El rock & roll y la tragedia parecen ir de la mano. Entre los acordes eléctricos, las guitarras distorsionadas y letras desgarradoras, existe un número que da escalofrío: 27. Es la edad en la que varios de los músicos más legendarios, jóvenes talentos a quienes se podía pronosticar un futuro promisorio, han encontrado la muerte. A esta lista de nombres ilustres se la conoce como el Club de los 27, una trágica coincidencia que ha alimentado todo tipo de teorías y mitos sobre una supuesta “maldición” que persigue a los artistas más brillantes de su generación.
El término Club de los 27 comenzó a circular entre los fanáticos de la música tras la muerte de Kurt Cobain, líder de Nirvana, en 1994. Para entonces, el club ya tenía varios integrantes. En los años 70, el mundo del rock se había sacudido con las muertes consecutivas de Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Brian Jones; todas a los 27 años y todas rodeadas de un velo de misterio, exceso y tragedia.
Tamaña coincidencia fue alimentando la superstición, y con el tiempo, se comenzó a hablar de una maldición que rodearía a los artistas jóvenes, de fama temprana.
El misterio del Club de los 27 retomó fuerza en 2011, con la muerte sorpresiva de Amy Winehouse, la joven estrella británica del soul que, como otros miembros del club, vivió una vida marcada por los excesos, las adicciones y una lucha interna que terminó por consumirla.
El origen de la maldición
El Club de los 27 se ha convertido en una leyenda urbana que refleja los demonios internos, el ritmo vertiginoso de la fama y la compleja relación de estos artistas con sus propios talentos.
La idea de que hay algo especial o místico en esta edad se ha reforzado con el paso del tiempo, alimentando la narrativa de que una suerte de maldición cae sobre las cabezas de los músicos y artistas que llegan a esa etapa de sus vidas.
Pero existen factores bien concretos que inciden en estas muertes en la flor de la vida, como el consumo de drogas y alcohol, las presiones de la fama, y la lucha contra depresiones y trastornos mentales.
En muchos casos, las muertes a los 27 años no fueron más que la conclusión de un camino lleno de riesgos y decisiones peligrosas, donde el peso de ser una estrella del rock, el soul o el punk resultó insoportable.
Una lista de tragedias: los integrantes del Club de los 27
La nómina de integrantes del Club de los 27 incluye a:
- Robert Johnson (1911-1938): Pionero del blues, su leyenda se construyó sobre la creencia de que vendió su alma al diablo para tocar la guitarra de forma prodigiosa. Murió envenenado tras coquetear con la mujer equivocada. Al parecer fue el marido engañado el autor de la muerte.
- Brian Jones (1942-1969): Fundador de los Rolling Stones, encontró su fin ahogado en la piscina de su casa. Su muerte sigue envuelta en misterio y teorías de conspiración.
- Jimi Hendrix (1942-1970): Considerado uno de los mejores guitarristas de la historia. Su final fue abrupto, debido a una sobredosis de somníferos y alcohol.
- Janis Joplin (1943-1970): La voz femenina más importante del rock de los 60. Murió por una sobredosis de heroína, hundida en la soledad y los desamores. Su muerte, ocurrida apenas unas semanas después de la de Hendrix, reforzó la idea de la maldición.
- Jim Morrison (1943-1971): Líder de The Doors, carismático e indomable. Fue hallado muerto en la bañera de su apartamento en París, sin que se llegara a conocer la causa exacta de su deceso. Nunca se realizó una autopsia. por lo que el enigma sigue.
- Kurt Cobain (1967-1994): Ícono del grunge y líder de Nirvana. Se suicidó con un disparo en la cabeza, dejando una nota de despedida que reflejaba su desesperanza y fatiga con la fama.
- Amy Winehouse (1983-2011): Dueña de una voz incomparable, la británica vivió atormentada por sus problemas con el alcohol y las drogas. Su fallecimiento por intoxicación alcohólica conmocionó al mundo.
Más allá del mito: el legado del Club de los 27
Aunque la idea de una “maldición” que persigue a los artistas a los 27 años resulta atractiva y misteriosa, lo cierto es que la mayoría de los casos están vinculados a problemas de salud mental, consumo de drogas y la presión de una fama que llegó demasiado pronto.
Sin embargo, el mito se ha arraigado en la cultura popular como un reflejo de lo efímero y fugaz de la juventud y el talento, y como un símbolo de la destructividad de la vida bajo los reflectores.
El Club de los 27 continúa fascinando a los fanáticos de la música y la cultura, quienes encuentran en sus trágicas historias un eco de la intensidad con la que vivieron y murieron sus ídolos. Cada acorde de guitarra, cada nota desgarrada y cada letra escrita al borde de la desesperación sigue resonando, como un legado inmortal, a pesar de la brevedad de sus vidas.