En la cotidianeidad las personas tienen trabajos que no suponen -en su mayoría- riesgo de muerte. El caso de Tom Cruise es muy diferente porque su oficina diaria es tirarse de aviones, colgarse de ellos e incluso pilotearlos. La producción de sus películas siempre deja de respirar un segundo cuando él está haciendo una de sus escenas. Pero Tom siempre sabe que logrará realizarlas. Aunque hubo algunas que han dejado al público con la boca abierta. Cuáles fueron las pruebas que más impacto causaron.
Misión Imposible: Sentencia Mortal (2023)
En Misión Imposible: Sentencia Mortal, Tom Cruise, en su papel de Ethan Hunt, una vez más llevó el realismo cinematográfico a nuevas cumbres vertiginosas. Una de las escenas más trepidantes involucraba un audaz salto en motocicleta desde un acantilado, desafiando las leyes de la gravedad antes de activar un paracaídas salvador.
Lo que hace aún más asombroso esta hazaña es que fue rodada el primer día de filmación, según reveló el director Christopher McQuarrie. Un arranque explosivo que sentó las bases para la autenticidad sin concesiones que definiría el resto de la producción. Un desafío de tal magnitud, filmado el primer día, desarrolló el tono de un rodaje que redefiniría los límites de la acción real.
Top Gun: Maverick (2022)
En la secuela de la cinta épica Top Gun, Tom Cruise trasciende su papel de actor para encarnar, en carne y hueso, al intrépido piloto Pete “Maverick” Mitchell. Más que una mera interpretación, Cruise se convirtió en un verdadero aviador, pilotando aviones reales durante las intensas escenas aéreas.
Aunque las autoridades le negaron el comando del formidable F-18, Cruise no se rindió. El actor se aferró a los controles en la cabina durante innumerables tomas, sometiendo su cuerpo a fuerzas G extremas que desafiaban los límites humanos.
Misión Imposible: Repercusión (2018)
Tom Cruise se lanzó al vacío desde una altura de más de 7.620 metros en un temerario salto conocido como HALO (High Altitude Low Opening).
El actor se arrojó al abismo en un acto de fe ciega. Pero el desafío no terminaba ahí. Cruise postergó la apertura de su paracaídas hasta alcanzar una altitud mínima, exponiendo su vida a fuerzas inimaginables. La escena fue filmada en una sola toma ininterrumpida.
Misión Imposible: Nación Secreta (2015)
En la quinta entrega de Misión Imposible, Tom Cruise llevó las escenas de acción a nuevos límites. De manera literal, el actor escaló a las alturas para brindar una de las secuencias más memorables del cine de acción.
Cruise se colgó del costado de un colosal avión militar A400M durante el despegue. No hubo trucos digitales, no hubo dobles. Solo el actor, atado al fuselaje de la imponente aeronave mientras esta cobraba velocidad.
A una velocidad escalofriante de 400 kilómetros por hora y una altura considerable, Cruise se convirtió en un apéndice viviente de la máquina de vuelo. Cada centímetro de su cuerpo desafiaba las leyes de la física.
Misión Imposible: Nación Secreta (2015)
En una escena submarina crucial para la película, el actor se sumergió en un desafío que ponía a prueba los confines de la resistencia humana: aguantar la respiración bajo el agua por más de seis interminables minutos.
El actor se entrenó implacablemente, disciplinando su cuerpo y mente para dominar la técnica de la apnea. Cada sesión fue una batalla contra los dictados biológicos, un duelo titánico entre la voluntad y las limitaciones físicas. Sin embargo, no salió ileso de estas tomas porque sufrió varios desmayos en los ensayos.
La secuencia debía filmarse en una sola toma ininterrumpida, sin cortes ni trucos, para infundir una tensión y autenticidad sin precedentes en la pantalla grande.
Misión Imposible: Protocolo Fantasma (2011)
En la cuarta entrega de la icónica saga Misión Imposible, el intrépido actor escaló las infranqueables alturas del Burj Khalifa en Dubai, los rascacielos más alto del orbe. Sin dobles ni trucos, solo equipado con arneses de seguridad, Cruise se convirtió en un audaz trepador vertical.
A más de 800 metros sobre el bullicioso mundo, el actor cabeceó con las nubes mientras realizaba maniobras acrobáticas de alto riesgo. En un espectáculo de vértigo y adrenalina, Cruise saltó de una ventana a otra en un desafío abierto a la gravedad. Cada paso, un pulso frenético, cada movimiento, una danza con el peligro.
El último samurái (2003)
En El Último Samurái, Tom Cruise se sumergió por completo en el mundo de los guerreros más nobles de Japón. Más que un simple actor, se convirtió en un verdadero samurái, dominando con maestría las antiguas artes marciales y el manejo de las espadas mortíferas.
En una de las escenas más impresionantes, Cruise desató todo su poder en un despliegue de destreza física y determinación sin igual. Su personaje se enfrentó a una horda interminable de oponentes en una secuencia ininterrumpida, una danza mortal de acero y precisión. Cada movimiento, cada bloqueo, cada estocada fue ejecutada con fluidez, fruto de entrenamiento y dedicación al papel.