Como pasa con tantas industrias y actividades, la inteligencia artificial (IA) también está transformando la industria del cine, y Zack Snyder, reconocido director de películas como 300 y El hombre de acero, defiende su opinión. En una charla con Wired, en el contexto de su evento The Big Interview (La gran entrevista), Snyder destacó cómo la IA puede facilitar procesos costosos y abrir nuevas posibilidades creativas.
Aunque aún tiene dudas sobre su uso en ciertos aspectos, ve un gran potencial en la tecnología para ayudar a los cineastas a lograr tomas más accesibles y personalizar la estética de sus películas.
Según Snyder, la industria debe educarse y comprender las capacidades de la IA, especialmente en áreas clave como la creación de imágenes y la narración de historias. Para él, lo importante no es temer a la tecnología, sino aprovecharla como una herramienta más en el proceso creativo.
OJO FOTO 300/EL HOMBRE DE ACERO
A lo largo de su carrera, Snyder trabajó en películas que combinan efectos visuales complejos con narrativas profundas, lo que lo convirtió en un defensor de la innovación en el cine.
Sin embargo, también es consciente de que el uso de la IA puede generar resistencias dentro de la industria, ya que no todos los cineastas están dispuestos a integrar esta tecnología en sus producciones.
En su opinión, el miedo al cambio podría llevar a los creativos a quedarse atrás, y esa es una postura peligrosa. Snyder enfatiza que el verdadero desafío no es solo aprender a utilizarla, sino también saber qué no se debe esperar de ella, con el fin de emplearla de manera efectiva.
Para el director, lo que diferencia a un cineasta experimentado de un novato no es solo la habilidad técnica, sino también el entendimiento de las herramientas disponibles. En ese sentido, considera que la IA puede ser una aliada poderosa si se usa con el conocimiento adecuado, permitiendo a los creadores explorar nuevas formas de contar historias sin perder la esencia artística.
A pesar de sus dudas sobre algunos de los usos actuales de la tecnología, como la filmación de escenas simples, el cineasta no duda en afirmar que aquellos que se queden al margen de esta revolución tecnológica podrían terminar perdiendo oportunidades clave.
La IA como acceso a nuevos escenarios
Para Snyder, la IA no se ve limitada por los obstáculos que enfrentan los cineastas, como la creación de tomas en ambientes extremos (por ejemplo, una casa en llamas o en Marte). Esta tecnología permite hacer accesibles esos escenarios, que de otro modo requerirían grandes presupuestos y recursos.
Además, Snyder se muestra intrigado por la posibilidad de que la IA pueda comprender la estética de un director y crear escenas ajustadas a su visión, algo que considera asombroso.
A pesar de las ventajas tecnológicas, Zack subraya que la interpretación artística humana sigue siendo esencial en el cine. Según él, lo que hace únicas a las mejores películas es la “mano del director”, esa visión personal que guía la historia.
Aunque la IA podría mejorar ciertos aspectos de la producción, el cine debe seguir siendo una expresión humana, ya que es esa conexión emocional la que el público busca en la pantalla. Sin embargo, el director reconoce que la forma en que se logra esa “humanidad” en las películas podría cambiar con la integración de nuevas tecnologías.
Snyder reconoce que el consumo de cine cambió, radicalmente las películas ahora pueden llegar a un público mucho mayor que el que podrían alcanzar en las salas de cine tradicionales.
Según él, incluso las películas consideradas “éxitos de taquilla” pueden obtener una audiencia más amplia cuando se distribuyen a través de estos servicios. Snyder entiende que esta es la nueva realidad y se muestra dispuesto a adaptarse a ella.
Zack Snyder aborda la IA en el cine desde una perspectiva pragmática y visionaria. Aunque reconoce los desafíos y dudas que esta tecnología puede generar, especialmente en lo que respecta a su capacidad para replicar la esencia artística humana, defiende su adopción como una herramienta poderosa para el cine.