La noticia de la muerte de Liam Payne sacudió al mundo de la música, a sus 31 años, el exintegrante de One Direction cayó desde un tercer piso en el hotel CasaSur Palermo en Buenos Aires, donde se encontraba por motivos personales. Su fallecimiento fue instantáneo, y las primeras versiones de los medios sugieren que pudo haber sido un accidente, aunque las investigaciones continúan.
El impacto de su trágico final resonó rápidamente en las redes sociales, donde los fanáticos y antiguos compañeros de banda comenzaron a expresar su dolor. Sin embargo, una figura clave en su vida permaneció en silencio: Simon Cowell, el magnate musical que no solo fue responsable de la creación de One Direction, sino también de algunos de los momentos más tensos y difíciles en la carrera de Payne.
Los seguidores de la banda no tardaron en señalar la complicada relación entre ambos, reviviendo viejas disputas que habían salido a la luz durante los últimos años.
La muerte de Liam no solo ha dejado un vacío en la industria musical, sino que también ha reabierto heridas que nunca sanaron del todo. Una de ellas, quizás la más notoria, es la relación fracturada entre Payne y Cowell, una relación que siempre estuvo marcada por tensiones, críticas públicas y diferencias irreconciliables.
El comienzo turbulento en <i>The X Factor</i>
Liam Payne conoció a Simon Cowell cuando tenía apenas 14 años. En 2008, audicionó en la versión británica de The X Factor y, aunque su talento fue evidente, Cowell no lo consideró listo para una carrera musical. “Creo que hay potencial en ti, Liam, pero siento que te falta algo de emoción y diversión”, le dijo en su momento el empresario. A pesar de su aparente rechazo, Cowell le pidió que volviera a intentarlo en dos años.
Y así lo hizo. En 2010, Payne regresó al programa, más maduro y decidido, con una interpretación impecable de “Cry Me a River”. Esta vez, Cowell lo felicitó y lo integró en One Direction, un grupo que surgió de la unión de Payne con otros cuatro jóvenes talentosos: Harry Styles, Louis Tomlinson, Niall Horan y Zayn Malik. Así comenzó una de las boybands más exitosas de la historia, vendiendo más de 50 millones de discos a nivel mundial.
Tensiones desde el principio
A pesar del éxito, la relación entre Payne y Cowell nunca fue fácil. Desde sus primeros días en One Direction, el cantante sintió que estaba bajo una presión constante por cumplir con las expectativas de Cowell y su equipo. La banda lanzó cinco álbumes en cinco años, y la agotadora agenda de giras, entrevistas y promociones terminó por afectar la salud mental de todos los miembros.
Liam, quien llegó a describir la experiencia como sentirse como “un animal enjaulado”, fue uno de los más vocales sobre los efectos negativos de esa vida frenética. Zayn Malik, quien abandonó la banda en 2015, también señaló en diversas entrevistas que el agotamiento y el estrés fueron las principales razones detrás de su salida. “Éramos simplemente una máquina de dinero, y nadie se preocupaba realmente por cómo nos sentíamos”, afirmó una fuente cercana al grupo, describiendo la dinámica bajo el mando de Cowell.
Con el tiempo, las tensiones entre Payne y el magnate aumentaron. En una entrevista de 2022 en el pódcast Impulsive de Logan Paul, Payne hizo una revelación explosiva al afirmar que One Direction había sido formado en torno a él. Además, aseguró que Simon Cowell había planeado su ingreso al grupo desde el principio, aunque los videos de The X Factor mostrarían después que fue Nicole Scherzinger quien insistió en que Payne debía ser incluido.
El quiebre definitivo
El comentario de Payne no pasó desapercibido, y las tensiones entre ambos se hicieron públicas. Incluso en 2016, durante una conferencia de prensa de America’s Got Talent, Cowell lanzó una sutil crítica hacia el cantante. “La gran mayoría de los chicos de One Direction son increíblemente leales... bueno, no todos”, dijo, en clara referencia a la firma de Payne con Capitol Records en lugar de con el sello de Cowell, Syco.
Este quiebre definitivo en su relación personal y profesional se mantuvo durante años. En 2024, solo unos meses antes de la muerte de Payne, otros exintegrantes de One Direction como Louis Tomlinson y Niall Horan dejaron de seguir a Cowell en redes sociales, lo que alimentó aún más los rumores de que el descontento con su antiguo mentor no se limitaba únicamente a Payne.
La muerte de Payne y el silencio de Cowell
Con la muerte de Payne, muchos fanáticos esperaban una reacción de Simon Cowell, quien hasta el momento ha mantenido un perfil bajo. Según reportes, el productor se sintió devastado tras enterarse de la tragedia, pero ha preferido guardar silencio. Una fuente cercana declaró a Daily Mail que Cowell estaba “genuinamente enfermo” por la noticia y que consideraba a Payne como “un hijo más”.
A pesar de estas declaraciones, el público sigue expectante por un posible comunicado oficial. En redes sociales, las críticas hacia Cowell no se hicieron esperar. Algunos usuarios llegaron a pedir que no emitiera ningún tributo a Payne, argumentando que su trato hacia la banda y, particularmente, hacia el propio Liam había sido parte del problema que llevó al cantante a su trágico final.
La relación entre Liam Payne y Simon Cowell siempre fue una mezcla de éxito y tensión. Si bien One Direction se convirtió en una de las bandas más icónicas de la última década, el precio que los miembros pagaron en términos de salud mental y bienestar personal sigue siendo motivo de debate. La muerte de Payne ha vuelto a poner estos temas sobre la mesa, recordando a todos que detrás del brillo de la fama, se esconden historias de agotamiento, frustración y, en muchos casos, heridas que nunca sanan.