El impacto de Friends en la cultura popular fue inmenso, y con él, sus protagonistas alcanzaron una fama global. Sin embargo, para Matthew Perry, quien interpretó al inolvidable Chandler Bing, la experiencia de filmar la serie se entrelazó con una profunda lucha contra la adicción. Esta batalla marcó cada aspecto de su vida durante y después de los años de producción, hasta el punto de que Perry confesó no haber podido ver un solo capítulo de Friends una vez finalizado el programa.
Lucha contra la adicción
En su revelador libro, Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing, Perry detalló el inicio de su adicción, que comenzó con el alcohol a los 14 años y escaló hasta incluir opioides. El problema se agravó tras un accidente en moto acuática en 1996, mientras filmaba Fools Rush In, cuando le recetaron Vicodin para el dolor. Este evento desató una dependencia que creció hasta el punto de que llegó a consumir hasta 55 píldoras de Vicodin al día y experimentó períodos de extrema debilidad física. A pesar de su fama y del éxito de Friends, Perry explicó que la adicción no distingue posición social: “El alcoholismo no se preocupa de que estés en Friends; solo quiere que estés solo, enfermo y que mueras”, reveló en una entrevista con Business Insider.
El efecto de esta adicción fue devastador, y Perry recordó cómo su apariencia se deterioraba progresivamente a lo largo de la serie. “Pesaba 58 kilos, y por eso no puedo ver la serie”, confesó. La adicción lo “golpeaba tan fuerte” que no podía soportar ver su aspecto en pantalla, debido a que le recordaba el sufrimiento que enfrentaba fuera de cámara. Por eso, una vez que finalizó la filmación de Friends, Matthew Perry decidió nunca volver a ver un capítulo de la sitcom.
Apariencia y salud en el set de Friends
Uno de los motivos que Perry compartió sobre su negativa a ver Friends era su transformación física, evidente para él en cada temporada. Mientras millones de personas sintonizaban la serie cada semana, Perry notaba su pérdida de peso y aspecto agotado. “Podría decir temporada por temporada qué estaba consumiendo según cómo me veía”, reconoció. La fluctuación de su peso y salud era un reflejo de las distintas etapas de su adicción, y el actor explicó que a menudo se presentaba al set tembloroso, necesitando apoyarse en cualquier superficie para mantenerse firme.
A lo largo de su carrera en la serie, Perry sufrió complicaciones de salud graves. En 2000, fue hospitalizado por pancreatitis inducida por el alcohol y en 2018, enfrentó un riesgo de vida debido a la ruptura de su colon, derivada de su consumo de opioides, que lo dejó en coma durante dos semanas. Su recuperación fue larga, con nueve meses de uso de una bolsa de colostomía, un proceso que Perry describió como humillante y doloroso.
Para Perry, el proceso de recuperación fue un desafío permanente. A lo largo de su vida, asistió a 6.000 reuniones de Alcohólicos Anónimos y pasó por desintoxicación al menos 65 veces, invirtiendo aproximadamente USD 9 millones en rehabilitación. Además, fue ingresado en centros de tratamiento en 15 ocasiones, y llegó a realizarse 14 cirugías relacionadas con complicaciones de salud debidas a su adicción. Su vida estuvo dividida entre el esfuerzo por mantenerse sobrio y las frecuentes recaídas, y reconoció que había pasado literalmente la mitad de su vida en centros de tratamiento o residencias de sobriedad.
Este historial refleja la lucha constante del actor contra la adicción, una enfermedad que, según él, “lo atacaba sin descanso”. A pesar de los altibajos, Perry encontró en el proceso de recuperación una misión personal: ayudar a otros a través de su experiencia, un propósito que se volvió central en su vida.
Relación con el elenco de Friends y apoyo
A lo largo de sus años en Friends, el apoyo de sus compañeros de reparto fue crucial. La relación de Perry con David Schwimmer, Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow y Matt LeBlanc trascendía la pantalla; todos compartían un vínculo profundo y un compromiso mutuo. En más de una ocasión, el elenco intervino para ayudar a Perry, organizando intervenciones cuando su adicción se hacía visible en el set. Aunque Perry mantenía la regla de no consumir drogas ni alcohol durante las grabaciones, admitió que frecuentemente asistía al trabajo con resacas severas, lo que hizo que sus compañeros notaran su sufrimiento.
Perry mencionó en entrevistas cómo la experiencia de ver a sus amigos disfrutar del éxito sin enfrentar las dificultades de la adicción le parecía injusta. “No es justo que yo haya tenido que pasar por esto mientras los otros cinco no”, confesó entre lágrimas, añadiendo que a menudo sentía una gran tristeza al recordar esas diferencias.
Aunque para millones de fans Perry será recordado siempre como Chandler Bing, el actor expresó que deseaba dejar un legado que fuera más allá de su fama por Friends. En su autobiografía, explicó que esperaba que se recordara más su dedicación para ayudar a otros a superar la adicción que su carrera en la serie. “Lo mejor de mí, sin duda, es que si alguien me dice: ‘No puedo dejar de beber, ¿me puedes ayudar?’, puedo decir que sí y seguir adelante con ello”, afirmó.
A lo largo de su vida, Perry buscó generar un impacto positivo a través de su experiencia, con la esperanza de ser un ejemplo de recuperación para otros. Aunque Friends fue una parte importante de su vida, Perry quería que su lucha y su compromiso en ayudar a quienes enfrentan la adicción fueran el centro de su legado.