo algunas emociones humanas podrían haberse desarrollado evolutivamente.
“Darwin identificó que muchas expresiones de enojo, como temblar o apartarse, son comunes entre humanos y animales”, explicó la actriz, quien también mencionó que otros gestos, como levantar los puños en una señal de amenaza, podrían haber surgido más recientemente.
Al interpretar emociones como la ira, Rossellini incorpora gruñidos y gestos corporales, lo que demuestra un enfoque único y educativo para combinar ciencia y arte.
Por otra parte, Rossellini también abordó su papel como la hermana Agnes en la película Cónclave, descrito como casi completamente introspectivo y silencioso. En este proyecto, asegura que su prioridad fue transmitir fuerza y dignidad.
Según relata, “la única frase que dice mi personaje es: ‘Se supone que las hermanas somos invisibles, pero incluso en silencio, la hermana Agnes emana autoridad, lo que hace que los cardenales sientan cierta incomodidad a su alrededor”.
La actriz explicó que la preparación para este personaje se basó en imaginar su contexto y personalidad. Para ella, Agnes representa a una mujer sofisticada de clase privilegiada que decidió tomar los hábitos por vocación.
“Sentí que Agnes podía entender a todos los cardenales, aunque no expresara opiniones, y esa neutralidad le daba una enorme autoridad”, añadió Rossellini.
En el ámbito personal, Rossellini reconoce la profunda influencia que ejercieron en su vida sus padres, Ingrid Bergman y Roberto Rossellini. Aunque su infancia estuvo marcada por el arte y la controversia, estos factores también contribuyeron a moldear su carácter.
En cuanto a su madre, mencionó que Ingrid afrontó la condena pública con dignidad tras su relación con Roberto Rossellini. Por otro lado, destacó que su padre influyó en su visión del cine al legarle un respeto profundo por las historias reales, herencia del enfoque neorrealista que definió su carrera. “Mi padre, por otro lado, me enseñó a apreciar las historias reales”, comenta Rossellini.
En cuanto al feminismo, Isabella recordó su participación activa en las décadas de 1970 en Italia. Según detalló, formó parte de numerosas marchas en apoyo del derecho al divorcio, el acceso a métodos anticonceptivos y la legalización del aborto.
A su vez, reconoció que estos movimientos feministas le ayudaron a encontrar su voz en una época en la que inicialmente dudaba en actuar debido a la fama de su madre. “El feminismo fue empoderador y me ayudó a encontrar mi voz”, expresó, destacando además cómo la actuación le permitió explorar emociones humanas y conectar con las personas desde una perspectiva íntima y artística.
Con su tercer monólogo, Darwin’s Smile, Isabella Rossellini confirma su habilidad para entrelazar sus pasiones y profundizar en la relación entre ciencia, actuación y humanidad. Al representar elementos evolutivos y emocionales, se posiciona como una creadora que aporta una perspectiva fresca y única en el mundo del teatro contemporáneo.
Isabella Rossellini, con su multifacética carrera como actriz, modelo y etóloga, demuestra cómo es posible combinar el arte y la ciencia para explorar las complejidades de la emoción y la humanidad.