La inteligencia artificial está transformando el panorama educativo, redefiniendo las dinámicas entre docentes, estudiantes y contenidos a través de herramientas que potencian el aprendizaje personalizado e inclusivo. Rafael Pazarán Reyes, Jefe de Carrera de Tecnologías de la Información en la Universidad La Salle, examina este fenómeno desde su experiencia en innovación y transformación educativa, destacando cómo tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad aumentada y las plataformas adaptativas están revolucionando los métodos de enseñanza.
En esta entrevista, Pazarán aborda los desafíos que enfrentan los docentes para adaptarse a estos cambios, el impacto del metaverso como espacio de aprendizaje del futuro y la importancia de actualizar los programas universitarios para responder a las demandas del mercado. Además, reflexiona sobre el rezago tecnológico en América Latina y la necesidad de políticas públicas que impulsen el emprendimiento digital y fortalezcan las capacidades locales en un contexto global cada vez más competitivo.
—¿Cambió mucho la forma de enseñar desde que existe la inteligencia artificial?
—Lo que vemos es una evolución muy rápida desde finales del 2022, cuando salió ChatGPT. Como toda tecnología, hay una curva de adopción. Los maestros tuvieron que saber de este fenómeno, reconocer cuestiones como el plagio, por ejemplo. La siguiente fase fue entender cómo la IA iba a ayudar a los alumnos a resolver problemas complejos. En el 2024, OpenAI sacó un modelo al que le llaman —y lo entrecomillo porque en verdad no es— “razonamiento profundo”, que nos da a los docentes una salida: los maestros tenemos la oportunidad de darle a al alumno un contenido de matemáticas —y se lo voy a explicar yo, porque nada explica como una persona porque hay empatía, cercanía, paciencia—, pero luego puedo desarrollar ejercicios con “agentes” que apoyen al alumno.
—¿Qué son los agentes?
—Es la siguiente etapa. En unos años, cinco o menos, los maestros vamos a construir agentes que atiendan a cada uno de mis alumnos. Yo voy a automatizar al agente, le voy a meter data, y él va a dar ejercicios puntuales para que el estudiante, con ciertas naturalezas de aprendizaje, pueda aprender de una manera óptima.
—Esto me hace pensar lo que en su momento dijo Bill Gates, que los profesores iban a dejar de existir en 2030.
—El Foro Mundial Económico dice que con la automatización van a desaparecer 80 millones de empleos y que al mismo tiempo se van a crear 65: es decir, va a haber un déficit de 15 millones. La narrativa oficial nos dice que la IA va a ser usada con fines para que la humanidad progrese, pero estas redes no necesariamente han sido para bien de la humanidad. Dependerá de nosotros qué ocurra. Yo creo que la definición de Bill Gates es muy pronta; él ya no está tan involucrado ahora. Lo que sí puedo adelantar es que en el 2035 las clases quizás ya no se den en un salón, sino que se van a dar en el metaverso.
—¿Cómo?
—Si Zuckerberg tiene éxito con esta implementación, va a ser una clase virtual. Volviendo a la pregunta, los docentes que no se actualicen van a dejar de ser relevantes en el mercado. Por eso ahora es cuando tienen que subirse al tren. Hay dos caminos: adoptarla o no adoptarla. Y quien no la adopte, va a tener ahí un riesgo alto.
—Donald Trump propuso una serie de medidas en torno a la inteligencia artificial: reducir los controles, desarrollar más tecnología, que implicaría casi duplicar la cantidad de energía eléctrica de Estados Unidos, y profundizar la explotación de los recursos naturales. ¿Qué va con esta expansión de la IA?
—Hay que mirarlo a nivel geopolítico: China está creciendo a pasos agigantados respecto a inteligencia artificial. Por eso Trump va a presionar a México para que definan bien su relación bilateral con China. Está muy claro que ellos, Estados Unidos, tiene una ventaja sobre China. Afortunadamente, porque al final es una democracia. China no lo es y sabemos que cuando un país no democrático tiene una tecnología avanzada puede haber complicaciones severas. Estados Unidos va a seguir avanzando. China, al día de hoy, está detenida porque necesitan los microchips de tres nanómetros que se hacen en Taiwán. Ahora, yendo a Donald Trump: vamos a ver el crecimiento exponencial del almacenamiento, de la velocidad de acceso a Internet y de la miniaturización. Y, si le agregas el componente de computación cuántica que se puede desarrollar en cinco o diez años, va a ser quizá incontrolable. Ese es el problema. La IA es la red de información más poderosa que hemos construido y en este sentido todos, como humanidad, tenemos que pensar cómo usarla con sabiduría. Hoy tenemos más información, pero no más sabiduría.
—¿Cómo nos deja a la región? Históricamente las revoluciones industriales han aumentado la brecha entre los países centrales y los países periféricos.
—La narrativa oficial dice que en América Latina vamos bien, pero la realidad es que tenemos un rezago sustancial. En México hemos tenido varios ciberataques y es un indicador de que no hay transformación digital. Se tendrían que crear políticas públicas en todos los países de América Latina para fomentar el emprendimiento, pero los capitalistas de riesgo son escasos en la región. Tenemos un rezago y este rezago hay que abordarlo, repito, desde políticas públicas. Hay que abordarlo desde las universidades, con la actualización de temarios, de planes de estudio. Y hay que fomentar el emprendimiento, porque el gap que hay entre tecnología e industria lo están llenando los estados.
—¿Cuál es el rol de la universidad en la generación de conocimiento?
—Hoy más que nunca debe tener claridad y conocimiento de lo que ocurre afuera. En La Salle, hace cuatro años creamos la carrera de Transformación Digital, que incluye materias de inteligencia artificial. Nosotros sabíamos que la IA iba a explotar. La pandemia fue un cisne negro que impulsó todos los sectores y nosotros sabíamos que iba a acelerar la IA. Entonces tenemos planes de estudios relevantes, y alianzas con Cisco, Amazon Web Services, Google y Microsoft. Cuatro gigantes que nos aportan prácticas, material práctico, capacitación para docentes, certificaciones. Y esto es lo que incorporamos en nuestros programas. Todos nuestros alumnos ya están saliendo con las habilidades y las capacidades que el mercado demanda.
—Si miramos el futuro cercano, ¿qué podemos esperar de acá a tres o cuatro años?
—La incursión de tres tecnologías: blockchain, inteligencia artificial y metaverso…
—Pero el metaverso siempre estuvo a punto de salir y nunca apareció.
—Zuckerberg acaba de capitalizarse más porque va trabajando en una línea desde hace dos años, que va muy avanzada. En cuatro años puede desaparecer el teléfono celular y vamos a tener lentes donde tener el contenido. Voy a tener mis criptos, voy a pagar todo con blockchain, voy a tener mi cuenta bancaria. La inteligencia artificial me va a recomendar qué compras hacer y cómo hacerlas. Si en el 2020 no vislumbrábamos la IA y las redes de contenido, en el 2027, 28, cuando mucho en el 2030, va a ser algo así. Repito: Zuckerberg va muy avanzado en eso, no se ha detenido y lleva una un enlace paralelo con la IA. Al parecer, después del 2030 vamos a estar viviendo en el metaverso.