“Mis papeles son todos variaciones de la misma persona, y no siempre una muy interesante”, responde con sorna Hugh Grant en una entrevista con la edición británica de Vogue. Se refiere a algunos de sus personajes más icónicos en comedias románticas como Notting Hill y Realmente amor. A pesar de haber alcanzado la fama con estos roles, el actor no se esconde detrás de la imagen construida, sino que invita al lector a ver los matices y dilemas de una vida en la industria del cine.
Con una mezcla de humor seco y reflexiones profundas, la figura británica se enfrenta a sus éxitos y errores, ofreciendo una mirada aguda y poco convencional de su vida y trayectoria. Pero en esta ocasión, el tema fundamental de la charla no trata de risas, el objetivo principal de toda comedia...
Es que Grant está promocionando Heretic (en los cines argentinos desde este jueves), donde interpreta al Sr. Reed, un personaje excéntrico y oscuro en una historia de terror gótico. El solitario Reed de Grant es tan libertino como sus antecesores góticos, el tío Silas, Heathcliff y el conde Drácula, con dosis iguales de encanto y sociopatía. De hecho, resulta difícil no encontrar a Reed entrañable, incluso cuando está planeando la tortura y muerte de sus víctimas.
“Normalmente, yo evitaría hacer lo que se llaman películas de puertas cerradas porque nunca me pareció que las adaptaciones de obras de teatro a películas funcionaran particularmente bien”, confiesa. “Algo como esto, ambientado en una casa y con mucho diálogo, es extremadamente peligroso y valiente”.
Con este papel, el actor explora un terreno poco habitual en su carrera, sumergiéndose en un formato íntimo y cargado de tensiones psicológicas. Esta apuesta refleja su deseo de encontrar proyectos novedosos y emocionantes, que se alejen de los roles que marcaron sus primeras décadas en la industria.
A propósito de la tradición inglesa por el terror gótico, empieza con una pregunta: “¿El terror, como género, es principalmente británico? En realidad no. Está Edgar Allan Poe y los japoneses son muy buenos en eso. Pero creo que nos gusta en Gran Bretaña. Tal vez sea porque hemos sido tan correctos durante tanto tiempo. Volviendo al gótico victoriano, bueno, incluso antes de todo eso, Horace Walpole. Está debajo de la superficie, es correcto en apariencia, educado y cristiano y, sin embargo, en el interior es retorcido, malvado y asesino. Sé que yo lo soy, de todos modos”.
Y hablando de terror y de tradiciones, los filmes del género de la Hammer son ineludibles. “Sí, con mi hermano veíamos todas esas pelis. Nuestras vidas giraban en torno a la programación de la televisión. El viernes por la noche había lo que llamaban el desnudo del viernes por la noche. Una pobre mujer tenía que ir en topless. Y todos, como adolescentes, esperábamos ese momento. Y creo que el sábado era la Hammer House of Horror . Creo que nos gustó”.
Construyendo al malo de la película
A la hora de detallar el proceso creativo del actor, de cómo se llega a una criatura malvada como Mr. Reed, Grant dice: “He investigado mucho sobre asesinos en serie y líderes de cultos. Me interesa cómo acaban siendo así, cuál es el daño, cuál es el interruptor que se activa en algún momento de su vida para que se conviertan en eso. Era interesante comprobar con qué frecuencia no había nada. Simplemente nacieron así. Y ese fue un gran debate para mí: ¿el señor Reed nació así o le ocurrió algo terrible?
“Dudé mucho sobre esa cuestión, pero estoy muy atento para que mi pequeña contribución al cine sea divertida y entretenida -sigue-. Siempre me aterroriza que la actuación y la realización cinematográfica desaparezcan por su propio culo. Tiene que haber un elemento de nickelodeon, de What the Butler Saw , un penique en la ranura para ver algo escandaloso y escandaloso, un espectáculo de fenómenos. Eso era lo que le gustaba a Ken Russell, por supuesto”.
