Un informe de Curriculum Associates, publicado por el medio especializado K12 Dive, evidencia los prolongados efectos de la pandemia de COVID-19 en el aprendizaje de los estudiantes más jóvenes en Estados Unidos. Basado en datos de 3.5 millones de alumnos, el estudio revela que 1.3 millones de niños de segundo grado, equivalentes al 37%, presentan retrasos en lectura, mientras que 1.7 millones, o el 49%, enfrentan dificultades en matemáticas.
Estos chicos, que tenían entre tres y cuatro años al inicio de la pandemia, se vieron especialmente afectados debido a las interrupciones en la educación presencial durante una etapa crítica de su desarrollo cognitivo. La falta de acceso a entornos educativos estructurados y recursos adecuados ha dificultado la adquisición de habilidades esenciales para su desempeño académico futuro.
El impacto ha sido más pronunciado en comunidades de bajos ingresos y en escuelas con una alta proporción de estudiantes afroamericanos y latinos. En estas instituciones, los niveles de rendimiento no solo permanecen por debajo de los estándares previos a la pandemia, sino que también muestran una ampliación de las desigualdades existentes. Según los datos, el porcentaje de estudiantes con rezagos es más alto en estas poblaciones, lo que pone en evidencia la necesidad de una atención específica y urgente.
En contraste, algunos grupos han logrado avances. Por ejemplo, los estudiantes que cursaban cuarto grado en 2021 han mostrado mejoras tanto en lectura como en matemáticas, alcanzando tasas de progreso similares a las observadas antes de la pandemia. Sin embargo, estos avances no compensan los rezagos observados en los niveles más bajos, donde las bases educativas son fundamentales.
El informe subraya que el tiempo es un factor crítico para evitar que las brechas de aprendizaje se profundicen aún más. Los expertos destacan la necesidad de implementar estrategias específicas y sostenidas que permitan a los estudiantes superar los desafíos actuales. Si no se toman medidas concretas, los rezagos en habilidades básicas como la lectura y las matemáticas podrían tener efectos duraderos, limitando las oportunidades educativas y laborales futuras de millones de niños en todo el país.
Los desafíos identificados en este análisis encuentran un eco preocupante en la población adulta. Según un artículo reciente publicado en este mismo medio, la comprensión lectora de los adultos también está en declive, lo que pone de relieve una crisis más amplia en las habilidades básicas de lectura. Ambos informes subrayan la importancia de atender de manera urgente las necesidades educativas en todas las etapas de la vida para evitar mayores desigualdades y limitaciones en el desarrollo personal y profesional.