La Isla Santa Catalina, situada a escasos 35 kilómetros de la costa de Los Ángeles, ha mantenido una relación única con el mundo del cine y las celebridades de Hollywood desde hace casi un siglo. Este rincón del Océano Pacífico ha sido más que un lugar de filmación o un escenario exótico: ha servido como refugio y fuente de inspiración para estrellas como Marilyn Monroe, Charles Chaplin y Clark Gable, quienes encontraron en su geografía y aislamiento un alivio al frenesí de la vida pública. En distintos momentos de su vida, cada uno de estos íconos hizo de la isla un escondite, un lugar para disfrutar de la tranquilidad y recargar energías lejos del bullicio urbano y la presión de los reflectores.
Marilyn Monroe llegó a la isla en 1942, cuando todavía llevaba su nombre original, Norma Jeane Mortenson, acompañando a su primer esposo, un marinero llamado James Dougherty. Monroe pasó en la isla casi un año de su vida antes de ingresar en la industria del espectáculo, en lo que para muchos fue un periodo de refugio y estabilidad emocional. Marilyn pasó sus 16 años de edad por la arena de las playas de la Isla Santa Catalina, algo que hizo en primeras nupcias con el que fue su primer marido. Aquellos momentos en la isla fueron un alivio en su turbulenta juventud y, para algunos biógrafos, uno de los pocos periodos felices de su vida.
Por su parte, Charles Chaplin se convirtió en uno de los mayores admiradores de Santa Catalina. El País destaca que el cineasta británico “rodeó en barco tantas veces como peces pescó en sus aguas”, y, fascinado por el lugar, frecuentaba la isla en el lujoso yate que adquirió para poder visitarla con frecuencia. Chaplin también conoció aquí a Paulette Goddard, quien más adelante se convertiría en su pareja y quien también lo acompañó en sus escapadas a Santa Catalina.
Un escenario cinematográfico favorito de Hollywood
La Isla Santa Catalina ha sido un lugar favorito para el cine desde la década de 1930, cuando su geografía única y su proximidad a Los Ángeles la convirtieron en el escenario ideal para más de 300 películas. Producciones emblemáticas como La Isla del Tesoro (1933) y Tiburón (1975) eligieron sus costas y montañas para recrear paisajes exóticos y escenarios de aventuras.
Además de su vínculo con el séptimo arte, Santa Catalina encanta a turistas con sus aguas cristalinas y actividades como los paseos en el submarino Sea Wolf. Para quienes buscan una experiencia singular, el Bison Expedition ofrece la oportunidad de observar bisontes en estado salvaje, criaturas que llegaron a la isla en 1924 para el rodaje de un filme y que hoy son un símbolo local.
Avalon: arquitectura mediterránea y herencia cultural
Avalon, la única ciudad auténtica de Santa Catalina, cautiva por sus coloridas casas de estilo mediterráneo y su bahía en forma de medialuna, evocando la Costa Azul. Este paraíso libre de autos —donde solo circulan carritos de golf— ofrece un ambiente de “vacaciones eternas”. Como destaca The Times: “Hay muy pocos coches… por lo que los turistas y la mayoría de los 4.000 residentes de Avalon recorren las vertiginosas calles laterales bordeadas de buganvillas en carritos de golf eléctricos”.
Entre sus joyas arquitectónicas sobresale el Casino de Catalina de 1929, un edificio art déco con una imponente cúpula, dedicado a eventos y entretenimiento. Este icónico espacio alberga un cine con sonido pionero y un salón de baile con capacidad para 6.000 personas, y es sede de festivales anuales como el de jazz.
A lo largo de los años, Santa Catalina ha pasado de ser un escondite de estrellas a un destino turístico preferido por su cercanía a Los Ángeles y su oferta variada de actividades recreativas. Sus playas, la vibrante vida nocturna y la paz de sus calles sin automóviles atraen a locales y visitantes de distintas partes de Estados Unidos.
Sin embargo, el turismo masivo ha planteado retos ambientales, como la contaminación en la bahía, problema que las autoridades buscan resolver al promover visitas en temporada baja o en áreas menos concurridas. A pesar de estos desafíos, Santa Catalina sigue prosperando y mantiene su estatus glamoroso, atrayendo tanto a turistas como a figuras de la cultura pop como Taylor Swift y Katy Perry.