Durante el periodo de la Regencia británica, que abarcó de 1811 a 1820, el proceso de cortejo jugó un papel fundamental en las relaciones sociales y matrimoniales. Popularizado en la literatura clásica y en series contemporáneas como “Bridgerton” de Netflix, el cortejo combinaba tanto el aspecto romántico como el comercial, donde los hombres buscaban y cortejaban a las mujeres con la meta de encontrar una pareja adecuada para el matrimonio.
En esta época, el cortejo no solo era una actividad social, sino también una transacción profundamente influenciada por consideraciones económicas y de estatus. “Desde el primer rubor de la atracción hasta los votos finales en el altar, el cortejo era romántico y comercial a partes iguales,” destaca una descripción detallada del proceso.
Para tener éxito en el cortejo, había un conjunto de pasos y normas que tanto hombres como mujeres debían seguir. Estos pasos incluían desde reuniones en eventos sociales hasta intercambios epistolares. A continuación, se detallan algunas de las etapas y prácticas más relevantes de este ritual histórico.
Cuales eran las verdaderas reglas del cortejo en la era ‘Bridgerton’
Entra en el mercado matrimonial
Durante el periodo de la Regencia, el matrimonio era la piedra angular de la sociedad. Para las familias de élite, la Temporada de Londres era la oportunidad perfecta para encontrar cónyuges adecuados. Esta temporada se celebraba entre el invierno y la primavera, cuando el Parlamento estaba reunido en Londres. La alta sociedad participaba en un torbellino interminable de bailes, asambleas, cenas y entretenimientos.
Conoce al tipo de gente adecuado
La edad media para casarse era de 24 años para las mujeres y 26 para los hombres. Los eventos de la temporada londinense, especialmente en Almack’s Assembly Rooms, eran los mayores escenarios del mercado matrimonial. Este exclusivo club admitía sólo a quienes poseían riqueza, contactos y rango, creando un espacio en el que las familias de moda aseguraban que sus hijos conocieran a personas adecuadas.
Etiqueta de bailes de salón
Los salones de baile estaban regidos por estrictas normas de etiqueta. Se esperaba que la gente bailara con varias parejas y se aconsejaba cambiar de pareja cada dos bailes. Solo los hombres tenían derecho a sacar a bailar, aunque los amigos y familiares de una mujer podían animar a un hombre a invitarla. Las mujeres podían rechazar una invitación, pero si lo hacían, debían rechazar otras invitaciones durante el mismo baile. El baile ofrecía la oportunidad de tocarse las manos con guantes, y los saludos y despedidas se realizaban sin contacto físico, solo con reverencias.
Busca un buen partido
Las familias deseaban que sus hijos se casaran con cónyuges de igual riqueza y rango, pero también se valoraba el amor romántico. Dado que el divorcio era raro y requería un acto parlamentario, era crucial tomar la decisión correcta desde el inicio para asegurar la felicidad marital.
Dale tiempo a los sentimientos
Una vez identificada una posible esposa, el cortejo propiamente dicho podía comenzar. Un noviazgo típico duraba de uno a cuatro años, durante los cuales la pareja se conocía a través de actividades supervisadas, como tomar el té con la familia o salir a pasear con una carabina. Las reglas protegían a las mujeres de familiaridades prematuras; por ejemplo, al principio no se llamaban por su nombre de pila y el hombre siempre debía dar el primer paso.
Trata la correspondencia con amor
La correspondencia era una forma crucial de evaluar la compatibilidad durante el noviazgo, especialmente para parejas que vivían lejos. Escribir cartas era una prueba de intenciones y fiabilidad como compañero de vida. Las cartas ayudaban a crear un vínculo emocional a través de la distancia.
Haz regalos apropiados
Los regalos eran una parte fundamental del cortejo y debían adecuarse a la etapa del noviazgo. Eran comunes los libros, perfumes y regalos simbólicos como mechones de pelo, que simbolizaban el amor eterno. Los regalos no debían estar deteriorados, ya que eso podría indicar descuido.
Negocia los términos del matrimonio
La última etapa del cortejo era el compromiso, donde se negociaban los términos legales del matrimonio, conocidos como capitulaciones matrimoniales. Estas establecían los derechos de herencia, el dinero asignado a la esposa y las provisiones para la viudedad. El compromiso fortalecía la relación y permitía más intimidad, hasta el punto de que una de cada tres novias podría estar embarazada en el momento de la boda.