Una mirada crítica a su carrera
Para Hugh Grant la fama nunca fue algo sencillo de digerir, y sus reflexiones sobre su carrera muestran una mezcla de gratitud y desapego. En la entrevista con Vogue, el actor admite que, aunque los personajes de comedias románticas le abrieron las puertas de Hollywood, también le hicieron sentir atrapado en una imagen que no siempre le resulta fiel. “A veces, siento que he interpretado al mismo hombre encantador y torpe una y otra vez”, confiesa el actor británico, en una clara alusión a la repetición de arquetipos en películas como Cuatro bodas y un funeral y El diario de Bridget Jones.
Con una dosis de sinceridad, Hugh explica que su éxito con el público le trajo reconocimiento, y también un conflicto interno, ya que a menudo dudaba de su propio talento. Para él, demasiado seguido sentía que estaba “actuando más para complacer que para realmente crear algo auténtico”. Este enfoque autocrítico lo llevó a explorar otros géneros y roles, en busca de una voz que resuene más con su verdadera personalidad, aunque sin dejar de reconocer el impacto positivo de sus personajes en la industria cinematográfica y en la cultura pop.
Hollywood y sus cambios
El actor analiza su propio camino en la industria cinematográfica, y también aborda los profundos cambios que observó en Hollywood en las últimas décadas. En diálogo con Vogue, expresa su escepticismo frente al actual sistema de producción dominado por las grandes plataformas de streaming y las dinámicas aceleradas de creación de contenido. A su parecer, estos cambios alteraron radicalmente el proceso creativo, priorizando la cantidad sobre la calidad. “Hoy todo es inmediato, rápido, y parece que se nos escapa algo en el camino”, afirma Grant, añorando un tiempo en el que la realización de una película implicaba mayor reflexión y experimentación.
El reconocido intérprete no duda en señalar cómo las presiones comerciales cambiaron la esencia de la industria, generando un clima donde “el riesgo artístico perdió terreno frente a la demanda de éxitos asegurados”. Sin dejar de reconocer las oportunidades que ofrecen las nuevas plataformas, destaca que el modelo actual limitó los espacios para historias menos convencionales, algo que, según él, define en gran medida el encanto de los proyectos cinematográficos.
Bajo perfil
En cuanto a su vida personal, Hugh Grant presenta un estilo de vida que, en muchos aspectos, contrasta con la imagen de una estrella de Hollywood. El actor revela que siempre buscó mantener un perfil bajo, evitando los excesos y los círculos típicos de la fama. “No tengo mucho en común con la versión de mí que aparece en la pantalla”, confiesa, quien en realidad se considera más reservado y crítico consigo mismo de lo que muchos imaginarían.
La vida fuera del set es fundamental para encontrar un equilibrio entre el trabajo y su bienestar personal. Lejos de las luces de los eventos y los compromisos de la industria, asegura que valora los momentos sencillos y la rutina familiar, que le permite “escapar de ese mundo que a veces me resulta tan ajeno”. En esta búsqueda de autenticidad, el actor cultivó una vida relativamente privada, manteniéndose alejado de la imagen glamorosa que a menudo se espera de una estrella internacional.
Nuevos proyectos y roles desafiantes
Actualmente, el actor británico transita una nueva etapa en su carrera, explorando papeles que desafían los límites de su imagen clásica. En la entrevista con Vogue, Grant expresa su entusiasmo por los proyectos recientes que lo llevaron a interpretar personajes con matices más oscuros o cómicos, un giro que renovó su interés en la actuación. “A estas alturas, busco papeles que me reten de verdad, personajes complejos que me obliguen a salir de la zona de confort”, explica el actor, refiriéndose a producciones como The Gentlemen y su papel en la serie de suspenso The Undoing.
Con un enfoque renovado, Grant mira hacia adelante, sin nostalgia, pero con el mismo afán de autenticidad que marcó su carrera. Aunque reconoce que el cine cambió y que él también haya cambiado con él, siente que ahora tiene la libertad de experimentar más allá de los límites que en otro tiempo pudieron haberlo encasillado. A pesar de su crítica constante hacia Hollywood, encuentra un sentido de propósito en esta fase de su vida profesional, dispuesto a seguir sorprendiendo a un público que, después de décadas, sigue encontrando en él una figura de carisma y honestidad inconfundibles.