La enfermedad que inspiró al personaje el Sombrerero Loco

Lewis Carroll supo plasmar en sus obras el padecimiento que sufrían muchas personas en el siglo XVIII

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La enfermedad se desencadena por
La enfermedad se desencadena por la exposición al mercurio

La expresión “loco como un sombrerero”, se originó en la Inglaterra del siglo XVIII y se utilizaba para describir los comportamientos anómalos ligados a las personas que trabajaban en la manufactura de sombreros, debido a la exposición al mercurio, un metal pesado que desencadena la hidrargiria o envenenamiento por mercurio. Lewis Carroll, en su obra, refleja esta problemática en el personaje del Sombrerero Loco, quien personifica las irregularidades conductuales de la enfermedad.

La conexión entre la locura del Sombrerero de Carroll y la realidad de los trabajadores de la industria sombrerera del siglo XVIII evidencia cómo la literatura puede encapsular y reflejar dilemas y enfermedades de la sociedad. Lewis Carroll, nativo de Daresbury, que es cerca de Manchester, y vecino de zonas prominentes en la producción de sombreros como Stockport, se inspiró posiblemente en este contexto para crear a su famoso personaje. Aunque el Sombrerero de Carroll se caracteriza por su euforia y no por los síntomas del hipargirismo, su creación resalta el estereotipo de la locura asociada a los sombrereros de la época.

La hidrargiria es conocida como
La hidrargiria es conocida como envenenamiento por mercurio (Grosby)

La hidrargiria, que también es conocida como envenenamiento por mercurio, era prevalente entre estos trabajadores debido al uso de nitrobenceno en el proceso de feltrado de los sombreros, lo que provocaba síntomas como temblores, delirio y cambios bruscos de humor, similares a los atribuidos al Sombrerero Loco. Este vínculo histórico-literario habla sobre la crítica de Carroll a la rigidez de las normas sociales de su tiempo, al mismo tiempo que destaca el costo humano de la industrialización.

Aunque la fabricación de sombreros ya no representa un riesgo de hidrargiria, la historia detrás del Sombrerero Loco y su origen real subraya la importancia de la salud ocupacional y el bienestar humano en el desarrollo de la industria. La obra de Carroll, por lo tanto, trasciende su valor literario para funcionar como un comentario sobre las consecuencias personales y sociales de las prácticas laborales de su era.

El Sombrerero Loco personifica las
El Sombrerero Loco personifica las irregularidades conductuales de la enfermedad

El mercurio es un metal encontrado tanto en estado elemental como en formas inorgánicas y orgánicas, y también es conocido por su alta toxicidad, especialmente para el sistema nervioso central y periférico humano. A pesar de su presencia natural en la corteza terrestre, derivada de actividades volcánicas, las actividades humanas, incluida la industria y la quema de carbón en centrales eléctricas, han emergido como sus principales emisores, lo que contribuyó significativamente a su distribución en el medio ambiente.

Los efectos adversos del mercurio en la salud humana no fueron plenamente comprendidos hasta mediados del siglo XX, cuando el doctor J. Addison Freeman detalló por primera vez los problemas neurológicos y dermatológicos vinculados a la exposición al mercurio. Incluyen: deterioro en la visión y el habla, problemas de coordinación de movimientos, temblores, espasmos, junto con manifestaciones cutáneas como decoloración de la piel, inflamación y sensación de ardor. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado la continua liberación de mercurio de origen humano como una preocupación global, destacaron su capacidad para afectar también el sistema inmune, digestivo, respiratorio y renal, además del sentido de la vista.

Históricamente, la toxicidad del mercurio ha tenido consecuencias fatales, como se reflejó en las figuras de sombrereros del siglo XIX, que trabajaban en fábricas insalubres y mal ventiladas, donde el mercurio se utilizaba para ablandar materiales como la piel de conejo y el cuero.

En respuesta a los crecientes peligros representados por la contaminación por mercurio, especialmente a través de la cadena alimentaria, donde el metilmercurio puede acumularse en peces y plantas acuáticas, los gobiernos de todo el mundo adoptaron en 2013 el Convenio de Minamata. Este tratado global tiene como objetivo reducir el uso del mineral y mitigar su liberación en el medio ambiente. Dentro de este marco, países como Argentina han desarrollado legislaciones específicas para contrarrestar la contaminación por mercurio y proteger la salud humana.

La adopción del Convenio de Minamata subraya un esfuerzo internacional coordinado para enfrentar la amenaza que el mercurio posee para la salud humana y el medio ambiente. Según datos de la OMS, en ciertas comunidades dependientes de la pesca, se ha detectado una preocupante prevalencia de síntomas de hidrargiria, lo que subrayaba la necesidad crítica de una vigilancia y una regulación más estrictas en cuanto a la exposición al mercurio.

La conciencia sobre los peligros del mercurio ha crecido significativamente desde los tiempos del “loco sombrerero” inmortalizado por Lewis Carroll y los emperadores chinos que se intoxicaron buscando la inmortalidad. Este cambio se refleja en la literatura médica, las políticas internacionales y la legislación nacional. No obstante, la batalla contra la contaminación por mercurio continúa siendo un desafío global, que requiere un compromiso sostenido de todas las naciones y sectores involucrados.

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