Russell Crowe, un gladiador perdido en el cine comercial

Para todos, siempre será Máximo. Pero también dejó su sello en filmes como “Una mente brillante” o “El informante”... De actor aclamado a figura polémica en películas de dudosa calidad. The Independent explora el descenso profesional de Russell Crowe y sus posibilidades de redención

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En la última década, la carrera de Russell Crowe se vio marcada por decisiones cuestionables y actuaciones criticadas (Flim.ai)
En la última década, la carrera de Russell Crowe se vio marcada por decisiones cuestionables y actuaciones criticadas (Flim.ai)

Por años, Russell Crowe fue sinónimo de excelencia actoral. Con interpretaciones memorables en películas como Gladiador, A Beautiful Mind (Una mente brillante) y The Insider (El informante), el actor neozelandés acumuló premios y reconocimiento mundial. Sin embargo, en la última década -como recuerda un artículo de The Independent-, su trayectoria experimentó un descenso marcado, caracterizado por elecciones de papeles criticadas y proyectos olvidables. El caso más reciente es Kraven the Hunter, un spin-off de Spider-Man que recibió duras críticas y puso en evidencia la distancia entre el Crowe actual y el actor versátil y poderoso que deslumbró a la industria del cine.

Del éxito a la inconsistencia

Crowe irrumpió en Hollywood a finales de los años 90 con papeles cargados de intensidad. L.A. Confidential (1997) lo presentó como un detective implacable, y en The Insider (1999) personificó a un denunciante vulnerable y ético. Su consolidación llegó con Gladiator (2000), una actuación que le otorgó un Oscar al Mejor Actor y lo consagró como estrella de la gran pantalla.

En la cima de su carrera, Crowe acumuló éxitos consecutivos con A Beautiful Mind (2001) y Master and Commander (2003), películas que destacaron su capacidad para encarnar personajes complejos. Incluso 3:10 to Yuma (2007), un western sólido, mantuvo su prestigio intacto. Sin embargo, después de esa cinta, el actor comenzó a encadenar papeles menos desafiantes y a caer en un patrón de proyectos mediocres.

Un giro desafortunado

La interpretación de Russell Crowe en Thor: Love and Thunder evidenció su declive actoral, marcado por elecciones cuestionables (AlphaClips)
La interpretación de Russell Crowe en Thor: Love and Thunder evidenció su declive actoral, marcado por elecciones cuestionables (AlphaClips)

El descenso comenzó a hacerse evidente con elecciones poco afortunadas en grandes producciones. The Mummy (2017), donde interpretó a Dr. Jekyll y Mr. Hyde, fue un intento fallido de crear un universo cinematográfico de monstruos. A pesar de su esfuerzo, su actuación fue considerada exagerada y desconectada. Más tarde, Thor: Love and Thunder (2022) lo presentó como un Zeus ridículamente caricaturesco, consolidando la percepción de un actor que ya no busca desafiarse.

El punto más bajo podría haber sido Poker Face (2022), película que dirigió y protagonizó, y que fue recibida con una mezcla de desinterés y críticas negativas. Sus recientes incursiones incluyen producciones menores como Sleeping Dogs y Land of Bad, que pasaron desapercibidas. Y luego llegó Kraven the Hunter, donde su acento ruso fue comparado con personajes animados como Boris de Rocky y Bullwinkle, destacando el desinterés que parece caracterizar su enfoque actual.

Entre la música y el desinterés

Por momentos, Russell Crowe parece haber encontrado refugio en la música... Pero la gente, su público, sigue extrañándolo en grandes papeles como los que tantas veces interpretó (REUTERS)
Por momentos, Russell Crowe parece haber encontrado refugio en la música... Pero la gente, su público, sigue extrañándolo en grandes papeles como los que tantas veces interpretó (REUTERS)

Parte del problema parece residir en el alejamiento de Crowe de su esencia como actor. En lugar de elegir proyectos con sustancia, se volcó también a su faceta musical, con giras internacionales y actuaciones en festivales como Glastonbury. Aunque su presencia en el escenario fue bien recibida, la falta de compromiso con sus personajes cinematográficos dejó un vacío notable en su carrera.

Es posible que su físico más robusto y su edad le hayan dificultado encontrar papeles protagonistas en una industria obsesionada con la juventud y la apariencia. Sin embargo, otros actores de su generación consiguieron reinventarse en personajes complejos y maduros, algo que Crowe aún podría lograr si retoma su enfoque inicial.

Un camino hacia el regreso

A pesar de todo, hay destellos de esperanza en su filmografía reciente. En The Nice Guys (2016), una comedia de acción junto a Ryan Gosling, demostró que todavía puede ofrecer interpretaciones memorables si el guion y la dirección son sólidos. Asimismo, The Pope’s Exorcist (2023) mostró un toque cómico involuntario que fue mejor recibido por el público que por la crítica.

El renacimiento de Crowe como actor no es imposible, pero requerirá que abandone su aparente apatía y recupere la pasión por papeles desafiantes. Hollywood ofrece a menudo segundas oportunidades a actores que deciden tomarse en serio sus carreras. En el caso de Crowe, aún tiene tiempo para volver a luchar como el gladiador que una vez fue.

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