Nueva secundaria en CABA: cómo se preparan las escuelas “pioneras” para un año diferente

En marzo de 2025, los estudiantes de 33 escuelas porteñas volverán a una secundaria renovada. Si bien la reforma impulsada por el Ministerio de Educación definió un marco general, muchas decisiones concretas de implementación se están tomando en los propios colegios

En 2025, 33 secundarias estatales y privadas de la Ciudad de Buenos Aires implementarán los cambios sobre los que estuvieron trabajando este año, en el marco de la reforma "Secundaria Aprende".

A esta altura del año, la intensidad del trabajo suele dar tregua en las escuelas. Ya sin todos los estudiantes en las aulas, el ritmo se apacigua. A menos que, como sucede en 33 secundarias estatales y privadas de la Ciudad de Buenos Aires, haya que preparar el terreno para encarar un año diferente. En las escuelas “pioneras” que implementarán la reforma bautizada como Secundaria Aprende, fin de año todavía queda lejos: aún hay decisiones que tomar para redefinir la organización institucional y pedagógica.

Esas decisiones involucran la conformación de equipos docentes, la confección del “tetris” de los horarios, la comunicación de las novedades a las familias y el acondicionamiento de los espacios, entre otras cuestiones, según contaron directores de algunas de estas escuelas a Infobae.

Hay desafíos vinculados con la capacitación docente, con la infraestructura –escuelas que necesitan construir aulas nuevas– y con el equipamiento. En marzo de 2025, la escuela secundaria tendrá un formato muy diferente en esas instituciones, si bien cada una avanzará a velocidades diferentes. “No habrá dos modelos iguales”, afirmó Arístides Iribarne, director de una de las escuelas pioneras. “Cada propuesta es situada”, agregó Marcela Guevara, directora de otra escuela.

Secundaria Aprende, la reforma impulsada por la ministra Mercedes Miguel en el marco del plan Buenos Aires Aprende, se traducirá en un esquema distinto en cada institución. El Ministerio de Educación determinó lineamientos generales, pero cada escuela está trabajando en la definición de su propia reforma dentro de ese marco. Por eso, resulta difícil describir cómo será la nueva cara de la secundaria: habrá tantas “caras” como instituciones. A priori, el margen de acción es amplio –pero requiere, a su vez, de un acompañamiento cercano de parte del Ministerio, para que la autonomía no signifique dejar solos a los equipos directivos y docentes–.

El marco general –construido de manera “participativa”, según subrayan desde el Ministerio de Educación– define cuatro principios fundamentales para la transformación de la secundaria porteña: integración de los aprendizajes, desarrollo de capacidades, avance continuo y autonomía estudiantil. Algunos de esos ejes implican cambios en el régimen académico (ya reformado en 2022) y en el reglamento escolar. En cambio, no se prevé modificar el Estatuto del Docente. Tampoco se cambiará el diseño curricular de la llamada “Nueva Escuela Secundaria” (aprobado en 2015), luego denominada “Secundaria del Futuro” (a partir de 2018).

El proceso de trabajo en las escuelas fue heterogéneo: algunas sabían desde principio de año que iban a encarar una reforma. Otras se fueron sumando más tarde. Las realidades son diversas: algunas escuelas pioneras son estatales, otras privadas; algunas están en barrios de clase media, otras tienen estudiantes de sectores vulnerables; algunas son secundarias comunes, otras son técnicas o artísticas.

Nuevos formatos y profesores por cargo

La idea de “integración de los aprendizajes” apunta a que existan más espacios interdisciplinarios, por ejemplo por medio de proyectos o resolución de problemas que requieran vincular distintas materias. Por un lado estarán las materias troncales –Lengua y Literatura, Matemática, Inglés–; por otro lado, habrá talleres (para las áreas de Tecnología y Educación Artística) y laboratorios (que nuclearán materias afines, como Historia, Geografía y Formación Ética y Ciudadana, en un mismo espacio de “Ciencias Sociales”).

En la Escuela de Comercio Nº 15 “Dra. Cecilia Grierson”, de Saavedra, habrá laboratorios obligatorios y electivos.

