En el universo de la alta sociedad, donde el glamour, los logros y los linajes cruzan caminos, surgió una pareja que capturó la atención de todos: Eve Jobs, hija del fallecido fundador de Apple, Steve Jobs, y Harry Charles, medallista olímpico británico en salto de obstáculos.
Según Tatler, fuentes cercanas a la pareja explicaron que ésta anunció recientemente su compromiso después de una íntima celebración con amigos y familiares, confirmando así su intención de construir un futuro juntos.
La unión de estas dos figuras consolida una nueva “pareja de poder” en el mundo de la equitación, un deporte que históricamente atrajo a miembros de la realeza, aristócratas y herederos de grandes fortunas.
Una relación entre pasiones compartidas
El deporte ecuestre, en el que ambos se destacan, fue el terreno donde sus caminos se cruzaron. Harry Charles, de 25 años, se ganó un lugar prominente en el ámbito internacional gracias a su actuación en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde ayudó al equipo británico a obtener una medalla de oro en salto por equipos.
Por su parte, Eve Jobs, talentosa y apasionada, compitió en circuitos internacionales desde temprana edad, posicionándose como una de las mejores jinetes sub 25 del mundo.
Su historia de amor surgió entre torneos de alto perfil, como el Hamptons Classic y otros eventos que reúnen a las figuras más destacadas del mundo ecuestre.
El legado de Eve Jobs: de la tecnología a las pasarelas
Nacida en 1998, Eve Jobs pertenece a una de las familias más icónicas del mundo tecnológico. Como hija de Steve Jobs y Laurene Powell, su infancia estuvo marcada por la filosofía de autosuficiencia que sus padres le inculcaron.
Steve Jobs, conocido por su visión innovadora, también fue claro en su decisión de no dejar su inmensa fortuna a sus hijos, una opción respaldada por Laurene, quien dijo: “No me interesa crear un legado de riqueza”.
A pesar de estas restricciones, o quizás gracias a ellas, Eve forjó su propio camino. Luego de graduarse en Stanford, se aventuró en el mundo de la moda, debutando en 2021 en el desfile de Coperni en París.
Desde entonces, su carrera ha crecido de manera meteórica, trabajando con marcas de lujo como Louis Vuitton y posando para publicaciones prestigiosas como Vogue y Vanity Fair. Su elegancia y carisma la convirtieron en una de las figuras más influyentes de su generación, tanto en el mundo de la moda como en el deporte.
Harry Charles: el atleta que conquista tanto en la pista como fuera de ella
Harry Charles, por su parte, llevó la tradición ecuestre británica a nuevas alturas. Como hijo de Peter Charles, un destacado jinete olímpico, Harry demostró que el talento corre en la familia. Su habilidad para manejar la presión y su dedicación al deporte le valieron el oro en Tokio, consolidándose como uno de los mejores jinetes del mundo.
La pareja comparte una visión de vida enfocada en la excelencia, pero también en el disfrute del tiempo compartido entre amigos y familia, como quedó demostrado en su reciente fiesta de compromiso.
Una red social que trasciende generaciones
La relación de Eve y Harry también muestra los vínculos únicos de su círculo social. Eve mantiene una amistad cercana con Jennifer Gates, hija de Bill Gates, quien, al igual que ella, combina su pasión por la equitación con un legado familiar impresionante.
Estas conexiones, que incluyen a figuras como Georgina Bloomberg y Mary-Kate Olsen, consolidan a la pareja como parte de una élite que trasciende lo deportivo y lo empresarial para convertirse en íconos culturales.
Inspirada por la labor filantrópica de su madre, Eve expresó su deseo de encontrar formas de contribuir al bienestar colectivo. En una entrevista con Vanity Fair, señaló: “Quiero tomarme mi tiempo y hacerlo bien, y encontrar algo que me guste, tal como veo a mi madre encontrando formas de llegar a la gente”.