La familia Skarsgård se convirtió en una presencia notable en el cine y la televisión, encabezada por Stellan Skarsgård, un actor sueco reconocido internacionalmente por sus roles en producciones como “Mamma Mía!”, “Piratas del Caribe” y la aclamada serie “Chernobyl”. Su carrera comenzó en los años setenta y, aunque aún no recibió una nominación al Oscar, Stellan es un referente en la industria cinematográfica, recibiendo premios como el Oso de Plata en el Festival de Berlín y un Globo de Oro.
El actor tuvo seis hijos con su primera esposa, la médica My Skarsgård, y dos más con la productora Megan Everett, su actual pareja. Cuatro de ellos siguieron sus pasos en el cine y televisión, cada uno construyendo una identidad profesional en sus propios términos.
Según contó en una entrevista con The Guardian, su enfoque fue brindarles apoyo sin consejos directos: “Si les das consejos y logran algo, no sienten que lo hayan logrado”. Este respaldo sin interferencias les dio libertad para destacar en sus carreras, y hoy son nombres que sobresalen tanto en Suecia como en Hollywood.
Alexander Skarsgård
Alexander, el mayor de los hermanos Skarsgård, fue el primero en sentir el llamado de la actuación. Su incursión comenzó a los siete años, cuando un amigo de la familia lo invitó a participar en la película Åke y su mundo. Aunque el proyecto fue exitoso y Alexander se volvió famoso a temprana edad, su relación con la fama no fue fácil.
Al cumplir trece años, se sintió incómodo con la atención pública y optó por retirarse del cine para llevar una vida más anónima. Durante su adolescencia se alejó de los escenarios, estudió Ciencias Políticas en la Leeds Beckett University en Reino Unido y luego se unió a la marina sueca, buscando, en sus propias palabras, como dijo en una entrevista con la revista GQ, “no ser el hijo de alguien”.
Sin embargo, cuando tenía 19 años, Alexander regresó a la actuación, inicialmente en Suecia y luego en Hollywood. Su gran salto internacional se produjo en 2008 con el papel de Eric Northman en la serie “True Blood”, lo que le abrió las puertas a proyectos más grandes, como su papel en Big Little Lies, donde interpretó a Perry Wright, por el cual ganó un Emmy, un Globo de Oro y un SAG.
En una entrevista con Entertainment Weekly, describió trabajar junto a Nicole Kidman en esta serie como uno de los momentos más destacados de su carrera. Además, su versatilidad lo llevó a protagonizar cintas como La leyenda de Tarzán y El hombre del norte, junto a Kidman. Hoy, a los 48 años, Alexander se ha reconciliado con la fama y destacó la satisfacción de saber que su trabajo: “significa algo para alguien”.
Gustaf Skarsgård
Gustaf Skarsgård, el segundo hijo, decidió también seguir la profesión de su padre desde muy joven y comenzó a formarse en el arte dramático en Suecia. Aunque inició su carrera en la escena teatral, no tardó en hacer la transición al cine, y en 2013 consiguió un papel que marcaría su carrera: Floki en la serie Vikingos, un rol que interpretó durante seis temporadas.
Al igual que Alexander, Gustaf enfrentó retos personales y profesionales en su carrera, incluyendo momentos en los que dudó de su futuro en la industria. Tras audicionar para un papel en la serie Westworld, pensó que no sería contratado debido a la dificultad de la prueba, pero finalmente consiguió el papel de Karl Strand, ampliando su presencia en Hollywood.
En una entrevista con Entertainment Tonight, Gustaf comentó que existe una competencia natural entre él y sus hermanos, que incluye “celos e inseguridades”, pero que también logran alegrarse por los logros de cada uno. Esta rivalidad amistosa lo motivó a mejorar, y, al mismo tiempo, sus proyectos recientes en cine, como Air junto a Matt Damon y Oppenheimer de Christopher Nolan, reforzaron su posición como un actor talentoso y versátil.
Bill Skarsgård
El otro hijo de Stellan, Bill Skarsgård, alcanzó notoriedad en Hollywood con su interpretación de Pennywise, el aterrador payaso de It, dirigida por el argentino Andrés Muschietti. Este papel lo consolidó en la industria, destacándose en el cine de terror y ganando popularidad en el mercado estadounidense.
No obstante, la fama tampoco fue fácil para él; desde joven tuvo que lidiar con el peso de su apellido, lo cual, como él mismo admitió en una entrevista con Hero, fue un obstáculo para construir su identidad: “Siendo adolescente, te resulta difícil encontrar quién eres, encontrar tu identidad y convertirte en tu propia persona”.
Bill, quien demostró su versatilidad en diferentes géneros, participó en proyectos como Deadpool 2 y John Wick 4, y prestó su voz en producciones de Marvel. Entre sus próximos proyectos destaca su participación en la nueva adaptación de El Cuervo y en el remake de Nosferatu. A los 34 años, Bill mantiene un perfil bajo en su vida privada, pero continúa siendo una figura en crecimiento en Hollywood, próximo a volver al personaje de Pennywise en Welcome to Derry para HBO.
Valter Skarsgård y otros miembros de la familia
Valter Skarsgård, el hijo menor de Stellan y My, también se sumó a la actuación, aunque su carrera ha transcurrido principalmente en Suecia. A sus 29 años, trabajó en series y películas suecas, entre las que se destacan Funhouse y Börje: el viaje de una leyenda, en la que interpretó al famoso jugador de hockey Börje Salming. Aunque aún no tiene el nivel de fama internacional de sus hermanos mayores, su carrera sigue en ascenso y ya es una figura reconocida en su país natal.
Además de los actores, la familia cuenta con otros dos hijos que eligieron caminos distintos. Sam Skarsgård es médico, siguiendo la profesión de su madre, mientras que Eija Skarsgård, la única hija, trabaja en la industria del entretenimiento como directora de su propia agencia de casting.
Con el segundo matrimonio de Stellan, los hijos menores, Ossian y Kolbjörn, ya tuvieron sus primeras experiencias frente a las cámaras en Suecia, mostrando indicios de que la tradición actoral en la familia podría continuar.
Estilo de vida y filosofía familiar
Para la familia, la fama y la carrera actoral no son un objetivo en sí mismo, sino una consecuencia de una crianza orientada a la libertad y al desarrollo personal. Stellan Skarsgård mantuvo una vida poco convencional para sus hijos, quienes recuerdan cómo su padre se comportaba de manera excéntrica y libre, en contraste con los padres de sus amigos que trabajaban en oficinas.
Esta filosofía de vida influyó en su manera de entender la actuación: no como un medio de reconocimiento, sino como una forma de expresión auténtica. La familia Skarsgård, con su singular combinación de talento, independencia y una visión despreocupada de la fama, dejó una marca única en la industria cinematográfica.