En 1969, el mundo del rock experimentó un cambio decisivo cuando los Rolling Stones atravesaron una crisis interna significativa: el cambio de formación a partir de la muerte de Brian Jones, uno de sus miembros fundadores.
Su salida marcó no solo un fin en la etapa más experimental y psicodélica de la banda, sino también el cierre de una era en el rock de los años 60. Sin embargo, en medio de esta crisis personal, los Stones encontraron un nuevo rumbo que les permitió alcanzar alturas emocionales y musicales inéditas: grabaron Let It Bleed, un álbum clave en su carrera, tal como reconstruye la revista británica Mojo.
Una despedida trágica
Jones fue despedido de los Rolling Stones debido a su comportamiento errático relacionado con el consumos varios... Aunque Bill Wyman, bajista de la banda, explicó que Jones “se destruyó a sí mismo con drogas y alcohol”, una visión diferente se presenta a través de Anna Wohlin, su novia en los últimos meses de su vida.
Ella recordaba cómo Jones deseaba alejarse de la locura de la vida de estrella del rock y refugiarse en Cotchford Farm, su casa de campo. Según Wohlin, Jones amaba la tranquilidad del campo y deseaba quedarse allí “al menos otro año solo para calmarse...”.
Nunca pasaría: Brian Jones fue encontrado ahogado en la piscina de su casa en la noche del 3 de julio de 1969. Su muerte, aún hoy, se considera “dudosa”.
Sin embargo, el comportamiento errático de Jones ya había dejado de ser compatible con el resto de la banda. A lo largo de los años ‘60, Jones había sido un pionero en la experimentación musical, probando ácido y explorando sonidos electrónicos. Sin embargo, su deterioro físico y emocional lo hizo cada vez más difícil de manejar dentro de los Rolling Stones. Su salida, aunque dolorosa, era inevitable.
La llegada de Mick Taylor
La partida de Jones no solo significó el fin de una etapa, sino también el comienzo de una nueva fase musical para los Rolling. La incorporación de Mick Taylor, un guitarrista virtuoso, trajo una renovación sonora. Aunque Jones había sido un miembro clave en la creación del sonido inicial, la llegada de Taylor permitió a la banda evolucionar hacia un sonido más blusero aún. Y esa impronta ya se nota en Let It Bleed, lanzado en diciembre de 1969.
La transición no fue fácil. La tensión dentro de la banda aumentó debido a la salida de un miembro fundador y al cambio en la dinámica interna. Sin embargo, la relación creativa entre Mick Jagger y Keith Richards, quienes asumieron roles más prominentes dentro de la banda, permitió que los Rolling Stones no solo sobrevivieran a este cambio, sino que salieran fortalecidos.
El sonido de una nueva era
Let It Bleed fue el reflejo de los cambios dentro de la banda y de la sociedad. Este álbum representó un regreso a las raíces del blues, pero con una sofisticación y madurez emocional que no se había alcanzado anteriormente.
Además, el álbum marcó una distancia clara con su anterior trabajo, Their Satanic Majesties Request (1967), un disco de tintes psicodélicos que, si bien fue influyente, no alcanzó el nivel de perfección musical que el grupo lograría con este nuevo disco.
Con el nuevo álbum, evolucionaron hacia un sonido más crudo y directo, manteniendo su característica energía rebelde pero con un enfoque más ajustado. Canciones como Gimme Shelter y Midnight Rambler fueron testamento de su madurez como músicos, con un tono más sombrío y agresivo que reflejaba las tensiones sociales y políticas de la época.
El liderazgo de Mick Jagger y Keith Richards
Con la salida de Jones, la figura de Mick Jagger se consolidó aún más como el portavoz de la banda, mientras que Keith Richards se convirtió en el principal compositor y líder musical. Durante este período, la relación entre ambos se fortaleció, y la banda empezó a depender cada vez más de su colaboración creativa para definir el rumbo musical de los Rolling Stones.
Jagger, quien ya había asumido el papel de líder frente al público y los medios, consolidó su poder en la banda no solo como cantante, sino también como el timón comercial y mediático.
Richards, por su parte, pasó de ser “el Stone ignorado” a convertirse en el verdadero cerebro detrás de la mayoría de las composiciones del grupo. La química entre ambos músicos, que resultó ser tan fructífera en este álbum, representó el motor de los Rolling Stones a lo largo de su carrera.
Altamont, el fin de la inocencia
En 1969, el grupo también se vio envuelto en uno de los eventos más sombríos de su carrera: el Festival de Altamont. Organizado por la banda en California, el evento fue diseñado como una respuesta a Woodstock, pero terminó en tragedia cuando un joven afroamericano de 18 años, Meredith Hunter, fue asesinado por los Hells Angels (Los Ángeles del Infierno, club de motociclistas estadounidense, considerado una organización criminal por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos); los Angels fueron contratados como seguridad para el evento.
La violencia y el caos que se desataron durante el festival dejaron una marca indeleble en la banda, simbolizando el fin de la era “de paz y amor” de los años 60.
Si bien los Rolling Stones intentaron restar importancia a la tragedia, el incidente dejó una huella profunda en su percepción de la cultura hippie y la contracultura. Mientras que Woodstock había representado un apogeo de los ideales de libertad y paz, Altamont mostró la realidad más oscura de una época en la que los ideales utópicos de la juventud se desmoronaban rápidamente.
El álbum que definió una época
A pesar de las dificultades internas y las tragedias externas, Let It Bleed se convirtió en un hito en la historia de los Rolling Stones. Con este álbum, la banda consolidó su posición como los líderes indiscutidos del rock de la época. El disco, con su mezcla de rock, blues y country, reflejó tanto los cambios dentro de la banda como los tumultuosos eventos sociales y políticos que se vivían en el mundo en 1969.
La oscuridad que impregnaba el álbum, junto con su capacidad para expresar el dolor y las tensiones de la época, le dio a los Rolling Stones una relevancia y un impacto que no solo trascendieron a la música, sino que también se convirtieron en un espejo de la realidad social de finales de los 60. Let It Bleed no solo marcó la cima creativa de la banda, sino que también consolidó su lugar como una de las formaciones más importantes de la historia del rock.