A 85 años de su estreno, El Mago de Oz sigue siendo una obra maestra del cine que ha perdurado en la cultura popular a través de generaciones. Este clásico del año 1939, dirigido por Victor Fleming, adapta la novela infantil de L. Frank Baum y ha dejado una marca indeleble en la cinematografía mundial.
La trama se centra en Dorothy Gale, interpretada por Judy Garland, una joven de Kansas que, después de ser atrapada por un tornado, es transportada junto a su perro Toto al vibrante y mágico mundo de Oz. Dorothy es inmediatamente perseguida por la Malvada Bruja del Oeste, interpretada por Margaret Hamilton, que desea apoderarse de las zapatillas de rubí que Dorothy porta.
Según Inverse, contrario a la creencia popular, El Mago de Oz no fue la primera película en experimentar con la fotografía tecnicolor. No obstante, el uso ingenioso y efectivo de esta tecnología para diferenciar la vida mundana en Kansas, representada en tonos sepia, del vibrante y colorido mundo de Oz, fue una revelación cinematográfica de su tiempo. Este contraste visual no solo introdujo a los espectadores a un mundo de fantasía, sino que también estableció un nuevo estándar para la realización de películas de fantasía en Hollywood.
Cómo se desarrolla El Mago de Oz
En su recorrido por el Camino de Ladrillos Amarillos, Dorothy se encuentra con personajes memorables como el Espantapájaros (Ray Bolger), el Hombre de Hojalata (Jack Haley) y el León Cobarde (Bert Lahr). Juntos buscan al legendario Mago de Oz (Frank Morgan), con la esperanza de que cumpla sus más profundos deseos. Esta compañerismo y sus lecciones de vida sobre el valor, la inteligencia y el amor, siguen resonando en la audiencia moderna.
La película, también es célebre por su banda sonora, ganadora del Premio de la Academia a la mejor música original, con la emblemática canción “Somewhere Over the Rainbow” interpretada por Judy Garland. El medio Nerdtropolis comenta que “la voz de Garland, con su profundidad emocional y anhelo, resonó con las audiencias”, y la canción se convirtió en un clásico instantáneo. Compuesta por Harold Arlen y con letras de Yip Harburg, ha sido adaptada y realizada en innumerables versiones y en diversos idiomas, consolidando su lugar en la historia de la música.
Otro aspecto importante es la representación visual de Oz, con paisajes construidos y pinturas mate que realmente capturan la esencia de un cuento de hadas. Inverse destaca que “desde los sets obviamente construidos y las pinturas mate hasta las actuaciones exageradas y teatrales, El Mago de Oz es teatral e inmersivo”. Esta fusión de intención artística e invención tecnológica resulta en una experiencia única que continúa intrigando en la imaginación de nuevas generaciones.
A lo largo de los años, El Mago de Oz fue la fuente de inspiración de numerosos cineastas y ha dejado una huella profunda en la cultura popular. Desde la famosa escena de la bruja derritiéndose hasta la declaración de que “no hay lugar como el hogar”, la película está llena de momentos inolvidables que siguen siendo parte del imaginario colectivo. Nerdtropolis señala que “sus temas de amistad, coraje y autodescubrimiento continúan resonando”, lo que subraya la importancia continua de la película.
El impacto perdurable de El Mago de Oz es palpable incluso en el cine contemporáneo. Inverse menciona que en Twisters de Lee Isaac Chung, se pueden encontrar múltiples referencias a El Mago de Oz, debido a su influencia en la narrativa visual. La película original plantea una fantasía inolvidable y también se siente como un sueño que combina belleza, miedo y extrañeza de una manera que pocos filmes han logrado replicar.