El 15 de noviembre de 1990, la música pop fue sacudida por uno de sus mayores escándalos con la revelación de que Milli Vanilli, el dúo compuesto por Fabrice Morvan y Rob Pilatus, no había cantado en su exitoso álbum “Girl You Know It’s True”. Frank Farian, el productor alemán detrás del grupo, admitió en una conferencia de prensa que los dos jóvenes no eran las voces detrás de las canciones que encumbraron a la banda. Esta confesión desató una ola de controversia y consecuencias devastadoras para los integrantes.
Morvan, en un esfuerzo por contar su versión de los hechos, participó en el documental “Milli Vanilli”, estrenado en Paramount+ en noviembre de 2023. Este filme revela detalles inéditos sobre el engaño y los desafíos enfrentados durante la producción. “Enfrentamos mucha oposición al hacer este documental. Fue extremadamente difícil”, explicó el director Luke Korem. El productor Bradley Jackson añadió que muchos ejecutivos de Arista Records, la discográfica de Milli Vanilli, mostraron reticencia a colaborar.
El dúo, originario de Europa, había logrado alcanzar el éxito internacional con sencillos como “Girl I’m Gonna Miss You” y “Blame It On The Rain”. Sin embargo, desde el principio existieron teorías y dudas sobre la autenticidad de su talento. “Se vendieron nuestras almas al diablo”, comentó Pilatus en una entrevista con Los Angeles Times, reconociendo sus errores y pidiendo disculpas a sus seguidores.
La verdadera historia detrás del escándalo
La polémica de Milli Vanilli comienza en 1987, cuando Morvan y Pilatus firmaron un contrato con Farian, conocido por su habilidad para crear exitosos grupos musicales a partir de fichas visualmente atractivas. Morvan, criado en París, y Pilatus, hijo de un soldado estadounidense y una mujer alemana, se conocieron en Múnich, donde cultivaron su amistad y aspiraciones artísticas. “Algo hizo clic entre nosotros”, recordó Rob en una antigua entrevista.
El contrato con Farian se basó en una trampa según Morvan, quienes desconocían que el producto final sería una representación donde solo aportarían su imagen y coreografía, mientras que vocalistas profesionales grababan las canciones. “Caminamos hacia una trampa sin saberlo”, afirmó Morvan. Decidieron seguir adelante debido a la deuda adquirida tras recibir el adelanto del pago.
El debut de Milli Vanilli se convirtió en un fenómeno, alcanzando el número uno en Billboard con varios de sus sencillos y ganando el Grammy como Mejor Nuevo Artista, premio que posteriormente les sería retirado. La gota que colmó el vaso fue un incidente en 1989 durante una presentación, donde la pista de respaldo falló y los expuso. Pilatus describió el evento como “el principio del fin”.
Morvan y Pilatus intentaron renegociar con Farian para poder cantar en su segundo álbum, pero sin éxito. La tensión culminó con Farian revelando la verdad en la citada conferencia de prensa, y en 1991 lanzó un nuevo álbum bajo el nombre “The Real Milli Vanilli”, acreditado a los verdaderos cantantes.
La caída fue brutal. Rob y Fab, como también se les conocía, se enfrentaron a críticas y demandas legales, mientras intentaban limpiar su nombre y relanzar su carrera. Pilatus, abatido por la situación, cayó en la adicción y enfrentó problemas legales que desembocaron en su muerte por sobredosis a los 32 años en 1998. “Cuando Rob murió, pensé: ‘Nadie sabrá realmente cómo fue’”, lamentó Morvan.
Ahora, Morvan radica en Ámsterdam, donde vive con su pareja y sus cuatro hijos. A pesar de las adversidades, encontró su paz y sigue involucrado en la música. “Vi la luz al final del túnel”, comentó sobre su resurgimiento artístico y personal. Utilizó su experiencia para motivar a otros, defendiendo que, aunque no cantaran, ellos “fueron el corazón y el alma de Milli Vanilli”.