Las escenas de besos en las películas son, muchas veces, el momento más esperado para los espectadores. Muchas veces se hacen desear y mantienen al público embelesado con historias de amor eternas hasta que, por fin, juntan sus bocas y se escucha al unísono un suspiro de parte de los espectadores. Existen icónicos besos en la gran pantalla como el de Rose y Jack en Titanic o el de Mary Jane y Spiderman bajo la lluvia mientras él estaba de cabeza, incluso el de Ghost cuando Sam es un fantasma y besa a Molly y la lista sigue y sigue, pero ¿Cómo fue el primer beso en la historia del cine?
En abril de 1896, el primer beso en la pantalla grande generó un gran revuelo. “The Kiss”, la obra protagonizada por May Irwin y John C. Rice, el momento y el film en su totalidad duraba apenas 18 segundos, pero fue suficiente para causar controversia en su momento. Dirigida por William Heise en los estudios de Thomas Edison, esta película, que replicaba una escena de la obra musical “The Widow Jones”, marcó el inicio de la representación visual del beso en el cine.
Las repercusiones en el público
Cuando se publicó por primera vez, fue denunciado públicamente como impactante y obsceno. Las críticas no se hicieron esperar: un comentarista de la época calificó el beso como “bastante bestial en tamaño real en el escenario, pero magnificado a proporciones gigantescas y repetido tres veces, es absolutamente repugnante”.
Esta polémica llegó al punto de que la Iglesia Católica Romana pidió censura y reformas morales al considerar la escena inapropiada. Además, muchos periódicos editoriales exigieron acciones policiales en los lugares donde se proyectaba la película. Aun así, el director continuó su carrera sin verse afectado por las opiniones adversas y acumuló cientos de créditos cinematográficos.
Sin embargo, la popularidad de la película no decayó y con el tiempo se reconoció su importancia cultural. En 1999, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos seleccionó la obra para su conservación en el Registro Nacional de Cine.
Otros primeros besos
El camino del beso en el cine avanzó con nuevas experiencias y experimentaciones. Dos años más tarde, en 1898, William Selig creó “Something Good”, conocido también como “Negro Kiss”, que mostraba el primer beso cinematográfico entre personas de color hasta 1945. Esta obra también rompió con los estereotipos raciales de su época, destacando por la química natural de sus protagonistas, Saint Suttle y Gertie Brown.
Muchas décadas después, en 1926, Alan Crosland dirigió “Don Juan”, que se distinguió por ser la película con la mayor cantidad de besos. Según se relata, hubo un beso cada 53 segundos, sumando un total de 191 besos durante toda la película. Esta cifra muestra cómo el cine exploraba el beso como un recurso narrativo, buscando entender su poder expresivo.
En 1930, la industria cinematográfica de Hollywood atravesaba una época de censura debido a que besos lascivos, excesivos o prolongados no estaban permitidos más allá de los tres segundos del Código Hays, que imponía estrictas normas de censura en las películas estadounidenses, dictando qué contenido era aceptable o no en pantalla. A pesar de esto, algunos cineastas, como Alfred Hitchcock, encontraron maneras ingeniosas de desafiar estas normas. En “Notorious” (1946), el director logró incluir una secuencia con múltiples besos, ninguno de ellos excediendo los tres segundos, sumando valiosos minutos a la narración romántica.
La década de los 60 trajo consigo significativos avances, como la representación del primer beso interracial en el cine, en la película “A Patch of Blue” (1965). Este beso entre Sidney Poitier y Elizabeth Hartman fue emblemático, aunque la escena fue eliminada de las proyecciones en los estados sureños de Estados Unidos.
Presentado en 1947, el beso francés, largamente ausente del cine debido a la censura, volvió en “Esplendor en la hierba” (1961). Esta emblemática película retrata el primer beso francés en la pantalla grande, aportando una nueva dimensión al lenguaje visual romántico del cine.
El beso animado también tiene su lugar destacado en la historia del cine. En 1937, Disney revolucionó el cine animado con “Blanca Nieves y los siete enanitos”, donde el roce de labios del príncipe a Blancanieves se convirtió en un momento icónico. El beso animado alcanzó un nuevo realismo en 2010, con “Enredados”, donde se incluyó por primera vez el sonido realista de este.
La continua evolución del beso en el cine sigue reflejando los cambios culturales y sociales a lo largo de las décadas, adaptándose y rompiendo barreras. El primer beso en la pantalla fue un hito en la historia del cine y sin dudas lo revolucionó completamente, dándole lugar a las películas y series que se conocen hoy en día. Quién sabe que sería del público hoy en día si el beso entre Noah y Allie en Diario de una pasión nunca hubiera existido.