Esos talleres y laboratorios pueden proponer recorridos alternativos para que los estudiantes elijan lo que quieren cursar –sin renunciar a acreditar los saberes esperados de cada disciplina, según lo previsto en el diseño curricular–. En la Escuela de Comercio Nº 15 “Dra. Cecilia Grierson”, de Saavedra, habrá laboratorios obligatorios y otros electivos: por ejemplo, en el segundo cuatrimestre, los estudiantes de tercer año podrían tener hasta tres opciones diferentes de laboratorio de Ciencias Sociales, con enfoques y abordajes distintos.

En la Escuela Media N° 1 “René Favaloro”, ubicada en el Barrio 20, a ese menú de espacios curriculares le agregaron las “materias puente”, donde los estudiantes trabajarán por proyectos y se agruparán por niveles, no por edad, según contó el director, Arístides Iribarne. Esos proyectos serán interdisciplinarios: en el de Ecología, por ejemplo, convivirán profesores de las áreas de Ciencias Sociales con los de Ciencias Naturales.

Un punto central de la reforma es la consolidación de equipos conformados por profesores con cargo de dedicación completa (y no contratados por horas), para resolver el problema de los “profesores taxi”. Los puntos de partida difieren: algunas escuelas ya tenían buena parte de su “planta orgánico funcional” (POF) constituida por profesores de tiempo completo, mientras que otras encontraron su principal desafío en la formación de equipos más estables. Los criterios y los pasos para reorganizar la POF se establecieron por medio de una resolución del Ministerio; las autoridades informaron que los gremios docentes participaron de estas definiciones.

“Todo cambio trae incertidumbre. En nuestro caso, lo primero fue generar certezas para la comunidad. Y si bien no todos los profesores quedaron conformes con los cambios, a todos se les ofreció una alternativa y se les dio una respuesta para preservar el trabajo”, describió Marcela Guevara, rectora de la Escuela de Comercio Nº 15. En diciembre habrá un concurso especial para que puedan reubicarse los docentes que quedaron “en disponibilidad”.

Escuelas como la René Favaloro –que acaba de cumplir 14 años– ya tenían a la mayoría de sus docentes nombrados por cargo, lo que facilitó una de las tareas más críticas. Al ampliar la dedicación horaria, la reforma permitió incluso que los profesores sumen más horas.

Otras instituciones tuvieron mayores desafíos en este sentido. “En nuestra escuela ya veníamos proponiendo desde 2021 un formato de trabajo interdisciplinario, pero al no contar con las asignaciones docentes por cargo, no lográbamos implementarlo como queríamos. La reforma genera condiciones para profundizar en esa línea. Además, los cargos creados tienen al menos un 30% de horas extra clase (fuera de curso) para que los docentes puedan abordar la planificación, generar espacios de tutorías, acompañar las trayectorias y trabajar en equipo con colegas”, explicó Guevara. Ella conoce de primera mano la realidad de los profesores taxi: como docente de Ciencias Económicas, llegó a trabajar en 8 instituciones diferentes.

El régimen académico y el “avance continuo”

El avance continuo –es decir, el fin de la repitencia anualizada (”en bloque”) y de las materias previas– es otro de los principios centrales de la reforma. Para implementar esta medida, las escuelas también están diseñando sus propias alternativas. El nuevo régimen académico –también construido “de manera participativa”– establece entre otras cuestiones que “en los casos en los que un estudiante esté desfasado por un nivel o más respecto de su cohorte en algún espacio curricular, el equipo docente deberá implementar dispositivos, estrategias y alternativas que permitan al estudiante recuperar el ritmo y continuar su aprendizaje con el resto de sus compañeros”.

Al ser una institución joven, la Escuela Media N° 1 “René Favaloro”, ubicada en el Barrio 20, ya tenía la mayoría de sus profesores nombrados por cargo, lo que facilitó la reorganización del plantel.

“El objetivo es que el estudiante pueda retomar su ritmo y seguir avanzando con su grupo, manteniendo el sentido de pertenencia”, señala el régimen académico (que aún tiene estatus oficial de “borrador”). Desde el Ministerio enfatizan que el nuevo documento busca ser “habilitador” y no prescriptivo de estrategias concretas. La ministra Miguel y otros funcionarios subrayaron también que el único punto “innegociable” de la reforma es que los estudiantes logren los aprendizajes previstos en el diseño curricular.

