“La ciudadanía digital promueve el uso reflexivo, ético, crítico y creativo de las tecnologías y de Internet”. Así explica Roxana Morduchowicz, asesora senior de la UNESCO, un concepto clave —lo sepamos o no— que afecta nuestra vida diaria. La idea se pregunta por cómo es nuestra interacción en el entorno digital, no solo desde la habilidad técnica, sino especialmente desde la comprensión de los desafíos éticos y sociales que plantea. Si hoy la tecnología ocupa un lugar central en la vida cotidiana, la ciudadanía digital aparece como una condición fundamental para ejercer una participación plena y responsable.
Para comprender el alcance, habría que reconocer los riesgos a los que uno se enfrenta en el entorno digital: las fake news, los discursos de odio, el grooming y el cyberbullying, el uso no ético de la inteligencia artificial. Pero hay, también, una cuestión determinante y es la huella digital que dejamos al interactuar con las plataformas digitales. Aunque solemos creer que nos movemos con certeza y autoridad en ese ambiente, muchas veces actuamos como huérfanos en un bosque y las migas de pan que vamos dejando pueden ser aprovechadas por terceros —como empresas o gobiernos— para fines comerciales, políticos e incluso discriminatorios. Según Morduchowicz, el desconocimiento sobre este tema puede tener consecuencias graves porque “cada vez más empresas analizan la huella digital antes de contratar a una persona, lo que puede influir negativamente en su futuro laboral”.
En el ámbito educativo, la ciudadanía digital busca brindar herramientas para identificar y enfrentar estos desafíos. Es fundamental enseñar a las nuevas generaciones a discernir información confiable, comprender el impacto de sus interacciones en línea y responder de manera crítica y ética a los conflictos digitales. Según Zelmira May, especialista de la UNESCO, este enfoque no solo prepara a los estudiantes para interactuar en el entorno digital, sino que también fortalece su rol como ciudadanos globales.
Un avance significativo en la adopción de la ciudadanía digital se está dando en Argentina, donde el concepto ha sido incluido en el debate por la ley de prevención de ludopatía y juego online. Para Roxana Morduchowicz es imprescindible integrar esta perspectiva para educar a los adolescentes sobre los riesgos de sus decisiones digitales y el impacto de la huella digital. “Si los adolescentes entendieran el alcance de su huella digital, pensarían dos veces antes de hacer click en plataformas de apuestas”, señala.
Ciudadanía digital, educación y políticas públicas
Desde 2019, la UNESCO lidera un programa regional en América Latina que busca integrar la ciudadanía digital como política pública. La oficina en Montevideo coordina esta iniciativa, orientada a promover una educación reflexiva, crítica y ética en las agendas gubernamentales de la región. La iniciativa parte de la necesidad de asegurar que el acceso a la tecnología no sea el punto de llegada, sino el punto de partida para una interacción más consciente y responsable con el entorno digital.
El programa de la UNESCO aborda dos áreas fundamentales: la formación docente y la incorporación de contenidos sobre ciudadanía digital en la currícula escolar. Lo explica Zelmira May: “El objetivo es acompañar a los países para armonizar conceptos y crear marcos comunes que cada nación pueda adaptar a sus realidades”. Este enfoque busca superar no solo las brechas digitales del pasado, relacionadas con el acceso desigual a tecnologías y a la web, sino también las brechas actuales, que se centran en la falta de competencias para comprender, analizar y responder a los desafíos del entorno digital. Mientras que antes la problemática giraba en torno a quiénes estaban conectados o no, hoy el desafío es asegurar que quienes tienen acceso puedan usarlo de manera crítica, reflexiva y ética.
El programa incluye la creación de materiales educativos gratuitos, como un currículum de formación docente en ciudadanía digital que incluye conceptos fundamentales y actividades prácticas que ayudan tanto a docentes como a estudiantes a abordar los riesgos antes mencionados. Pero también se promueve la colaboración técnica entre países de la región, fomentando el intercambio de experiencias y el desarrollo de políticas conjuntas. Gracias a este programa, países como Uruguay, Brasil y Chile han avanzado significativamente en la incorporación de la ciudadanía digital en sus sistemas educativos.
Un encuentro latinoamericano para fortalecer la ciudadanía digital
El próximo 4 y 5 de diciembre, la isla de San Andrés, en Colombia, será sede del Tercer Encuentro Latinoamericano de Educación en Ciudadanía Digital, organizado en el marco del Foro Abierto de Ciencias de América Latina y el Caribe (CILAC). Este evento forma parte del programa anual de la UNESCO, que incluye tres encuentros regionales: dos presenciales y uno virtual. El encuentro de San Andrés será la segunda reunión presencial de este año y reunirá a representantes de 15 países para reflexionar sobre la incorporación de la ciudadanía digital como política pública en la región.
El programa del encuentro incluye una variedad de actividades destinadas a promover el intercambio de experiencias y fortalecer las capacidades técnicas de los equipos que trabajan en el diseño e implementación de estas políticas. A diferencia de otros espacios similares, los participantes no son figuras políticas, sino equipos técnicos y especialistas vinculados a las áreas de educación, tecnología y ciudadanía digital en los países de la región.
La apertura está a cargo de Zelmira May y Guadalupe Loperena, directora de Capacitación de Microsoft México; habrá conferencias destacadas, como la participación de Roxana Morduchowicz y el investigador Juan Branz, donde abordarán justamente el impacto de las apuestas online en adolescentes. Y Guillermo Ocampo, de Microsoft, expondrá sobre la ética de la inteligencia artificial desde la perspectiva de quienes diseñan estas tecnologías, abriendo un debate sobre su impacto social.
En el evento también va a presentarse el libro Educar en la era de la inteligencia artificial, un material que puede descargarse de manera gratuita y que brinda una perspectiva práctica que pueden aprovechar tanto los docentes como los estudiantes. El encuentro en San Andrés tiene como eje la construcción de una red regional de intercambio y aprendizaje mutuo. Dice Zelmira May: “Estos espacios permiten compartir conocimientos, adoptar buenas prácticas y fortalecer una visión común sobre cómo integrar la ciudadanía digital en las políticas públicas”.