Viajes secretos, sesiones de hipnosis y terapias experimentales: se conocieron todos intentos de Matthew Perry para superar las adicciones

Los problemas comenzaron en la adolescencia, con el consumo de alcohol, se intensificaron a los 24 años, durante el auge de “Friends”, y empeoraron cuando cumplió 34 años. Las enorme suma de dinero que invirtió en su fallida recuperación

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Su lucha contra la adicción comenzó a temprana edad y se intensificó durante los años de éxito de la serie (Reuters)
Su lucha contra la adicción comenzó a temprana edad y se intensificó durante los años de éxito de la serie (Reuters)

Matthew Perry vivió en un constante estado de lucha. En la superficie, era el Chandler Bing de “Friends”que todos conocían, el amigo sarcástico y adorable de la icónica serie “Friends”. Sin embargo, detrás de esa fachada, se desplegaba una batalla feroz y silenciosa contra la adicción. Desde muy temprano en su carrera, Perry fue arrastrado por la corriente implacable de las drogas y el alcohol, buscando desesperadamente una cura que parecía siempre fuera de su alcance.

Según reveló The Wall Street Journal (WSJ), el actor gastó más de USD350.000 en vuelos privados a una clínica de tratamiento en Suiza, se recluyó en un centro de desintoxicación junto a la playa durante un mes, y soportó 36 días de temblores mientras revivía traumas en un centro terapéutico en Florida.

Hasta su trágica muerte en octubre de 2023, intentó todo tipo de terapias: asistió a cientos de reuniones de Alcohólicos Anónimos, se sometió a hipnosis, e incluso exploró la terapia con ketamina, una droga disociativa que, lejos de ser la solución que buscaba, se convirtió en el catalizador de su tragedia. Era un hombre que no dejaba de buscar respuestas, lanzándose a cualquier cosa que prometiera alivio, pero cada intento fallido lo sumía más profundamente en su desesperación.

El actor buscó ayuda en múltiples centros a lo largo de su vida, gastando millones en tratamientos (HBO Max)
El actor buscó ayuda en múltiples centros a lo largo de su vida, gastando millones en tratamientos (HBO Max)

La búsqueda de Perry, sin embargo, no solo lo llevó a tratamientos legítimos. Desafortunadamente, detalla WSJ su desesperación lo convirtió en presa fácil para aquellos dispuestos a aprovecharse de su vulnerabilidad. En los últimos días de su vida, Perry estaba siendo inyectado con seis a ocho dosis diarias de ketamina por su asistente. El día de su muerte, después de pedir una “dosis grande”, Perry fue encontrado boca abajo en su jacuzzi, con la causa de su fallecimiento atribuida a los “efectos agudos de la ketamina”.

En términos económicos, Daily Star confirmó que Perry gastó alrededor de USD 9 millones a lo largo de su vida en esfuerzos por lograr la sobriedad.

El comienzo de la adicción y el peso de la fama

La pareja mantuvo una relación en los años 90, mientras que Perry enfrentaba problemas de adicción en privado. (Instagram/salmahayek)
La pareja mantuvo una relación en los años 90, mientras que Perry enfrentaba problemas de adicción en privado. (Instagram/salmahayek)

Sus problemas de adicción comenzaro en la adolescencia, con el consumo de alcohol, se intensificaron a los 24 años, durante el auge de “Friends”, y empeoraron cuando cumplió 34 años. En su autobiografía y en entrevistas, Perry detalló cómo llegó a consumir hasta 55 píldoras de Vicodin (un potente analgésico narcótico) al día durante las grabaciones de la serie, sin saber cómo detenerse.

Solo en el noveno año de “Friends”, Perry estuvo completamente sobrio, lo que coincidió con su única nominación individual al Emmy por la serie.

Su primera experiencia con el alcohol a los 14 años desencadenó una adicción que lo acompañó durante gran parte de su vida. Posteriormente, después de un accidente de esquí en 1997, Perry se volvió adicto a los analgésicos, lo que eventualmente lo llevó a depender de medicamentos como metadona, anfetaminas y, finalmente, ketamina.

En su libro, reveló detalles íntimos sobre su batalla con el alcohol y las drogas
En su libro, reveló detalles íntimos sobre su batalla con el alcohol y las drogas

En su autobiografía “Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing”, Perry confesó reveló que llegó a fingir lesiones para obtener más medicamentos, visitando hasta ocho doctores simultáneamente.

La fama exacerbó los problemas de Perry. Como estrella de “Friends”, un fenómeno de la televisión global, Perry se convirtió en un ícono cultural, pero detrás de las cámaras, su vida personal se desmoronaba. La atención constante y la presión de ser una figura pública complicaron aún más su lucha contra la adicción.

En su libro de memorias, relató cómo, durante el rodaje de “Friends”, tuvo que abandonar el set en múltiples ocasiones para ingresar a rehabilitación. En una de esas ocasiones, después de la muerte por sobredosis del comediante Chris Farley en 1997, Perry se registró en el centro de rehabilitación Hazelden Betty Ford en Minnesota.

A pesar de sus esfuerzos, la adicción a la ketamina exacerbó su condición y contribuyó a su trágica muerte (captura de video)
A pesar de sus esfuerzos, la adicción a la ketamina exacerbó su condición y contribuyó a su trágica muerte (captura de video)

WSJ también menciona cómo Perry buscaba a menudo escapar de su adicción mudándose a nuevas ciudades o aceptando nuevos trabajos, una estrategia que él mismo denominó “pulling a geographic”. Sin embargo, como admitió en su libro, estos intentos nunca fueron suficientes para dejar atrás sus problemas.

En sus últimos años, Perry se esforzó por mantenerse sobrio, incluso financiando el tratamiento de otros miembros de Alcohólicos Anónimos. Sin embargo, este estado de bienestar fue efímero, ya que el actor volvió a caer en el uso de ketamina, la sustancia que finalmente lo llevó a la muerte.

Luego de sus esfuerzos por mantenerse sobrio, Perry nunca pudo superar completamente su adicción. WSJ reporta que en los meses previos a su muerte, Perry había invertido más de 67.000 dólares en ketamina, suministrada por médicos y traficantes, lo que refleja el grado extremo de su dependencia y la desesperación por encontrar alivio. Estos gastos exorbitantes y las peligrosas cantidades de ketamina que consumía diariamente subrayan la tragedia de su situación, donde la búsqueda de curación terminó siendo la causa de su destrucción

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