¿Cómo se logrará este “avance continuo”? El régimen académico alude a refuerzos personalizados, tareas adicionales o actividades de intensificación, entre otras posibilidades. En la Escuela René Favaloro habrá “aulas de nivelación”. Por ejemplo, los estudiantes que no hayan aprobado Lengua y Literatura de primer año pasarán con sus compañeros a segundo, pero no cursarán esa materia con los de primero ni con los de segundo: habrá un aula de nivelación de Lengua y Literatura para ellos, donde trabajarán con un profesor para poder acreditar los contenidos pendientes y, de ser posible, avanzar también con los de segundo.

En la Escuela de Comercio N° 15, en tanto, están pensando en abordar caso por caso. “El documento de Secundaria Aprende deja un margen de acción. Por un lado, nos parece negativo que un estudiante que cursó 12 materias repita todo el año por 3 o 4 desaprobadas. Por otro lado, también creemos que sería negativo que un estudiante que adeuda 6 o 7 espacios curriculares avance al año siguiente. Porque el aprendizaje es una construcción: si yo tengo que construir una pared y me faltan los ladrillos de la base, es difícil avanzar. Vamos a ver en cada caso qué es lo mejor para cada estudiante, con ellos y sus familias, considerando otro pilar de la reforma que es el bienestar socioemocional. Hemos tenido familias que prefirieron que sus hijos repitieran. Y otras que no, porque se comprometieron a dar acompañamiento”, explicó la directora Guevara.

En su argumentación aparece otro lineamiento de la reforma: la personalización de las trayectorias educativas. Este punto incluye también la aparición de varios espacios curriculares (materias) electivos, que implicarán que cada alumno tenga un recorrido diferente, aunque todos deberán cursar la misma cantidad de horas. El diseño de ese recorrido se hará con apoyo de tutores y docentes –explicaron desde las escuelas–, pero alentando una creciente autonomía de los estudiantes. “Sabemos que esa autonomía es una construcción, y que debe ser acompañada por los adultos”, aclaró Guevara.

“Vamos a empoderar a los alumnos en la elección de las materias, y que cada uno pueda armar trayectos distintos en función de sus intereses. Los estudiantes tendrán que optar entre varios espacios electivos y armar su grilla horaria. Los profesores, los preceptores y el equipo de conducción los ayudaremos con ese armado, porque es algo nuevo para ellos”, contó Iribarne.

Los próximos pasos

Los cambios implican una reorganización de los espacios: varias escuelas están pensando en definir aulas por materia (y no por curso), de manera que durante cada turno los grupos de estudiantes tendrán que circular por diferentes salones. Desde algunas escuelas han expresado preocupación por el estado de avance de las obras de cara al comienzo de clases en marzo de 2025.

Los equipos docentes y directivos de las escuelas "pioneras" tuvieron cinco semanas de capacitación en diciembre, y retomarán este trabajo a partir del 10 de febrero, en las semanas previas al comienzo de clases.

El proceso es largo y supone, como premisa, una autoevaluación de la propia escuela. Desde el Ministerio explicaron que los equipos están participando de cinco semanas de capacitación en Escuela de Maestros, organizadas por áreas (Lengua y Literatura, Matemática, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, etc.). Tras las vacaciones, a partir del 10 de febrero, estas capacitaciones continuarán en las semanas previas al regreso de los alumnos.

Los equipos directivos, en tanto, están recibiendo formación en liderazgo a cargo de la Universidad Torcuato Di Tella. Además, se destinarán a repensar el proyecto institucional las jornadas (“Espacios de Mejora Institucional”) del 17 de diciembre y la de febrero. En estos últimos días de diciembre, algunas escuelas están convocando reuniones virtuales con las familias para explicarles los cambios que se vienen.

“Es llamativo que la escuela hoy tenga un formato tan parecido al que tenía cuando yo la terminé en 1987, con 12 ‘cajitas’ –las materias– que no se cruzan entre sí. En el mundo real, a la hora de abordar un problema, de buscar una solución o de generar un producto, las distintas disciplinas se conectan. La reforma viene a proponer un trabajo interdisciplinario, y sobre todo a generar las condiciones para poder hacerlo en serio”, sintetizó Guevara.

Iribarne concluyó: “Los estudiantes cambiaron hace tiempo, y la pandemia terminó de acelerar esos cambios. La secundaria quedó un poco estancada en una estructura vieja. Creemos que es un buen momento para patear el tablero. Nos pareció desafiante la invitación a repensar la escuela según el perfil de los estudiantes y de los docentes. Estamos haciendo un replanteo pedagógico antes que administrativo”.