Elton John, figura icónica de la música pop, dedicó su vida a desafiar las expectativas, tanto las de la industria como las de su propio ser. A punto de retirarse de los escenarios a los 77 años, el lanzamiento de su nuevo documental, Elton John: Never Too Late, en Disney+, se convierte en un acto más de su constante campaña por la sinceridad y la auto liberación.
A lo largo de décadas, Elton transformó su sufrimiento privado en una poderosa herramienta de conexión con su audiencia, despojándose de las máscaras que lo protegían de una vida de adicciones, depresión y la represión de su verdadera identidad, tal como cuenta un perfil en el británico The Independent.
En Never Too Late, Elton no oculta su sufrimiento y, por primera vez, presenta su lucha de manera cruda y sin adornos. Ahora, con 77 años, el músico se enfrenta a su legado y lo comparte sin reservas, consciente de que su verdad, finalmente, puede ser su mayor legado.
El filme revela con honestidad no solo su batalla contra las adicciones, sino también su necesidad de aceptación familiar y pública. Al hacerlo, Elton refuerza su mensaje más importante: “nunca es tarde” para ser quien realmente eres, un recordatorio de que, por más difícil que haya sido el camino, siempre hay espacio para la redención y la libertad personal.
El tour de 1975 y el concierto en Dodger Stadium
El tour de 1975 marcó un hito en la carrera de Elton John, especialmente con sus dos noches agotadas en el Dodger Stadium de Los Ángeles, un evento que fue tanto la culminación de su éxito como una muestra de las tensiones internas que lo atormentaban.
En esos conciertos, Elton estaba celebrando la cima de su carrera, respaldado por discos como Madman Across The Water, Goodbye Yellow Brick Road y Captain Fantastic And The Brown Dirt Cowboy, que lo habían consolidado como una de las superestrellas del rock.
Sin embargo, a pesar de este triunfo profesional, Elton se encontraba sumido en una profunda lucha emocional, marcada por el aislamiento y las adicciones. Estos conciertos, por tanto, no fueron solo un escaparate de su talento, sino un reflejo de las contradicciones que vivía: el éxito por un lado y la autodestrucción por otro.
El día previo al espectáculo, la crisis personal de Elton llegó a su punto máximo. En el momento de intentar suicidarse, tomó 12 Valium y se arrojó a la piscina de su casa en Benedict Canyon.
Este acto desesperado es un tema recurrente en su vida, que ya había sido tratado en la película Rocketman y en su autobiografía Me. No obstante, la manera en que se presenta en Never Too Late es más cruda y directa.
La imagen del Elton desmoronándose es impactante y subraya la desconexión entre el hombre brillante que el público veía en el escenario y el ser humano profundamente herido detrás de la fama. La dramática escena muestra que, incluso en sus momentos de mayor gloria, la sombra de las adicciones y el sufrimiento emocional seguían controlando su vida.
A pesar de este episodio devastador, los conciertos en Dodger Stadium continuaron como estaba previsto, y Elton se presentó ante miles de fans, aunque, según cuenta en el documental, esos momentos de euforia en el escenario fueron de los pocos en los que se sintió realmente vivo.
Durante esos minutos, rodeado de su familia, amigos y miles de admiradores, Elton experimentaba una desconexión entre la felicidad del público y su propio dolor interno. La paradoja de vivir una vida de celebridad mientras se sentía completamente perdido es central en su relato, y los conciertos de 1975 no fueron solo un hito musical, sino también un reflejo de la batalla interna que Elton libraba entre su imagen pública y sus realidades privadas.
En Never Too Late, Elton John reflexiona sobre la compleja relación con su familia, especialmente con su madre, Sheila, y su padrastro, quienes, aunque aceptaban su sexualidad, no lograron conectarse emocionalmente con él.
Elton admite que, a pesar de tenerlos cerca, nunca se atrevió a pedirles el apoyo emocional que tanto necesitaba, lo que lo llevó a sentirse solo y atrapado en una vida falsa. La necesidad de aceptación familiar, un tema recurrente en su vida, fue uno de los motores de su lucha interna y su adicción.
La liberación personal de Elton llegó en 1976, cuando, tras mucho sufrimiento, decidió hacer pública su orientación sexual en una entrevista con Rolling Stone. Aunque esto le costó parte de su apoyo en los medios y en la industria, el acto fue, para él, una liberación.
En Never Too Late, Elton describe cómo, a pesar de la reacción negativa de muchos, ser honesto consigo mismo le permitió dejar atrás años de ocultamiento. “Ser quien realmente era fue la sensación más liberadora del mundo”, afirma, mostrando cómo la verdad le permitió liberarse de las cargas que arrastraba.
Este acto de sinceridad también representó un cambio fundamental en la percepción pública de Elton. Si bien en los 70 no era fácil ser una figura pública LGBTQ+, su valentía ayudó a abrir el camino para otros artistas.
Al compartir su verdad, Elton no solo encontró su propia paz, sino que también se convirtió en un referente de aceptación y autenticidad, un mensaje que sigue vigente hoy en su vida y en su música.