Algunas de las obras de arte más valiosas del mundo suelen estar colgadas en los hogares de sus dueños, especialmente cuando se trata de trabajos de artistas como Pablo Picasso o Henri Matisse. Muchos coleccionistas prefieren exhibirlas en lugares donde puedan ser apreciadas por amigos y visitantes. Sin embargo, David Bowie, conocido por su estilo de vida poco convencional, decidió guardar estas obras en un sitio mucho más inesperado.
El cantante decidió llevar sus preciadas pinturas de Picasso y Matisse en su auto. La sorprendente revelación la hizo Glen Matlock, bajista de los Sex Pistols, durante su participación en el programa británico Never Mind The Buzzcocks. Según Matlock, todo ocurrió tras un concierto de Iggy Pop en Nueva York, cuando, junto a otros, tuvo la oportunidad de viajar con Bowie en su auto, el mismo que el artista había utilizado en la película El hombre que cayó a la Tierra.
Mientras viajaban por Madison Avenue, Matlock, que estaba sentado en las rodillas de Bowie debido a la falta de espacio, se percató de algo inusual. “Se supone que hay dos espejos de tocador y él no tenía espejo de tocador, tenía un pequeño cuadro”, explicó Matlock en el programa.
Al observarlo más de cerca, notó que era un Picasso y, al mirar hacia el otro lado, exclamó: “¡Espera, eso es un Matisse!”. Bowie, con su característico humor, respondió afirmativamente a cada una de las preguntas, lo que llevó a Matlock a decirle en tono bromista: “Bueno, eres un idiota”, a lo que Bowie replicó: “Sí, supongo que lo soy”.
Según Matlock, esta situación dejó claro que el Duque Blanco era alguien capaz de sorprender incluso a quienes ya estaban acostumbrados a su extravagancia. Además de la inusual manera en que David Bowie exhibía sus obras de arte, el relato de Glen Matlock también muestra la relación cercana y distendida que existía entre ellos. Este intercambio de humor dejó ver una faceta de Bowie que conectaba con su público y amigos de forma genuina, alejándose del típico estereotipo de estrella inalcanzable.
Quién era el duque blanco
David Bowie, nacido como David Robert Jones en 1947 en Brixton, Londres, es reconocido como uno de los artistas más influyentes y multifacéticos del siglo XX. Su carrera musical abarcó más de cinco décadas, durante las que experimentó con una variedad de géneros como el rock, pop, soul, y electrónica, siempre adelantándose a su tiempo y desafiando las convenciones de la industria. Bowie alcanzó la fama mundial en 1972 con el personaje de Ziggy Stardust, una creación andrógina y extraterrestre que marcó el inicio del glam rock. A lo largo de su carrera, continuó reinventándose con cada nuevo álbum, desde el enigmático The Man Who Sold the World hasta los sonidos vanguardistas de Heroes y su último trabajo, Blackstar, lanzado días antes de su muerte en 2016.
También era conocido como el Duque Blanco, el apodo surgió cuando adoptó un personaje más sobrio y elegante en comparación con sus encarnaciones anteriores. Se caracterizaba por su apariencia pulcra: cabello rubio, peinado hacia atrás, vestimenta formal y un comportamiento más distante y calculado.
Además de su música, Bowie fue un ícono cultural en múltiples ámbitos. No solo se destacó como cantante y compositor, sino también como actor, modelo y pintor. Participó en películas emblemáticas como El hombre que cayó a la Tierra (1976) y Labyrinth (1986), mostrando su talento en la actuación. Su capacidad para trascender los límites del arte y la música lo convirtió en un pionero del estilo y la expresión artística. A lo largo de su vida, se mantuvo comprometido con la exploración de nuevas formas de creatividad, siendo una figura clave en la escena cultural global hasta su fallecimiento, dejando un legado imborrable.
David Bowie falleció el 10 de enero de 2016 a los 69 años, apenas dos días después de lanzar su último álbum, Blackstar. Su muerte, causada por un cáncer de hígado que había mantenido en secreto durante 18 meses, conmocionó al mundo de la música y el arte. Ese último álbum, considerado por muchos como su despedida artística, reveló a un Bowie que seguía innovando hasta el final, explorando nuevos sonidos y temas existenciales. La noticia de su muerte provocó una avalancha de tributos de fanáticos, músicos y artistas de todo el mundo, quienes destacaron su enorme legado y su capacidad para transformar la música y la cultura popular. Su partida marcó el fin de una era, pero su influencia sigue viva a través de su arte y de las incontables generaciones que inspiró.