Luke Newton habló sobre su transformación física y emocional para la tercera temporada de Bridgerton

Luke Newton dió un gran paso en su carrera con su rol protagónico en la tercera temporada de Bridgerton. Luego de varias temporadas interpretando al tercer hijo de la familia, Colin Bridgerton, Newton experimentó una transformación tanto física como emocional que lo preparó para este papel de mayor intensidad, junto a su coestrella Nicola Coughlan, quien interpreta a Penelope Featherington.

Este cambio en su personaje refleja una transición importante hacia la madurez y el autodescubrimiento, un proceso que el propio actor se tomó muy en serio para encarnar físicamente, como comentó a la revista People en su edición del Hombre más sexy de 2024.

Para esta nueva temporada, Newton adoptó un régimen de entrenamiento físico más riguroso con el objetivo de reflejar el crecimiento de su personaje, quien “había cambiado y se había convertido en un hombre”, según comentó. Este cambio físico no solo era esencial para liderar la serie, sino que también buscaba proyectar una imagen de Colin que correspondiera con su evolución emocional.

“Quería encarnar eso físicamente”, le dijo el actor a la revista estadounidense, lo que lo llevó a realizar una serie de ajustes importantes en su estilo de vida. La transformación fue notoria para el público, que siguió el crecimiento de Colin desde sus días como adolescente hasta su etapa actual, más adulto y decidido.

Uno de los puntos centrales de la tercera temporada es la historia de amor entre Colin Bridgerton y Penelope Featherington, una relación que tuvo un desarrollo lento pero constante a lo largo de las temporadas. La amistad de Newton con Nicola Coughlan fue crucial para dar vida a esta narrativa romántica en la pantalla.

“Parecía un espacio realmente seguro para explorar estas escenas y encontrar formas nuevas e interesantes”, declaró Newton, enfatizando la confianza y la conexión que desarrollaron. Coughlan añadió en una entrevista para E! News que la química entre ambos había sido contenida intencionalmente en las dos primeras temporadas y que, para la tercera, “cuando estuvimos listos para desatarla, dijimos: ‘¡Aquí está!’”.

Ambos actores señalaron que la transición de amigos a amantes se dio de forma natural y sin esfuerzo. Newton explicó que el romance entre Colin y Penelope se sentía como el resultado de un “largo período de tiempo” de convivencia y comprensión mutua entre los personajes. La actriz de Derry Girls también comentó que este cambio en la dinámica fue emocionante y le dio una nueva profundidad a sus interpretaciones.

Además de su transformación física, Newton prestó especial atención a los detalles estéticos de su personaje, inspirándose en su coestrella Jonathan Bailey, quien interpreta a Anthony Bridgerton, su hermano mayor en la serie. Uno de estos detalles fue el estilo de las patillas, que resultó ser una característica distintiva para los personajes de Bridgerton. “Nos llevó horas trabajarlas, encontrar la forma exacta, la línea que queríamos”, compartió Newton con People.

Para el actor, el estilo de Bailey en temporadas anteriores había dejado una marca en la caracterización de su personaje, lo que lo motivó a adaptar ese mismo elemento a su propia interpretación de Colin. Sin embargo, también admitió que este look tenía sus desventajas fuera del set: “En la vida normal no combinaba con nada. Si estoy en la cafetería un domingo por la mañana, ¡puedes reconocer a un Bridgerton a una milla de distancia si ves esos laterales!”, bromeó.

Uno de los momentos más conmovedores de la tercera temporada es la revelación de que Penelope Featherington es en realidad Lady Whistledown, la misteriosa columnista de chismes que ha influido en los acontecimientos de la serie. Para Newton, esta escena fue particularmente intensa, ya que marcaba un cambio crucial en su relación con Penelope.

En declaraciones a E! News, el actor confesó que no sabía de antemano que esta revelación sucedería en la tercera temporada, y que al enterarse, comprendió el impacto devastador que tendría para Colin. “Sabía que sería lo que más lo destrozaría. De todos los miembros de Bridgerton, él es el que más sufrirá por esto”, afirmó.

Coughlan también recordó el día de rodaje como uno de los más emotivos. “Lo filmamos de muchas maneras diferentes. Al principio, se suponía que iba a ser bastante duro y lleno de ira. Pero después, con la historia de estos papeles que interpretamos durante todos estos años, fue muy emotivo. Recuerdo que lloré a lágrima viva”, compartió la actriz. La conexión entre ambos actores ayudó a que esta escena reflejara la complejidad de sus personajes y la profundidad de su vínculo.

Newton señaló en varias ocasiones cómo Bridgerton cambió su vida y le permitió explorar diferentes facetas de su personaje a lo largo de las temporadas. En su conversación con People, expresó su agradecimiento por tener la oportunidad de dar vida a Colin y de ver cómo evolucionó con el tiempo: “Poder interpretar a Colin en Bridgerton es un gran regalo”, aseguró.

En cuanto a su crecimiento personal, Newton encontró paralelismos entre su vida y la de Colin durante la filmación de la tercera temporada, ya que él mismo cumplió 30 años en el set. Este hecho, sumado a la madurez de su personaje, le dio una perspectiva única sobre el proceso de autodescubrimiento y el paso a la adultez, algo que tanto él como Colin enfrentaron en paralelo.

Al igual que Luke Newton, otros actores atravesaron transformaciones físicas significativas para interpretar roles exigentes en el cine y la televisión. Cillian Murphy, quien interpretó al científico J. Robert Oppenheimer en la película Oppenheimer de Christopher Nolan, tuvo que someterse a una drástica pérdida de peso.

De manera similar, Joaquín Phoenix experimentó una transformación extrema para interpretar a Joker en la aclamada película de Todd Phillips, perdiendo 23 kilos para alcanzar el peso que requería el personaje. En una entrevista con Associated Press, Phoenix explicó que este cambio físico alteró su forma de ver la vida cotidiana y admitió que se convirtió en una obsesión controlar hasta 0,1 kilo al día.