En la década de 1970, Rodney Alcala se paseaba por las calles de Los Ángeles y otras ciudades de Estados Unidos, aparentando ser un hombre encantador, carismático y con un futuro prometedor. Nadie podía imaginar que detrás de su sonrisa se ocultaba uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia del país norteamericano. Durante más de una década, este “fotógrafo de moda” violó y asesinó a decenas de mujeres, dejando un rastro de cuerpos destrozados y una ola de terror que persigue a las autoridades hasta el día de hoy.
Lo más perturbador de su historia no es solo la brutalidad de sus crímenes, sino el hecho de que, en el pico de su ola de asesinatos, Alcala participó como concursante en un programa de citas televisivo.
Su aparición en The Dating Game en 1978, mientras seguía activo como asesino, es el tema central de la nueva película de Netflix, Woman of the Hour, dirigida y protagonizada por Anna Kendrick. Este perturbador cruce entre el entretenimiento y la tragedia se ha convertido en uno de los puntos más intrigantes y horribles de su historia.
¿Cómo pudo un asesino en serie eludir a las autoridades durante tanto tiempo y aparecer en un programa de televisión nacional? La película de Kendrick busca explorar no solo los horrendos crímenes de Alcala, sino también la forma en que las dinámicas de género de la época le permitieron pasar desapercibido, incluso cuando las señales de advertencia eran evidentes.
El carismático asesino de “The Dating Game”
En septiembre de 1978, Rodney Alcala fue presentado al público como un “fotógrafo de éxito” en The Dating Game. Frente a la pantalla, su atractivo y sus respuestas llenas de picardía le ganaron el favor de la concursante Cheryl Bradshaw.
A pesar de que ganó el episodio, Bradshaw nunca salió con él. Después de la grabación, le confesó al equipo de producción que sentía una “vibra extraña” al estar cerca de él y que no se sentía cómoda. Esta intuición le salvó la vida, ya que Alcala estaba en plena cúspide de su escalofriante carrera criminal.
Lo que nadie en el plató sabía es que Rodney Alcala ya había sido condenado anteriormente por agresión sexual. En 1968, había atacado brutalmente a una niña de ocho años, Tali Shapiro, a quien dejó por muerta en su apartamento.
Sin embargo, Alcala logró escapar y, cambiando de nombre, se trasladó a la costa este, donde consiguió un trabajo como consejero en un campamento infantil. Allí continuó sus crímenes, y no fue hasta 1971, cuando fue reconocido en una lista de los 10 fugitivos más buscados por el FBI, que las autoridades lograron capturarlo. Increíblemente, tras ser condenado, solo pasó 17 meses en prisión antes de ser liberado.
Un fotógrafo con un oscuro secreto
Rodney Alcala usaba su cámara fotográfica como herramienta para atraer a sus víctimas. Al regresar a Los Ángeles a mediados de los 70, se presentaba como un fotógrafo profesional que buscaba jóvenes aspirantes a modelos para enriquecer su portafolio.
Con esta excusa, Alcala convencía a sus víctimas de acompañarlo a lugares remotos, donde las sometía a brutales torturas. Las estrangulaba hasta que perdían el conocimiento, luego las violaba y, cuando despertaban, el ciclo de tortura comenzaba nuevamente. Al final, las asesinaba, acomodaba sus cuerpos en posiciones explícitas y fotografiaba los cadáveres.
En su casa, la policía encontró un almacén de fotos de mujeres, muchas de las cuales nunca fueron identificadas. Algunas de las imágenes, descubiertas en una unidad de almacenamiento, mostraban a mujeres desaparecidas, lo que sugirió que Alcala podría haber matado a muchas más personas de las que las autoridades sabían en ese momento. Se estima que el número de sus víctimas podría superar las 130.
La captura final y el juicio
Alcala logró evadir a las autoridades hasta que, en 1979, fue arrestado por el asesinato de una niña de 12 años, Robin Christine Samsoe. La pequeña desapareció de Huntington Beach mientras se dirigía a una clase de ballet. Sus amigos dijeron a la policía que un hombre extraño se les acercó en la playa y les pidió que posaran para unas fotos. Poco después, el cuerpo de Robin fue encontrado en una zona montañosa cercana. Gracias a un boceto realizado a partir de las descripciones de los testigos, un oficial de libertad condicional identificó a Alcala y lo entregó a las autoridades.
El juicio de Alcala se convirtió en un espectáculo mediático. Durante más de 30 años, Alcala fue procesado y reprocesado, logrando apelar dos veces su condena a muerte antes de ser finalmente sentenciado de manera definitiva en 2010. En ese momento, un jurado lo declaró culpable de cinco asesinatos en primer grado, aunque el número real de víctimas podría ser mucho mayor. En 2013, se le añadió una condena de 25 años más después de que confesara otros dos asesinatos. En 2021, mientras esperaba su ejecución, murió en el corredor de la muerte por causas naturales.
La película y su mensaje
La nueva película Woman of the Hour, que se estrenará el 18 de octubre de 2023 en Netflix, no solo retrata la sangrienta historia de Alcala, sino que también reflexiona sobre las dinámicas de poder y género en la década de los 70. En una época en la que las mujeres a menudo eran vistas como objetos decorativos, las advertencias y sospechas de Bradshaw y otras mujeres fueron desestimadas. El asesino en serie pudo seguir matando debido, en parte, a un sistema que ignoraba a las mujeres y permitía que hombres como él continuaran con impunidad.
El papel de Anna Kendrick como Cheryl Bradshaw muestra a una mujer que, aunque intuía el peligro, tuvo que navegar un mundo que no le daba espacio para expresar sus preocupaciones. Kendrick, que además de protagonizar la película, hace su debut como directora, ha mencionado que se siente orgullosa de cómo el filme logra explorar estos temas y de cómo ofrece una visión diferente del género true crime.
Rodney Alcala es recordado no solo por la brutalidad de sus crímenes, sino también por el siniestro hecho de haber sido un asesino en serie que se presentó en televisión en pleno apogeo de su carrera homicida. Woman of the Hour es una nueva ventana a uno de los casos más terroríficos de la historia criminal estadounidense.