En la vasta historia de Hollywood, pocas estrellas brillaron con la versatilidad y carisma de Mitzi Gaynor, actriz, cantante y bailarina que cautivó al público con su talento en las comedias musicales de los años 50. El 17 de octubre de 2024, Gaynor falleció a los 93 años, dejando un legado de más de ocho décadas en el mundo del espectáculo.
Desde la gran pantalla hasta los escenarios de Las Vegas, su carrera abarcó el cine, la televisión y el teatro, consolidándose como una de las últimas leyendas del Hollywood dorado. Según informó su representante, la artista murió de causas naturales en su residencia de Los Ángeles, rodeada del cariño de sus seres queridos y fanáticos.
Carrera cinematográfica y musical
Gaynor fue una de las estrellas más emblemáticas del cine musical de los años 50, conocida por su habilidad para combinar actuación, canto y danza en un momento en que Hollywood brillaba con grandes producciones. Nacida como Francesca Marlene de Czanyi von Gerber en 1931, comenzó su carrera a una edad temprana y rápidamente firmó un contrato con Twentieth Century-Fox, que la llevaría a participar en una serie de exitosas películas.
Su papel más recordado llegó con South Pacific (1958), la adaptación cinematográfica del popular musical de Broadway. En esta película, Gaynor interpretó a la enfermera Nellie Forbush, un rol que le valió una nominación al Globo de Oro. Su trabajo, y las icónicas canciones como I’m Gonna Wash That Man Right Outta My Hair y I’m in Love with a Wonderful Guy, dejaron una huella imborrable en el cine musical de la época.
Además de South Pacific, Gaynor compartió pantalla con leyendas como Frank Sinatra en The Joker Is Wild (1957), y con Gene Kelly en Les Girls (1957). También actuó junto a Marilyn Monroe en There’s No Business Like Show Business (1954), una de las producciones más memorables de la época.
Reinvención en el teatro y la televisión
Tras su éxito en el cine durante los años 50, Mitzi Gaynor decidió dar un giro a su carrera en la década de 1960, alejándose de los estudios de Hollywood y encontrando un nuevo hogar en los escenarios y en la televisión. Aunque su retiro de las películas fue inesperado para muchos, Gaynor demostró una notable capacidad para reinventarse como una artista escénica de primera categoría, cautivando audiencias en espectáculos en vivo y programas especiales de televisión.
Gaynor encontró su lugar en los lujosos escenarios de Las Vegas, donde su carisma, talento y energía la convirtieron en una de las principales atracciones. Bajo la dirección de su esposo y mánager, Jack Bean, protagonizó su propia revista musical, un espectáculo que recorrió los teatros de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia, alcanzando un éxito impresionante. Estos shows, llenos de coreografías elaboradas y deslumbrantes vestuarios, confirmaron su estatus como una artista versátil y carismática, manteniéndola en el centro de la vida artística.
Además, durante las décadas de los 60 y 70, Gaynor fue una figura recurrente en la televisión estadounidense. Protagonizó nueve especiales televisivos que la llevaron a obtener 16 nominaciones a los premios Emmy. Estos programas, que combinaban números musicales con momentos cómicos, mostraron su habilidad para adaptarse al formato televisivo y seguir conectando con las audiencias de nuevas generaciones. Uno de sus eventos televisivos memorables fue su participación en la ceremonia de los Premios Óscar de 1967, donde interpretó el tema principal de Georgy Girl.
Con su incansable dedicación al espectáculo y su capacidad para adaptarse a los cambios en la industria del entretenimiento, Mitzi Gaynor logró mantenerse relevante durante décadas. Su éxito tanto en el teatro como en la televisión solidificó su lugar como una de las grandes estrellas del entretenimiento estadounidense.
Vida personal y legado
Más allá de los reflectores, Mitzi Gaynor llevó una vida personal marcada por la estabilidad y el amor. En 1954, se casó con Jack Bean, quien se convirtió también en su mánager y productor. Su matrimonio duró 52 años, hasta la muerte de Bean en 2006, y se convirtieron en una de las parejas más duraderas en la industria del entretenimiento, conocida por su volatilidad. El matrimonio no tuvo hijos, pero compartieron una vida de colaboración profesional y personal que ayudó a consolidar la carrera de Gaynor, especialmente durante su etapa en los escenarios de Las Vegas y en la televisión.
Gaynor, aunque retirada del cine desde los años 60, nunca dejó de sorprender al público con su inquebrantable energía y pasión por el espectáculo. Incluso a los 80 años, seguía subiéndose a los escenarios, como en su espectáculo autobiográfico Razzle Dazzle! My Life Behind the Sequins, en el que repasaba su carrera y vida personal con humor y nostalgia. Este proyecto fue aclamado tanto por la crítica como por sus seguidores, y confirmó su estatus como una verdadera leyenda del entretenimiento.
Al final de su vida, Gaynor fue vista como un ícono que supo mantenerse fiel a sí misma y a su amor por el entretenimiento, y su influencia se extendió más allá de su carrera artística. Su legado es el de una mujer que vivió para el espectáculo, dejando una huella indeleble en el mundo del cine, el teatro y la televisión.