A lo largo de la historia del cine, no son pocos los actores que han contribuido con su creatividad a mejorar las películas en las que trabajan. Un caso emblemático es el de Viggo Mortensen en su interpretación de Aragorn en la trilogía de El Señor de los Anillos. En una entrevista con Fotogramas, Mortensen rememoró una anécdota muy particular que ocurrió durante la grabación de “El retorno del rey”, la tercera entrega de la saga.
Durante la preparación de la escena de la coronación de Aragorn, Mortensen, inspirado por una lectura del libro, propuso una idea no planificada en el guion. Como él mismo relató: “Estaba antes de rodar leyendo el libro y dije: ‘Mira, él canta esta canción, que es la canción que cantaron sus antepasados cuando cruzaron el mar y llegaron a la orilla. Es un poema, le ponemos música y qué sé yo...’”. En ese momento, se lanzó a interpretar el poema, y la improvisación resultó ser tan auténtica y acorde con el espíritu de J.R.R. Tolkien que fue incluida en el montaje final de la película.
Mortensen describió la experiencia con entusiasmo: “La canté así como quedó en el montaje de la película y les gustó, fue divertido y me gustó especialmente porque es lo que está en el libro”. Este detalle, aunque pequeño, representa el compromiso del actor por mantenerse fiel a la obra original y enriquecer aún más la adaptación cinematográfica.
El agotamiento de una trilogía épica
La creación de la trilogía de El Señor de los Anillos fue un reto en términos narrativos, técnicos, un desafío físico y emocional para sus actores. Viggo Mortensen, en la misma charla con Fotogramas, compartió el impacto que tuvo en su vida el proceso de rodaje.
Cada año, durante la preparación de cada película, el equipo debía regresar a Nueva Zelanda para realizar tomas adicionales. Según Mortensen: “Cada año, se presentó una parte de la trilogía de ‘El señor de los anillos’, y como hacíamos muchos reshoots o regrabaciones en los que volvíamos unos meses a Nueva Zelanda a grabar, fue bastante caótico”. Esto supuso un esfuerzo continuo para el elenco, ya que no podían comprometerse fácilmente a otros proyectos cinematográficos. “La cantidad que se rodó y no se usó, creo que batimos récords, por lo que no había demasiado tiempo para buscar otro nuevo proyecto”, reflexionó el actor.
A pesar de la fatiga, el resultado fue impresionante: una de las sagas cinematográficas más aclamadas de todos los tiempos, dejando una huella imborrable tanto en los fans como en la industria del cine.
Mortensen detalló que le ofrecieron dos versiones del arma para las escenas de acción: “Me dieron una espada para ensayar, que estaba hecha polvo, y la de verdad, la de acero. Confiaron en mí al poco tiempo, conscientes de que no iba a pegar a nadie”.
Aunque la espada de acero era mucho más pesada y difícil de manejar, Mortensen explicó que prefería usarla, ya que le daba una sensación más auténtica al interpretar al personaje. “Me gustaba, aunque era pesada y más difícil de manejar, porque la sentía de verdad”, afirmó. Esta decisión le permitió añadir un nivel de realismo a su interpretación, fortaleciendo su conexión con Aragorn, un rey guerrero cuyo legado inspiró a generaciones.
Una vida marcada por la multiculturalidad y el cine
Viggo Mortensen es un actor cuya vida ha sido tan diversa como los personajes que ha interpretado en la gran pantalla. Nacido el 20 de octubre de 1958, Mortensen proviene de una familia multicultural: su padre es danés y su madre estadounidense. Esta mezcla de orígenes no solo influyó en su identidad, sino que también marcó su infancia, la que transcurrió en diferentes países de América Latina y Europa.
Mortensen pasó sus primeros años de vida en países como Venezuela, Argentina y Dinamarca, lo que le permitió adquirir una perspectiva global y dominar varios idiomas. A los 11 años, sus padres se divorciaron, y junto a su madre y sus dos hermanos, se mudó a Nueva York, donde comenzó a explorar su pasión por el arte y la actuación. Se formó como actor bajo la tutela de Warren Robertson y debutó en los escenarios teatrales en 1982. Este sería el primer paso hacia una carrera que lo llevaría a la fama internacional.
Su debut en el cine estuvo marcado por un giro inesperado: en 1985, participó en la película “La rosa púrpura del Cairo” de Woody Allen, aunque todas sus escenas fueron cortadas en la edición final. Sin desanimarse, Mortensen continuó trabajando en diversas producciones. Ese mismo año, apareció en “Único testigo” de Peter Weir, interpretando a un amish, lo que le dio visibilidad en la industria.
Fue en el año 2001 cuando Mortensen alcanzó el reconocimiento internacional al interpretar al Rey Aragorn en la trilogía de “El Señor de los Anillos” dirigida por Peter Jackson. Esta película lo catapultó al estrellato, consolidando su imagen como un héroe de la gran pantalla. “Ser parte de una saga como ‘El Señor de los Anillos’ fue algo que me cambió la vida. Nunca imaginé que tendría un impacto tan grande”, señaló el actor, quien se convirtió en un símbolo de la aventura y la nobleza cinematográfica.
Además de su papel en la trilogía de Tolkien, Mortensen continuó desafiando su talento con personajes oscuros y complejos. En 2004, protagonizó “Océanos de fuego (Hidalgo)”, y poco después se sumergió en el cine de David Cronenberg con películas como “Una historia de violencia” y “Promesas del este”.
A lo largo de su carrera, Mortensen ha demostrado ser un actor versátil, capaz de interpretar tanto a héroes épicos como a personajes atormentados. El actor ha seguido explorando papeles desafiantes, ganándose el respeto de la crítica y el cariño del público.