Fue protagonistas de un clásico del cine de los 90 y terminó preso por homicidio

Lloyd Avery II, recordado por su papel en “Boyz n the Hood”, vivió un destino que imitó sus roles cinematográficos. Su historia concluyó en prisión de forma sombría

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Lloyd Avery II se destacó por su intensidad en "Boyz n the Hood", con un rol que pocos olvidan
Lloyd Avery II se destacó por su intensidad en "Boyz n the Hood", con un rol que pocos olvidan

La escena es inolvidable para los fanáticos del cine: un joven con mirada fría saca un escopeta recortada desde el asiento trasero de un coche. El disparo es mortal. Así, el personaje de Lloyd Avery II, acreditado como “Cabeza hueca #2″ en la película de culto Boyz n the Hood (1991), se transformó en uno de los rostros más temidos del cine urbano. Lo que pocos imaginarían es que su destino en la vida real terminaría imitando el oscuro camino de sus personajes.

Nacido en una familia trabajadora de Los Ángeles, Lloyd parecía destinado a un futuro prometedor. Sin embargo, su vida dio un giro trágico. En un descenso marcado por la obsesión con el mundo de las pandillas, Avery pasó de ser una estrella en ascenso a un criminal condenado por doble homicidio. Su historia culminó con un asesinato brutal dentro de una prisión, perpetrado por su propio compañero de celda, en un macabro ritual satánico.

Este actor, nacido en Los Ángeles, prometía llegar lejos antes de elegir un camino oscuro (Wikipedia)
Este actor, nacido en Los Ángeles, prometía llegar lejos antes de elegir un camino oscuro (Wikipedia)

Lloyd Fernández Avery nació el 21 de junio de 1969 en Los Ángeles, en una familia trabajadora pero estable. Su padre era plomero y electricista, mientras que su madre cuidaba a sus hijos antes de trabajar en un banco. Avery creció en el acomodado barrio de View Park, cerca de Baldwin Hills, conocido como el “Beverly Hills Negro”.

En la secundaria Beverly Hills High School, destacó en deportes como waterpolo y béisbol, y era popular por su carisma y atractivo físico. Sin embargo, según sus amigos, siempre hubo una dualidad en su personalidad. “Tenía una faceta muy dulce y otra traviesa”, recordó Brent Rollins, diseñador gráfico de Boyz n the Hood.

La oportunidad de su vida llegó a principios de los años ‘90, cuando su amigo John Singleton lo eligió para el rol de pandillero en Boyz n the Hood. A pesar de tener menos de diez líneas de diálogo, su intensa actuación marcó a los espectadores. Hollywood parecía abrirle sus puertas.

Su carácter inestable comenzó a afectar sus oportunidades en Hollywood, donde su diferencia se notaba
Su carácter inestable comenzó a afectar sus oportunidades en Hollywood, donde su diferencia se notaba

Avery fue incluido en el elenco de Poetic Justice (1993) junto a Janet Jackson y Tupac Shakur. Sin embargo, sus problemas de comportamiento comenzaron a complicar su carrera. A menudo llegaba tarde a las audiciones o simplemente no se presentaba. “Lloyd tenía ese ‘factor it’, algo especial que no se puede definir”, dijo la directora de casting Robi Reed.

De las luces de Hollywood a la oscuridad de la cárcel

Con los rechazos acumulándose, Avery comenzó a borrar la línea entre la actuación y la realidad. Se mudó a “The Jungle”, un peligroso vecindario de Los Ángeles dominado por la pandilla Bloods, y se tatuó “JUNGLEZ” sobre la ceja. Incluso adoptó el alias de rapero L.A. Deuce, intentando lanzar una carrera musical que nunca despegó.

El 1 de julio de 1999, el límite entre el cine y la vida real se desmoronó. Annette Lewis y Percy Branch fueron asesinados a tiros durante un supuesto ajuste de cuentas relacionado con drogas. Aunque las autoridades tardaron meses en identificar a Avery como el principal sospechoso, finalmente fue arrestado y condenado a cadena perpetua en el año 2000.

Lloyd Avery II fue condenado a prisión tras ser acusado de asesinato vinculado al narcotráfico
Lloyd Avery II fue condenado a prisión tras ser acusado de asesinato vinculado al narcotráfico

En prisión, Avery se volvió un ferviente cristiano, ganándose el apodo de “Baby Jesus”. Sin embargo, esta fe lo condujo a un trágico destino. Compartía celda con Kevin Roby, un satanista condenado por violar y asesinar a su propia hermana. Avery se obsesionó con intentar convertirlo al cristianismo.

El 4 de septiembre de 2005, una discusión religiosa terminó en tragedia. Roby golpeó y estranguló a Avery hasta matarlo. Durante dos días ocultó el cuerpo bajo una sábana y finalmente realizó un ritual satánico, usando la sangre de su víctima para dibujar un pentagrama en el suelo. Las autoridades encontraron el macabro escenario el 6 de septiembre.

Sin cargos adicionales, Roby sigue cumpliendo una condena de por vida. El trágico destino de Lloyd Avery II, una estrella naciente cuya vida se quebró entre la realidad y la ficción, continúa siendo una advertencia oscura sobre los peligros de perderse en un personaje sin poder encontrar el camino de regreso.

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